La AMIIF al IMSS: “Al monopolio no lo permite la ley; no lo vemos prudente”
Aun así, el IMSS escogió a Fármacos Especializados

Valentín Cardona
22 de Octubre de 2003

Arturo Torres y Gutiérrez Rubio, médico cirujano con especialidad en Medicina Interna y director de Comunicación y Asuntos Científicos de la poderosa Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica, A.C. (AMIIF), asegura que los monopolios no son permitidos por la ley, y sostiene que fue el IMSS quien escogió a Fármacos Especializados para surtir medicamentos a las Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAES). Revela que el IMSS lo hizo aun bajo la advertencia de que la AMIIF “no lo consideraba prudente”. En entrevista con Imagen Médica, Torres y Gutiérrez Rubio cuenta que la AMIIF sugirió al IMSS contar con al menos tres distribuidores, y narra la negativa del instituto a aceptar la propuesta. Las revelaciones de Torres y Gutierrez Rubio dejan al descubierto una enorme red de corrupción, impunidad, y falta de decisión de Santiago Levy Algazi, director del IMSS, para acabar con el monopolio de Fármacos Especializados. En efecto, por un lado, Levy Algazi ha hecho público que ya está “hasta la madre” de Fármacos y por otro, según la AMIIF fue el IMSS quien escogió al mayorista encabezado por Antonio Pérez Pérez.
Fármacos Especializados es la principal distribuidora de medicamentos que utiliza la AMIIF para surtir al sector salud federal y a muchos estatales, sus ventas ascienden a miles de millones de pesos anuales. Víctor González Torres, presidente del grupo “Por un País Mejor” y dueño de Farmacias de Similares, destapó una enorme cloaca al acusar que el amplio margen que Fármacos tiene de utilidad, genera corrupción y merma las finanzas de las instituciones de salud sin que nadie haga algo por terminar con lo que hasta en el Congreso de la Unión hoy se conoce como el “monopolio de Antonio Pérez Pérez”.
Sí, tanto en la Cámara de Diputados, como en la de Senadores, el nombre de Fármacos Especializados asociado al de su dueño, Pérez Pérez, ha sonado repetitivamente en las últimas comparecencias de los funcionarios federales de salud. Sin embargo, Julio Frenk Mora, secretario de Salud y Benjamín González Roaro, director del ISSSTE, fueron esquivos con los cuestionamientos directos de los legisladores.
El senador Elías Miguel Moreno Brizuela señaló a Frenk Mora durante su comparecencia en el Senado -el 13 de octubre último- que las instituciones de salud son víctimas de oligopolios, “como en el caso del multicitado señor Antonio Pérez Pérez”, y en casos en que “la mayor parte de la industria farmacéutica internacional obliga al IMSS, según el dicho de su director, a comprar a ese distribuidor”.
Miguel Ángel Navarro Quintero, senador priísta, dice que pedirán al órgano superior de fiscalización auditorías a fondo en la compra de medicamentos, sobre todo en el IMSS, porque asegura que, como en el campo, “en el sector salud existe un coyotaje tal, que está poniendo contra la pared a las instituciones, ya que al desabasto contribuyen los coyotes que venden a las instituciones medicamentos encarecidos”.
Y la condena al monopolio parece unánime, pues según Torres y Gutiérrez Rubio, hasta para la AMIIIF “es difícil explicar por qué el margen de ganancia de los mayoristas es tan grande en México a diferencia de otros países”.
La AMIIF tiene poco más de 50 años de haberse formado, y uno de sus objetivos fundamentales es “velar” por los intereses de sus 25 agremiados. Entre ellos se cuentan a las trasnacionales más poderosas del mundo: Wyeth, Schering-Ploug, Pfizer, Roche, Sanofi, Organon, Novartis, Merck, Merck Sharp & Dome, Lilly, Sanfer, Janssen-Cilag, Grunenthal, Glaxo Smith Kline, Chinon, Bristol-Myers Squibb, Boehringer, Bayer, Aventis, Astra Zeneca, Armstrong, Altana, Allergan, y Abbott.
La labor de Torres y Gutiérrez Rubio en la AMIIF, es la de hacer fascículos dedicados principalmente al gremio médico, aunque a veces también elaboran fascículos especiales, como uno denominado “La verdadera historia sobre una modificación legal, que podría frenar el desarrollo de México y de la Investigación Farmacéutica”, elaborado con el fin, de acuerdo con Torres y Gutiérrez Rubio, de que se “conozca básicamente toda la historia de lo que ha sucedido con relación a la modificación de la ley de patentes, y un poquito haciendo reflexiones sobre algunos puntos en general”.
Otra labor de Arturo Torres dentro de la AMIIF, es la de impartir conferencias a los médicos, con el objeto de hacerles ver “el valor de la investigación farmacéutica; la diferencia entre los diferentes tipos de medicamentos que se comercializan en México, y el respeto a la prescripción médica”, esté último, por cierto, valor que la AMIIF enarbola como bandera.
 
LA ENTREVISTA
 
En una entrevista larga -de la que aquí se utiliza sólo una parte-, en sus oficinas de la AMIIF, Arturo Torres se muestra abierto a las preguntas, mismas que contesta con soltura:

Ha habido problemas en el IMSS -y dicho por el director Santiago Levy-, de que los laboratorios no le quieren vender al IMSS y recurren a distribuidores; en este caso, al más grande: Fármacos Especializados. Entonces, están forzando al IMSS a comprar a través de distribuidor, que interpretado por Víctor González Torres, es “para poder dar la mordida y propiciar la corrupción”.
No tienen límite, pues, las trasnacionales; hacen lo que quieren. ¿Por qué no surtirle directo al IMSS, a Salubridad y al ISSSTE?
— Creo que es una cuestión de desconocimiento de la industria. La gente no lo sabe, pero los laboratorios en ningún caso le venden directo a ninguna farmacia, no tienen la capacidad para hacerlo porque no tienen capacidad de distribución, y mucho menos a todas las unidades del Seguro Social.
Los laboratorios trasnacionales, como les quiere llamar González Torres -que hay que aclararlo, todos son ‘de México S.A. de C.V.’, o algo equivalente; tienen, sí, una casa matriz extranjera, pero no son trasnacionales-, son compañías que tienen capital aquí en este país.
Los laboratorios producen y le venden a un distribuidor o mayorista, y el mayorista, que no trabaja con un laboratorio, sino con muchos, lo distribuye a las diferentes farmacias. El laboratorio, salvo honrosísimas excepciones -como por ejemplo que fueran cadenas muy grandes-, jamás venden directo, venden siempre a través del distribuidor.
Estrictamente hablando, porque poca gente lo sabe, en esta cadena laboratorios-mayorista-farmacia, el que más gana, con mucho, es el distribuidor; es el que mayor porcentaje se lleva. Como los laboratorios carecen de esa capacidad de distribución, y no puede meterse en ese negocio por carecer de esa red de distribución, lo que hace es vender a ese distribuidor o mayorista y este es el que a su vez vende a las farmacias.
En el caso del Seguro Social e instituciones gubernamentales en general pasa lo mismo, una de las cuestiones que el Seguro necesita -porque eso también lo cambiaron-, es que se surta directamente a las unidades, como los laboratorios no tiene la infraestructura para hacerlo, pues la única manera en que lo pueden hacer es recurriendo a un mayorista que lo pueda hacer.
Es importante que la gente entienda que no es que yo recurra a Fármacos porque Fármacos tiene los contactos y sabe a quien tiene que dar dinero, ¡no!, Fármacos tiene la infraestructura que yo no tengo para poder abastecer al Seguro en el tiempo y en la forma que él lo necesita.
Ese es el punto clave. El hecho de que se le tire grandemente a Fármacos es porque es un laboratorio que está muy especializado en toda la cuestión gubernamental y en una distribución más hacia lo gubernamental que hacia lo privado. Eso hace que muchos de los laboratorios de la AMIIF lo utilicen como distribuidor.
Realmente no es que haya algo fraudulento o algo por debajo del agua, lo que nosotros estamos tratando de hacer es ayudar al Seguro Social a hacer su trabajo más fácil. Como nosotros no tenemos capacidad de ciertas cosas, tenemos que recurrir a quien sí lo tiene, ese alguien tiene una empresa establecida que puede garantizarme mi abasto, por lo tanto, yo estoy juntando mi producto de calidad con un abasto de calidad para dar un servicio de calidad.
Y a propósito de González Torres, desde que él concibió su negocio quitó al mayorista de en medio, todos los laboratorios que le producen sus medicamentos -incluyendo a Best que es de él- venden directo a las farmacias, no tienen intermediarios. Él evitó un gran problema que se tiene con la distribución, absorbiéndolo él mismo, por lo tanto, todo el margen le queda a él.
González Torres critica mucho a Fármacos, pero en realidad Fármacos no es más que un distribuidor, es decir, no es más que un tercero en discordia que lo que hace es tomar un producto y llevárselo a quien lo necesita, porque el que lo produce no puede llevárselo directamente.
Este es un tema que está siempre en el aire, mal interpretándose, dando de que hablar sin que se tenga ninguna prueba en la mano. Ojalá que lo lleve a la Cámara, me gustaría mucho ver las famosas pruebas, porque realmente la gente sabe con quien trabaja y le digo, no es el único que lo hace. Que el tiene la mayor parte del mercado, pues también en el privado hay dos o tres mayoristas que se llevan el 80 por ciento, y no por eso va a pensar la gente que está haciendo cosas indebidas, sino simplemente son los líderes del mercado, como lo hay en cualquier mercado.
Pero la AMIIF es renuente a crear un sistema de distribución, ¿qué les costaría hacer una distribuidora juntos todos los laboratorios de AMIIF que no tenga que verse envuelto en todas estas sospechas?
— Sí se ha tratado de tener un distribuidor que fuera una especie de filial o algo, pero conciliar los intereses de 25 empresas es algo verdaderamente complicado. Ellos mismos admiten que lo han intentado en el pasado, incluso, ellos ven que a veces tienen un poquito de presión, porque a veces es difícil explicar por qué el margen de ganancia del mayorista es tan grande en México a diferencia de otros países.
Pero así es como se maneja el negocio. Son negociaciones que se hacen en lo individual con cada uno de los mayoristas; hay mayoristas nacionales, hay mayoristas regionales, incluso locales, y dependiendo del mercado al que está vendiendo, el laboratorio recurre a uno o a varios.
En el caso específico del gobierno es muy difícil, pocos tienen la infraestructura para poder surtir a todas las unidades como lo necesitan, sobre todo ahora que están pensando que se haga semanal, realmente es imposible hacerlo por otro lado que no sea por quien tenga una infraestructura ya hecha.
Suena relativamente sencillo decir “¿por qué no lo ponen ustedes?”, créame que sí se ha intentado en el pasado, es un hecho, pero no se ha podido llegar a pensar que fuera una aventura que redunde en beneficio para todos. Uno de los problemas del Seguro es que le está afectando a su problema de abasto, entonces, nosotros lo que tratamos es de perfeccionar lo que ya existe, y en la medida de lo posible mejorarlo; pero tratar de empezar de cero no creo que le ayudaría a ninguna de las partes.
Entonces, la AMIIF ya se lava las manos, más bien, los laboratorios. Un ejemplo, yo le doy a Fármacos a un peso una pastilla, él la puede vende en 1.5 pesos al IMSS; en 2 pesos al ISSSTE y en 2.75 pesos a Salubridad y no hay problema. O sea, ¿la AMIIF ya no tiene nada que ver una vez que le entregó a Fármacos el producto?, ¿Fármacos lo vende porque es el que participa en las licitaciones?
— Exacto. El acuerdo en la licitación, cuando se participa a través de un tercero, es que al momento que se gana la licitación, el margen que se está llevando Fármacos -en este caso-, no es más que el pago del servicio que él va a dar.
Hemos tratado de dar opciones para tratar de que esto se solucione y de que no se preste o haga parecer que se están haciendo las cosas fuera de lugar.
Lo que se está tratando de hacer es eficientar, y que al final del día, el paciente que llegue con una prescripción a su unidad la pueda surtir. Ese es el punto álgido de la situación, ahorita lo que nosotros queremos asegurar, al igual que el Seguro Social y que el ISSSTE, es que ese abastecimiento mejore sensiblemente. No puede estar nunca al 100 por ciento, porque ni siquiera en una farmacia particular lo hay, pero queremos estar dentro de lo que se considera como un parámetro de calidad aceptable, y de ahí para el real seguirlo eficientando una vez que se encuentre un canal adecuado para hacerlo.
Quizás las licitaciones directas no sean lo más cuerdo, por eso también está una iniciativa de ley, donde ellos quieren hacer un programa piloto, para hacerlo a través de la sugerencia del Seguro de tener un solo distribuidor. Nosotros les dijimos, y nuestra postura es que el monopolio no lo permite la ley, ¡no nos pongas en una situación difícil! Lo que nosotros proponemos es que tengamos tres para escoger y que podamos trabajar cuando menos con tres.
El argumento del Seguro es “para mi es muy complicado tener en la unidad a tres gentes diferentes trabajando en lo mismo”, entonces, en eso están. El hecho de que el Seguro quiera hacer este programa piloto indica que está tratando de mejorar su distribución hacia las farmacias, para disminuir la falta de abastecimiento.
Ese programa piloto es el de las UMAES, con Fármacos; y ese lo propuso el IMSS, no ustedes.
— Exacto, ese lo propuso el IMSS. Nosotros le dijimos: no vemos correcto que sea uno solo, porque quizás estaríamos propiciando un conflicto de intereses, y porque cualquiera de los que no fueran los elegidos. -porque el tema de Fármacos que salió en el periódico no salió de AMIIF, salió de otro lado, no sabemos de donde, pero el caso es que ya lo aclaramos públicamente-.
Nosotros no consideramos que sea prudente, lo que nosotros estamos sugiriendo es que tengamos tres opciones y que cada laboratorio elija con cual; nosotros no consideramos prudente que se trabaje con uno solo.
¿Cuántas distribuidoras fuertes que pudieran dar servicios hay en México?
— Para el Seguro, el ISSSTE y el gobierno en general hay alrededor de cinco que tienen la capacidad, nosotros estamos diciendo que si de esos cinco nos dan la oportunidad de elegir tres, eso daría muchísima mayor transparencia, muchísima mayor claridad y más oportunidad de que entre ellos concursen, por lo tanto, compitan lealmente.
Eso al final del día le beneficia a ambas partes, porque si hay competencia se quitan las prácticas monopólicas y el Seguro puede estar “jugando” con quien mejor le convenga, en términos de que a lo mejor por el mismo precio me de más servicio o me de el mismo servicio con menor precio.
Creo que esto le da la oportunidad al Seguro de poder tener una mejor opción que la de encerrarse con uno solo, porque al momento que hay uno solo, ahí está el problema monopólico; es decir, yo determino cómo, cuándo y dónde, y es lo que nosotros queremos evitar.
No consideramos que sea prudente, en lo absoluto, una práctica monopólica en ningún nivel.
Además, con tres habría mayor competencia.
— Por supuesto, y la competencia, mientras sea sana, siempre es positiva en todos los sentidos porque hay opciones. Si a mí no me gusta la opción ‘a’, tengo la ‘b’ y la ‘c’; pero si nada más tengo la ‘a’, y me tengo que casar con la ‘a’, pues al final la pagamos todos.

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