La visión de Misael Uribe

Cuando Guillermo Soberón terminó de hablar, Diego Valadés le regresó los halagos, “. para mí fue siempre un privilegio trabajar a su lado”, le dijo.
Y a manera de resumen comentó que además de los cambios que representó la reforma constitucional y la reforma legal correspondiente, “el impacto de naturaleza cultural fue importantísimo”, pues aseguró que con motivo de los cambios, se aplicaron en México “medidas” como la incorporación de las leyendas que aparecen en las bebidas alcohólicas, y en las cajetillas de cigarrillos y puros, “señalando el riesgo para la salud.”
Diego Valadés vio en Soberón una cualidad más, la del valor, y soltó: “quiero recordar a ustedes el valor que tuvo el secretario de Salud, al comenzar a hablar, por primera vez en México, públicamente, sobre sexo seguro y la utilización de preservativos”.
Luego, Diego Valadés presentó a Misael Uribe y lo invitó a tomar la palabra. Se trata, refirió Diego, “de otro muy respetado universitario, profesor de nuestra Facultad de Medicina”.
“Ha sido la suya -continuó- una trayectoria ejemplar porque ha descollado en el ámbito profesional, en el académico y desde luego también como funcionario.”
“Actualmente desempeña el cargo de coordinador general de los Institutos de Salud, de los que como todos sabemos podemos sentirnos orgullosos, porque son los emblemáticos de la medicina mexicana.”, concluyó.

REFLEXIONES

“Muchas gracias por este inmerecido honor”, pronunció Misael Uribe un poco nervioso y con la voz temblorosa dirigiéndose a todos los asistentes.
Luego dejó claro que a la reunión acudía como “simple ciudadano”, a conmemorar 20 años de la reforma al artículo cuarto constitucional.
Después comenzó su discurso:
— La visión social y de políticas de las personas responsables de este hecho, heredaron a este país su sensibilidad, heredaron su trabajo que ya vimos que fue amplio, que fue tesonero, que fue arduo. Su interés en los delicados aspectos de servicio que prestan los profesionales médicos fue reforzado de esa manera.
Ese servicio médico es el más cercano al ser humano, el que lo acompaña aun antes de su nacimiento, lo acompaña en la vida, que prolonga, muy frecuentemente, en la etapa más dura a la que todos llegamos: la muerte. La que ocurre a pesar del avance de la ciencia y el conocimiento.
Y aunque la genómica nos promete que en algunos años los seres humanos viviremos cerca de 150 a 200 años, aun así, el médico, el médico médico, va a acompañar en ese devenir de la vida.
Me es pues muy satisfactorio compartir este día con ustedes, que hicieron, fraguaron, sustentaron, apoyaron y coadyuvaron a establecer en este país, esta tan importante reforma.
A 20 años los cambios tan trascendentes que hemos tenido en la composición de la población en cantidad y en calidad, y en reformas de tipo político que hoy vivimos, nos obligan a una reflexión adicional en la que todos debemos estar unidos y convencidos.
No hay que olvidar que México empezó el siglo XXI con una población que excede los 100 millones de habitantes, con grandes diferencias en cantidad y composición que cuando la inició hace apenas un poco más de un siglo en 1900, cuando la población era de predominio rural y que apenas eran 13 millones, aparte del “descuento” de aquellos que ofrendaron su vida en la Revolución Mexicana.
Pero rápidamente, para 1980, la población era ya predominantemente urbana, había crecido a cerca de 67 millones de mexicanos, y casi esa cantidad de mexicanos era la que había en el país al momento de la reforma al artículo cuarto constitucional.
De ese año a la fecha, tan sólo en 23 años, el crecimiento ha sido de poco más de 33 millones de personas, esta es la numeraria que soporta la preocupación del Estado la preocupación del Gobierno y de la sociedad de participar en el cuidado de la salud.
¿ Ha mejorado la salud de los mexicanos? Esta pregunta la dejo a ustedes.
La Secretaría de Salud ha tenido funcionarios y trabajadores de la salud entregados, a quien México debe que en el último siglo la salud haya mejorado en forma sustancial en términos medibles, académica y por los mejores proyectos de investigación.
La esperanza de vida pasó de 66 años, en 80, a 73 y 78 años en hombre y mujeres.
Se tienen tazas de cobertura de vacunación en niños menores de un año de 93 por ciento, se ha disminuido la mortalidad infantil en 23 por mil, las enfermedades infecciosas, parasitarias y respiratorias, que en el 80 eran responsables en su conjunto de casi el 28 por ciento de las muertes, han bajado a menos del 13 por ciento y el descenso continúa.
¿ Esto es todo lo que hay que hacer? o ¿hay nuevos retos y hay nuevas soluciones?
El éxito de las medidas de salud pública han creado nuevos retos en el área de salud personal, no hay que olvidar que la salud ofrece el aspecto de la salud pública que nos involucra a todos y la salud personal de cada uno de nosotros, para quien cada uno de nosotros busca la mejor opción.
Cito al doctor Frenk cuando menciona en sus diferentes escritos académicos “que necesitamos enfrentar los nuevos retos como fruto resultante de los éxitos del pasado, ya que en salud, siempre somos víctimas de nuestros éxitos”.
Al mejorar la calidad de los indicadores generales de salud de la población hemos logrado que la gente viva más, al vivir más tiempo, se está dispuesto a más riesgo, consecuentemente, al deterioro natural del ser humano, y al alargar la vida de la población, los costos de las enfermedades han aumentado a veces logarítmicamente.
Así, las enfermedades del aparato circulatorio en el 80 eran responsables del 16 por ciento de las muertes totales, ahora son responsables del 23 y continúan creciendo; las del aparato digestivo y la cirrosis se han incrementado del 7 al 11 por ciento; los tumores pasaron a ser del 6 por ciento al 14 por ciento y, para dentro de 30 años, 60 de cada 100 mexicanos se morirán de sólo cuatro enfermedades crónico degenerativas perfectamente modificables y que se pueden curar mediante la investigación y la medicina genómica.
El perfil de la población cambia no sólo en el número total de la población, sino que cambia en la composición de la pirámide poblacional, esta pirámide se ha modificado y se sigue modificando y se proyectan cambios llenos de retos pero también llenos de oportunidades. Además del mosaico que traemos de desarrollo con iniquidad en el norte respecto al sur, nuevos retos ocurren y, dentro de 22 años, la pirámide poblacional se convertirá en un cilindro, donde habrá tantos niños como tantas personas envejecidas.
Esto generará, sin duda, grandes retos socioeconómicos, habrá menos jóvenes que nos puedan mantener y que puedan ser capaces de producir bienestar con sus trabajos productivos. Dentro de 30 años estaremos en una situación como en la que están Europa y los Estados Unidos.
Pero hay diferencias. Allá hay tecnología, innovación tecnológica, gasto en ciencia, ahorro y trabajo constante al ver lo que va a ocurrir. Este trabajo México debió haberlo empezado ayer, para poder prever las complicaciones y los costos que pagaremos de no hacerlo.
Por eso hemos venido diciendo que más que un gasto, la investigación es una inversión en el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos, y que debe ser parte estructural de las políticas de Estado y obligación del gobierno, y de la sociedad de aportarlo, y esto, por supuesto, incluye al legislador.

LO ROMÁNTICO

Hay algo romántico e ideal, pero no siempre alcanzable.
En 1984 la OMS definió a la salud como “el estado de absoluto bienestar físico, mental y social”. No quisiera pedir que levantara la mano quien esté en este estado, porque me encontraría en estado de shock sabiendo que muy pocos de ustedes lo podrían alcanzar.
Es una definición tremendamente humanitaria, tremendamente idealista, pero muy poco pragmática, es posible que ningún gobierno pueda proporcionar este concepto de salud a su población, ni ahora, ni en el pasado, ni posiblemente tampoco en el futuro.
Nadie ha logrado esto, pero en México, con mucho orgullo, se ha logrado la erradicación de enfermedades infecto contagiosas, de enfermedades letales o de enfermedades con un alto grado de índice de discapacidad.
Sin embargo, a pesar de los avances en la salud pública mexicana, no estamos preparados en la salud para atender la salud de las personas, para afrontar los retos de la transición epidemiológica. Tampoco estamos enfrentando el porcentaje de muertes en las 4 principales enfermedades crónico degenerativas, ni en infraestructura ni en capital humano.
Ejemplo: traemos una cuantas docenas de pediatras en formación y unas cuantas centenas de ginecoobstetras en formación. Se requiere, por supuesto, una reorientación estratégica de qué queremos y hacia dónde vamos.
¿ Qué servicios pueden alcanzarse para todos? Hoy en día no existe ningún sistema de salud en el mundo capaz de ofrecer todos los servicios existentes, novedosos, tecnológicos y de diagnóstico a cada uno de los miembros de la sociedad en algún momento en particular, las razones son obvias.
Por un lado, dentro del entorno finito de los recursos, se deben tomar las decisiones sobre el total del recurso que la sociedad destinará al sector salud y, por el otro, a pesar del impresionante nivel tecnológico, la medicina moderna en su operación todavía conlleva a un gran nivel de ineficiencia e ineficacia, a pesar de la dedicación y el beneficio económico del trabajador de la salud.
Esta conmemoración nos deja un gran reto para las nuevas generaciones, la decisión que ellos tuvieron hay que transformarla en acciones que reditúen. Pragmáticamente no basta que la Constitución reconozca este derecho, es necesario que el Estado y que la sociedad -que la apoya con su aportación fiscal- asuman su papel correspondiente para que el derecho realmente pueda ser ejercido, y ejercido de forma plena por todos los individuos.
Al gobierno le corresponde la definición de políticas de salud, la adecuación y la planeación para la mejor distribución de los recursos financieros a las entidades y localidades a fin de que se asegure que quien más necesita, más reciba, y de esa manera sea más equitativo y accesible este servicio.
Habría que preguntarnos qué tanto hemos avanzado en materia de cobertura, de accesibilidad y de servicios de calidad respecto a cómo estabamos hace 20 años. Tendríamos que preguntarnos también qué se entiende por cada uno de estos términos; nos sorprenderíamos de la variabilidad de las respuestas, y nos polarizarían las realidades de la tremenda diferencia.
Cito a la doctora Rache, investigadora que ha propuesto en un artículo lo que ella llama “la noción de la ciudadanía para la salud” un compromiso preciso y exigible que una al Estado con la población a través de una serie de derechos y obligaciones mutuas. La noción de ciudadanía puede resumirse en dos palabras que dice la doctora, por razones históricas, no existen cabalmente traducibles al castellano, son: accountability y entailment. La primera está relacionada a rendir cuentas a los usuarios; la segunda se refiere a la obligación de, por ejemplo: vacunar. Que no debe estar sujeta a ver si sacamos dinero de aquí o dinero de acá.
La inversión en infraestructura en salud en México se ha visto afectada desde hace muchos años, hubo poca convergencia en las metas, estudios actuariales insuficientes, y no fuimos capaces del todo de adelantarnos a la transición epidemiológica. La construcción de centros de salud y algunos hospitales del Seguro Social se llevó a cabo, pero en forma limitada, dimos espacio a la sociedad a la creación de grandes estructuras del sector no gubernamental.
A 20 años estamos todavía en un momento crítico para tomar decisiones sobre la atención de la salud dirigida a prevenir y tratar el grupo de enfermedades que enfrentaremos.
En el futuro de la medicina hay dos aspectos contrastantes, por un lado se abre la perspectiva de la investigación y la medicina genómica, con el que habremos de entender los problemas de salud y sus principales causas, a la vez, el potencial de manejo de la medicina genómica para diagnósticos tempranos y tratamiento oportuno antes de que el costo nos rebase, ya sea con manejo terapéutico adecuado, con herramientas y con inteligencia.
Por otro lado, el esfuerzo que debe realizar cada individuo, y que ha olvidado, del autocuidado a la salud. En 40 años el ser humano ha modificado más su dieta y su hábito sedentario que en los últimos 40 mil años que tiene de existencia, por eso, el Gobierno de Estados Unidos -como ejemplo- gasta casi 100 billones al año, como consecuencia y secuelas directas de la obesidad. La sociedad tiene un papel importante en coadyuvar y prevenir ese tipo de complicaciones.
De no contar con el cuidado personal para la prevención y de no contar con esos tratamientos y cambios de hábitos, no habrá sistema de salud capaz de sufragar los gastos que el incremento de las enfermedades crónico degenerativas traerán en el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos y de las generaciones por venir.
Al asegurar el derecho a la protección a la salud, contribuiremos también a proteger la salud de nuestros derechos humanos. La celebración de hoy es por ello magnífica, y es la puerta de donde podremos comunicar, actualizar y extender.
Este avance tan trascendente de hace 20 años, debe consolidarse con un esfuerzo consensuado en varios ámbitos, por un lado, al interior del propio sector salud, y plantearse los alcances, las limitaciones y las necesidades de crecimiento y de reordenamiento del Sistema Nacional de Salud; y por el otro, como un sector de gobierno y sociedad cuya labor incide sobre la salud, como son educación, comunicaciones, agua, drenaje, etc..
Sin olvidar y recordar que la inversión en salud y la inversión en educación son las mejores formas de recibir riqueza. Ejemplo, en un libro que se llama “Por qué unos países son pobres y otros son ricos”, dice: hace 250 años la brecha entre los países ricos -el más rico era Suiza-, y los pobres -el más pobre era Mozambique-, era apenas del ingreso per cápita, capacidad de compra o equivalentes, de 5 a 1. En la actualidad es de más de 400 a 1. Y hoy vimos en Reforma las tremendas iniquidades en la distribución de la riqueza, en un país pobre como es México.

EL TRANQUILO

Y Diego Valadés selló el discurso de Misael Uribe:
— Como todos esperábamos, el doctor Misael Uribe nos ha ilustrado sobre los problemas de naturaleza médica, pero también de las implicaciones sociales, culturales y humanas que tiene la atención a la salud.
También ha demostrado esa extraordinaria cultura acumulada a lo largo de años de estudio. desde luego, el planteamiento de fondo que nos deja la aportación del doctor Uribe consiste en cuanto a que si bien hemos registrado avances significativos, también tenemos en este momento que ver con muchísima objetividad las múltiples dificultades y los enormes escollos que se presentan para buscar un resultado razonable a la atención de la salud en México.
Dicho por quien tiene su experiencia y su responsabilidad administrativa y clínica en este gran país resulta muy alentador, porque siempre que encontramos a un servidor público involucrado no solamente en el quehacer cotidiano, sino también consciente de las muchas dificultades pendientes que resolver, nos podemos sentir tranquilos y orgullosos.

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