Las remembranzas de Guillermo Soberón
De la descentralización, a la clonación

Jani Luna González y Valentín Cardona
1 de abril de 2003

Se juntaron para “celebrar” 20 años de “elevación” a rango constitucional, del derecho a la protección de la salud, y lo hicieron el 3 de febrero último, en el auditorio principal del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Aquel día, el expresidente De la Madrid dio la “nota” a su llegada, pues dijo que a dos años del gobierno de Fox lo ve “sin logros que mostrar”, y que si sigue por el mismo camino, “el país se va estancar”.
Para De la Madrid, a Fox le faltan “idea de gobierno, un equipo más coherente y capacidad de negociación con los demás partidos políticos”, y aunque dio pocas posibilidades de cambiar “el rumbo” del país, aseguró que “todavía se puede mejorar en alguna medida”, por último, calificó la gira presidencial por Alemania como “desafortunada”y dijo que fue “injusto” que algunos estudiantes alemanes señalaran a Fox como asesino.

Luego ingresó al auditorio del IIJ donde compartió la mesa con Guillermo Soberón Acevedo, Misael Uribe Esquivel, Ingrid Brena Sesma, Fernando Cano Valle y Diego Valadés Ríos, quien fungió como moderador y dio la bienvenida a los ponentes.
Dijo Valadés Ríos en la presentación:
— Hoy se cumplen 20 años de la publicación del decreto que reformó el artículo cuarto constitucional para establecer el derecho a la protección de la salud en nuestro país.
Se trató de una iniciativa que planteó desde su campaña presidencial el licenciado Miguel de la Madrid, y que formó parte del primer gran paquete de reformas constitucionales que envió el 2 de diciembre de 1982.
El impacto y la importancia que han tenido en la salud de los mexicanos las reformas constitucionales y legales que se produjeron es algo que vale la pena revisar y examinar a una distancia de 20 años.
Nadie puede en este caso darnos una mejor perspectiva de lo que se planteó y de lo que se comenzó a desarrollar como innovación en el sistema de salud en México que los dos más importantes protagonistas de ese período y de esas reformas: el presidente de la República y el secretario de Salubridad.
Por eso agradezco mucho al señor presidente Miguel de la Madrid que haya aceptado participar en esta mesa para hacer una revisión de lo que ha ocurrido y de lo que se produjo a partir de la reforma constitucional, y al doctor Soberón entonces secretario de Salud y antes rector de nuestra Universidad.
Luego, Valadés presentó a Misael Uribe como “distinguido universitario”, y a los “distinguidos investigadores del Instituto” Fernando Cano Valle e Ingrid Brena Sesma, esta última, coordinadora del núcleo de Derecho y Salud del IIJ.
Para concluir su corto mensaje de presentación y bienvenida, Diego Valadés expuso:
— El tema derecho y salud, es un tema clave en el trabajo de este instituto y en esa orientación hemos tenido la oportunidad de colaborar muy estrechamente con el doctor Guillermo Soberón, y con la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) en el proyecto de medicina genómica, esta mesa trata, por tanto, de la procura de una nueva meta en la discusión y el análisis de la salud en México, pero a partir de las importantes y trascendentes reformas de hace 20 años.
Y finalmente invitó a De la Madrid a participar.

AVANCES Y REZAGOS

“Voy a pronunciar unas palabras para recordar la iniciativa de reforma constitucional que envié en diciembre de 82 para elevar al rango de garantía social, la protección de la salud”, dijo De la Madrid y expuso:
— La política de protección a la salud empezó desde hace varias décadas, desde los primeros gobiernos de la Revolución con resultados francamente positivos: se ha elevado la expectativa de vida de los mexicanos, se ha disminuido la morbilidad y, sin duda alguna, los avances en la seguridad social son de los más importantes logros de esos gobiernos.
Está cubierta la población obrera en general con el IMSS; la vocación de los trabajadores al servicio del Estado y la población afiliada a las fuerzas armadas nacionales. De esta manera ha ido creciendo el universo de los mexicanos cubiertos por los sistemas de seguridad social, entre cuyas prestaciones principales está, sin duda, el servicio medico.
Creo que también debe de tomarse en cuenta que las políticas de protección al medio ambiente son parte de la política de protección de la salud de los mexicanos, ya que sin un medio ambiente sano no es posible cuidar en lo individual la salud de nuestros conciudadanos. Le falta todavía mucho a nuestro país para establecer plenamente un sistema de protección a la salud, y yo destacaría como uno de los rubros que más rezagados se han quedado el de la sociedad rural.
Creo también que a partir de los años 70, gracias a la nueva política entonces de planeación familiar, México ha podido bien manejar el crecimiento de la población, y que si bien en este campo falta mucho que hacer sobre todo en la población rural, en la población pobre de las concentraciones humanas.
La elevación del derecho a la protección de la salud obedeció mucho a la tradición constitucional mexicana de ir incorporando el texto constitucional a los principales derechos sociales como un bloque de derechos que se diferencian claramente en las garantías individuales.
En tanto que las garantías constituyen un límite de poder al Estado, los derechos sociales constituyen un marco que induce la acción del Estado a los fines correspondientes; las garantías individuales son un conjunto de obligaciones de no hacer, en tanto que los derechos sociales son un grupo de acciones para hacer.
Los derechos sociales no es que se cumplan automáticamente con ponerlos en la Constitución, no, pero lo que si hacen es enmarcar la acción del Estado con una serie de principios que lo obligan a tomar las medidas consecuentes en las materias correspondientes.
Dentro de esos puntos constitucionales y sobre todo de la política que se llevó de ella, se trató de ubicar la política de protección a la salud en el plano del sistema nacional de planeación por una parte y por la otra en las políticas de descentralización que eran ya entonces una exigencia nacional.
Se ha logrado mucho a partir de esas reformas, los especialistas serán los que aborden los avances correspondientes y los rezagos, y aquí me limito a mi comentario agradeciendo al doctor Valadés la oportunidad que me dio de participar en esta conmemoración.

HALAGOS

Cuando el expresidente terminó, Diego Valadés le agradeció: “Muchas gracias. no sólo es el punto de vista del jurista, es también la perspectiva del protagonista porque gracias a la amplia perspectiva que tuvo de los problemas sociales, fue que se abrió la posibilidad de elevar al nivel de norma constitucional una de las aspiraciones más importantes que ha tenido la sociedad mexicana, que consiste precisamente en la protección de la salud”.
Y enseguida se refirió a Soberón: “voy a solicitar al doctor Guillermo Soberón, que nos de algunas reflexiones”, y lo hizo ver excelso: “todos conocemos su obra magna y extraordinaria como responsable de la salud en México”, y le descubrió nuevas facetas: “pero hay una faceta que me interesa destacar del doctor Soberón: es precisamente su gran intuición con los problemas del derecho. En su gestión como rector, como secretario de Salud, y ahora como presidente de Funsalud, las preocupaciones de naturaleza jurídica han estado siempre presentes en el doctor Soberón, por eso se ha anticipado a muchos cambios, por eso le podemos agradecer que haya impulsado al lado de Miguel de la Madrid esta reforma”.
Y por fin lo dejó hablar.

LAS REMEMBRANZAS DE SOBERÓN

“Muchas gracias Diego por la oportunidad que se me da para hacer algunas remembranzas frente a ustedes de lo que me llevó al establecimiento del derecho a la protección de la salud en tiempos en que colaboraba yo con el presidente Miguel de la Madrid, a quien, desde luego, agradezco su enorme apoyo para la función que yo desempeñé”, contestó Soberón a Diego y luego contó su historia:
— Me voy a referir fundamentalmente a tres puntos: al origen de cómo se dio esta iniciativa, al significado de la misma desde el punto de vista de la salud y a la trascendencia que ha tenido.
Era el año de 1981, en junio, me encontraba entonces en un periodo sabático en la Universidad de Wisconsin y de pronto me llama por teléfono el licenciado Miguel de la Madrid, a la sazón secretario de Programación y Presupuesto, y me dice que por indicación del presidente López Portillo me buscaba para que pudiésemos discutir algún planteamiento, y que, por lo tanto, cuándo podría ir yo a México, a donde yo venía con frecuencia porque venía a lo sabático -la familia y los hijos se quedaron aquí en México haciendo estudios universitarios-.
Vine de inmediato y platiqué con el señor secretario de Programación y Presupuesto y me hizo saber que existían dos programas de gestión de cobertura muy ambiciosos, uno, el llamado en aquel tiempo IMSS-Coplamar, después se le designó como IMSS-Solidaridad y ahora se llama IMSS-Oportunidades destinado a cuidar de la salud de la población rural, se había dado la encomienda de administrarlo al Instituto Mexicano del Seguro Social.
El otro programa era el de la protección de la salud en las zonas pobres de las grandes urbes, y se había dado la responsabilidad de administración a la Secretaria de Salubridad y Asistencia.
Se daba el caso que los dos programas requerían de grandes erogaciones y no se veía claramente el deslinde entre uno y otro, y esto me llevó a discutir al secretario De la Madrid con el presidente López Portillo elementos que tenían para poder dar esta asignación de recursos de manera más justificada. Esto nos llevó a la consideración de que lo que hacía falta era hacer una apreciación general de los servicios públicos de salud, por lo tanto, me invitaron a que asumiera yo esta encomienda y a hacer una valoración real de los servicios de salud.
Me atrajo mucho la propuesta que se me hizo y entonces se organizó lo que se llamó la Coordinación de los Servicios de Salud de la Presidencia de la República (CSSPR), que se instaló formalmente el 11 de agosto de ese mismo año de 1981.
El mandato que recibió la coordinación de manera especifica fue determinar los elementos normativos, administrativos, técnicos y financieros de los servicios públicos de salud a fin de integrarlos en un sistema nacional de salud que diera cobertura a toda la población.
Las líneas de acción que seguimos fueron las de hacer varios estudios, luego se integró un grupo muy capaz con los recursos que nos fueron suministrados. Entonces el licenciado Diego Valadés colaboró de manera muy efectiva y, para cumplir con este mandato, intervinieron varios universitarios más.
Debo de decir que este grupo fue constituido por universitarios; esos estudios se referían al financiamiento, a la legislación vigente, cómo estaban organizados, cómo se desempeñaban las regiones y los servicios, etc.
De manera muy importante se hicieron estudios de campo directamente en 12 entidades federativas, y dada la riqueza de la información que proporcionaron fueron extendidos a 19 estados de la República. Todos ellos eran mediante convenios, que por indicación del presidente de la República, se hacían con los gobernadores correspondientes.
Y además se hizo una revisión exhaustiva de la legislación vigente y se procedió al ejercicio de lo que llamábamos entonces ‘aprender a integrar integrando’, y esto fue, que desde el punto de vista del arreglo institucional, había ciertas dependencias que estaban fuera de lo que les correspondía de acuerdo con la organización del sistema que se tenía entonces.
Por ejemplo, existían los servicios médicos de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público y que fueron asignadas al ISSSTE; la que correspondía a los servicios médicos de los ferrocarriles se incorporaron al IMSS; algunos servicios que tenía el DIF pasaron a la Secretaria de Salubridad y Asistencia y en fin. arreglos de esta naturaleza.
Para el día 8 de octubre ya fue posible presentar al presidente de la República, el licenciado López Portillo, los productos que daba esta coordinación, pero yo debo decir que desde el 25 de septiembre de 1981 el secretario De la Madrid fue ya candidato a la Presidencia de la República y durante toda su campaña fue posible informarle de cómo iban los estudios de la coordinación que se nos había encomendado a fin de que nos pudiera dar su orientación, y esto, desde luego, fue una ventaja muy importante para la propuesta que hicimos.
En síntesis, la CSSPR propuso una serie de medidas administrativas con ambiciosas estrategias que se llevaron a efecto durante el gobierno del presidente De la Madrid, algunas de ellas las llevamos a nivel macro y estas corresponden a la sectorización de los servicios de salud, a la descentralización de los servicios de salud, a la modernización administrativa de la Secretaría de Salubridad y Asistencia a fin de adecuarla al hecho de que se desprendía de los servicios que tenía a su cargo para pasarlos a la responsabilidad de las entidades federativas.
Este ejercicio cambió también el enfoque de la Secretaria de Salubridad y Asistencia, de tal manera, que se justificó que en el año de 1986 se designara como Secretaría de Salud; la cuarta estrategia fue la coordinación intersectorial de muchas acciones que dependen de otros aspectos de la administración pública federal pero que inciden directamente en la salud y en la educación, entonces sumados a los esfuerzos del Sistema Nacional de Salud. Y por último, la capacitación política.
En relación a las propuestas y estrategias de tipo micro estaba el financiamiento, los recursos humanos, la investigación en salud, la información en salud y la producción de insumos para la salud.
Al revisar completamente la legislación vigente se recogió el compromiso que en la campaña había pronunciado el candidato Miguel de la Madrid -antes de elevar a rango constitucional el derecho a la protección de la salud, y proponer que hubiera una ley reglamentaria que fue la Ley General de Salud, las leyes estatales de salud, una redefinición de los reglamentos correspondientes a esta ley, que en aquel entonces había cerca de 80 ordenamientos farragosos y que de cierta forma eran contradictorios- se simplificó para llevarnos a tener sólo 6 elementos, posteriormente se integraron dos y ahora son 8 vigentes, de ahí emanan lo que llamamos las Normas Técnicas, que ya indican de manera precisa cómo se deben ejecutar las intervenciones; tanto las de atención médica, o sea, servicios, así como los de salud pública.
Entonces se desencadenó toda esta cadena legislativa.
En el artículo cuarto se introdujo un nuevo párrafo, el párrafo tercero que trata del derecho a la protección de la salud y esto fue exactamente hace 20 años, salió publicado en el Diario Oficial. Aunque debo de decir a ustedes que después de que se presentaron estas propuesta de protección de los servicios de salud al presidente López Portillo, él nos dijo: “me ha sido interesante la propuesta de ustedes y si a caso hacerles alguna sugerencia, si fuera el caso; pero las decisiones de las opciones que ustedes presentan ya debe tomarlas el presidente electo, que era el licenciado De la Madrid”.
El día 15 de octubre fuimos a hacerle la presentación en lo que era su casa de campaña, en plaza Santa Catarina, en Coyoacán, tomó decisiones el señor presidente electo y una de ellas fue muy contundente: que se enviara a una persona por parte de la coordinación que fue el licenciado Diego Valadés, y otra persona que él designó y que formó parte de su campaña, que fue el licenciado José Francisco Ruiz Massieu y les dijo: “ustedes traduzcan en mensaje político y en iniciativas de ley las propuestas que ahora se han aprobado, porque vamos a empezar la gestión con gran firmeza para hacer estas modificaciones”.
Y en efecto, ya en el discurso inaugural, el presidente De la Madrid mencionó el derecho a la protección a la salud, así como la regularización de los servicios de salud y también de los servicios educativos.
Yo diría que Diego Valadés y Ruiz Massieu hicieron su labor de manera muy efectiva y es algo que se reflejaba en la gestión del presidente De la Madrid, y en efecto cumplieron con el cometido puntual que se les había dado sobre todas estas iniciativas que hacían el inicio.
Hubo puntos importantes que fueron discutidos, ya no me detendré en ellos, pero se discutieron mucho que si era derecho a la salud como en algunos países o más puntualmente el derecho a la protección de la salud para establecer de manera más directa el compromiso.
Con respecto al significado, es muy claro que si bien la Constitución del 17 ya incorporaba la figura del Consejo de Salubridad General, y del Consejo Interior de Salubridad, además el Departamento de Salubridad y en el artículo 123 ya había indicaciones de que los estudios que deberían de darse, incluyendo la salud, pues ya es realmente asumido como derecho a la protección a la salud al cambio constitucional, pues ya obligaba al gobierno -como ha explicado el señor presidente- a dar lo necesario para que se cumpla crecientemente con este mandato.
En el texto que formularon Diego Valadés y Ruiz Massieu había tres elementos fundamentales:
Uno: El acceso de toda persona a los servicios de salud en México, y esto es importante, porque toda persona incluye mexicanos y no mexicanos.
Segundo: Habla de la concurrencia de la federación y de los gobiernos de la República en el establecimiento en la materia de salubridad general.
Y tercero: Señala una ley que se ocupara para favorecer el acceso a los servicios de salud.
Todo eso fue cumplido muy puntualmente y bueno, yo creo que han sido instrumentos muy importantes en los logros que destacaba el licenciado De la Madrid.
Tiempo atrás el gobierno de México ha hecho una labor importante, pero creo que ahí se marcó el inicio para organizar mejor los recursos que la actividad dispone y puedan hacerse más efectivos.
Se dio entonces el caso de que el Ejecutivo Federal siguió el desempeño de un sector salud que corresponde a todas las entidades. Pero después, este sector salud se englobó en un ámbito más amplio que es el Sistema Nacional de Salud al cual se sumaron los sistemas estatales de salud ya establecidos, los servicios privados de salud y también la injerencia de lo que eran las entidades globalizadoras, que tienen que ver con muchos aspectos de la administración pública federal.
Quiero por último decir que ha habido algunas modificaciones a la Ley General de Salud, el doctor Gonzalo Moctezuma me hizo el favor -la semana pasada- de darme un listado de la serie de reformas y modificaciones que se han introducido, y en las que ha habido tres muy interesantes que yo creo que vale la pena mencionar.
Una de ellas se hizo en el año de 1987 para prohibir la comercialización de la sangre en México y esto fue como resultado de lo que se había encontrado, la alta incidencia en los bancos de sangre de sangre contaminada.
Yo recuerdo que se le explicó al señor presidente la importancia que esta comprendía desde el punto de vista epidemiológico, también pude hacerle ver los intereses creados y los problemas que iban a existir cuando se tomara esta medida. Sin embargo, su decisión fue muy firme: “vamos a hacerlo y cuanto antes mejor para evitar que esto siga caminando”.
Pero hubo que esperar a que se diera toda la infraestructura necesaria en el país para poder dar cumplimiento a esa modificación porque hubo una idea de que en cada estado de la República hubiera bancos de sangre competentes que pudieran hacer las funciones de poder decir que la sangre era examinada, porque toda transfusión que en México se hace debe de tener la etiqueta de que ha sido analizada, y desde el punto de vista epidemiológico pues muy estructuralmente se han hecho las modificaciones que a través de los años han representado un logro muy importante en casos de SIDA, y en el caso de evitar muchas muertes innecesarias.
La segunda modificación vino en el año de 1991 y se refirió a una simplificación importante y a cambios que se hicieron en el área de Regulación Sanitaria. Y la tercera en el año del 92 que se refiere a la donación de órganos y tejidos para los transplantes, y bueno, es una legislación que tiene que estar preparada para el futuro.
Ahora surgen los conceptos de medicina genómica y clonación, se prepara la respuesta del Estado para contender con ello, cito que se han discutido en las comisiones correspondientes de la cámara baja tres iniciativas: una para introducir a la Ley General de Salud el concepto del genoma humano; otra para modificar la Ley de los Institutos Nacionales de Salud e introducir la figura de un Instituto Nacional de Medicina Genómica que tendrá su ubicación en el ámbito de los Institutos Nacionales de Salud, y la tercera para ver los efectos de clonación, y ahí se añade una más, que se refiere a la reproducción asistida.
Quiere decir que nuestra legislación debe estar preparada para este dinamismo dado el vértigo con que surgen los conocimientos en esta área.

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