Nació el engendro
El Senado aprueba el seguro popular

Jani Luna González, Karina Ortiz García y Valentín Cardona
24 de abril de 2003

Siete votos en contra fueron insuficientes para impedir el nacimiento del engendro en que finalmente quedó convertido el seguro popular. “Sobre la marcha”, y de manera “progresiva”, se irá corrigiendo su incierto destino, dicen quienes lo gestaron.
Y se veía venir al término del foro del 14 de abril pasado, cuando los senadores integrantes de la Comisión de Salud y Seguridad Social del Senado, hicieron a Imagen Médica sus respectivos pronunciamientos.
Elías Miguel Moreno Brizuela, perredista presidente de la Comisión dijo: “por muchas razones estoy pensando votarla en contra”.
Miguel Ángel Navarro Quintero, priísta secretario de la Comisión reveló: “ha habido simpatía -de los priístas- a las grandes modificaciones que se han hecho a la iniciativa, y a la flexibilidad de ir enriqueciéndola con muchos puntos de vista que son de fondo”.
Marco Antonio Xicoténcatl Reynoso, panista y también secretario de la Comisión aseguró: “lo que nos falta es seguir arrastrando la pluma y el lápiz para seguir revisando la iniciativa y estar en posibilidades de presentarla a su aprobación ya”. Pero luego corrigió: “déjame hacerte una corrección de lo que te afirmé hace un momento, dije que debería de presentarse a su aprobación, no, debe de ser presentada a su discusión en el pleno, y en el pleno veremos si se aprueba o no”.
El foro pues, más que de discusión, fue convocado por los senadores a manera de simulación.

DOLORES DE PARTO

La misma simulación se dio entonces en las reuniones con los secretarios estatales de Salud, y de Finanzas, con los que los senadores sostuvieron “reuniones de trabajo” para “analizar” los pros y los contras del seguro popular.
Y es que de acuerdo a testimonios en poder de Imagen Médica, el seguro popular establecido en los estados generaba más perjuicios que beneficios con su implantación. Y ni que decir de la opinión mayoritaria de los directores de los hospitales “ancla”, también convocados por los senadores y que mostraron su desacuerdo con la operación del seguro popular, por carecer de recursos, infraestructura y aun más, de personal médico suficiente para enfrentar la demanda.
El 14 de abril también hubo coincidencias. Los tres senadores señalaron que la iniciativa se presentaría al pleno del Senado el 23 de abril. Además, manifestaron que el secretario de Salud, Julio Frenk Mora, mostraba plena apertura y disposición, a escuchar y aceptar “todas” las observaciones a la iniciativa. Libro abierto, pues.
Pero el miércoles 23 de abril la iniciativa no pasó, el día se consumió en un intenso parloteo entre los senadores, sus bancadas, y los cabilderos de la Secretaría de Salud. Ese día, también hubo indicios de que todo estaba consumado.
En efecto, de acuerdo con las versiones de los senadores a Imagen Médica, la iniciativa se detuvo, entre otros “detalles”, porque había fuertes disensos sobre cómo quedaría el IMSS-Oportunidades. Además, porque estaban pendientes de salvar cuestiones no de “espíritu”, sino de “redacción” y, paradójicamente, la opinión de algunos gobernadores.
Moreno Brizuela dijo que el jaloneo estaba “duro”, que el PRI votaría a favor y que el PRD estaba dividido. Que los gobernadores de Zacatecas, Michoacán y Baja California estaban a favor, que el de Tlaxcala tenía dudas y que el del Distrito Federal mantenía su no a secas.
Xicoténcatl Reynoso ya no tenía ninguna duda, “el PRI nos pidió un pequeño receso, pero en términos generales, están a favor de la aprobación”, indicó. En el PAN estamos a favor, “sin duda todos”, manifestó. En el PRD me acaba de comentar el senador Moreno que están entre que sí y entre que no. “Yo creo que van a salir con un voto dividido, no veríamos un voto como grupo parlamentario, sino que se daría libertad a cada senador para que establezca el sentido de su voto”, remató.
Navarro Quintero aseguró que el PRI no iba con la reforma de manera mayoritaria, sin embargo, agregó, “el PRI se encuentra satisfecho en gran parte con las aportaciones que se han hecho”. Dijo que quedaba “aclarada” toda sospecha de privatización, que el IMSS-Oportundades quedaba con el modelo de atención “con el que ha venido funcionando” y que mantenían contacto permanente con Julio Frenk y con su grupo de colaboradores de “alto” nivel, por cierto, presentes en el Senado.

EL PARTO FATAL

La mañana del 24 de abril la iniciativa con proyecto de decreto propuesta por el Ejecutivo apareció publicada en la Gaceta Parlamentaria y agendada para primera lectura en el orden del día, y se daba como un hecho su aprobación.
Y así fue.
El cabildeo continuó a lo largo de la mañana y parte de la tarde, hasta que, por fin en tribuna, los senadores fijaron sus posturas.
Moreno Brizuela habló sobre la “grave crisis” del sistema de salud, recordó que el Senado aprobó una modificación al artículo 19 de la Ley General de Salud mediante el cual se pretende incrementar el gasto público en salud hasta un 5 por ciento del Producto Interno Bruto, y que “por desgracia”, no ha podido ser discutida en la Cámara de Diputados.
Se pronuncio en contra de la aprobación de la iniciativa, porque dijo, tengo la responsabilidad de “alertar” a mis compañeros legisladores sobre la aparición del “Hospital Universal”, que podría acabar con la gratuidad y universalidad del sector salud y de los servicios médicos.
Y aunque alentó también a los gobernadores de no irse con la “zanahoria” de que les llegarían más recursos, porque en el corto o mediano plazo las entidades federativas pueden empobrecer, nada logró.
Xicoténcatl Reynoso se pronunció, como en los “viejos tiempos”, en nombre de la bancada panista y se volcó en elogios. Aseguró que la iniciativa enviada por el Ejecutivo -la que minutos después se aprobaría- eran totalmente diferentes, y que el resultado del trabajo de los legisladores era una ley “justa y buena”.
Dijo también que la ley “acababa” con la inequidad, y que Acción Nacional la consideraba como una “acción” de justicia social. Concluyó con un “no necesito defender el articulado de esta ley, porque esta ley, si la leemos con cuidado: se defiende sola.”
En el mismo tenor se pronunció Navarro Quintero, quien a nombre del PRI se pronunció a favor luego de asegurar que tras un proceso “responsable de escrutinio, de revisión, consensando a grupos sociales, a grupos organizados de profesionistas, a legisladores estatales, a gobiernos estatales y a senadores”, se había construido la “propuesta de todos”.
Como en el pasado, para reforzar su tesis, tuvo que llamar mentiroso a Moreno Brizuela, y dijo que el PRI, al votar dicha iniciativa “toma los riesgos y los compromisos porque no es un partido que se esconde cobardemente para transformar, y más cuando se trata de la salud de los mexicanos”. Y aprovechó también para anunciar la reforma del ISSSTE.
Concluyó: “Así, con el voto a favor, consiente y responsable, seguiremos apoyando este tipo de reformas que habrán de seguir garantizando la justicia y la paz social para todos los mexicanos”.
Luego, Emilia Gómez Bravo, del Partido Verde Ecologista, también habló a nombre de su bancada, aunque nada sustancial dijo y sólo se sumó al PAN y al PRI, dejó entrever que en efecto ya todo estaba acordado. “La reforma que estamos a punto de aprobar en esta Cámara, es una medida de justicia social…”, pronunció.
El discurso del perredista Demetrio Sodi de la Tijera fue contradictorio y a la ligera. Dijo que había dos visiones que los “dividían” como fracción, y que aunque los gobernadores consideraban que podía ser una “carga pesada” y que el programa “no resuelve”, daba un “aumento importante” de recursos a los estados.
Como nadie le hacía caso, Demetrio Sodi se molestó, “hay mucho ruido, señor presidente”, dijo a Enrique Jackson Ramírez. Y Jackson Ramírez llamó la atención de los ahí presentes: “tiene razón el senador Sodi… está razonando su posición a favor del proyecto de dictamen que está a discusión… yo le ruego a la asamblea que ponga atención a la discusión de un proyecto de dictamen de una ley que tiene una gran trascendencia para el país…”
Y Sodi continuó y se pronunció a favor sin pena ni gloria.
Moreno Brizuela cerró el debate. “De verdad espero que con la misma euforia con que hoy están aplaudiendo este programa, en tres años, estén aplaudiendo los resultados. Lo espero de corazón”, dijo a todos y terminó como él mismo lo mencionó, “como una visión única en el desierto”.
Con 83 votos a favor el Senado parió al engendro. Intacto en lo fundamental y para sus “efectos constitucionales” el engendro se turnó a la Cámara de Diputados, donde probablemente la próxima semana se dará el desenlace fatal.

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