Complot en Comitán
Culpables todos

Jani Luna González
20 de febrero de 2003

El miércoles 18 último Raúl Belmonte Martínez, José Héctor Arciniega Nieves y José Luis Minjares Robles se presentaron en las oficinas de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados para presentar a los legisladores el “panorama global y la situación” que se está presentando en Chiapas a raíz de la muerte de casi una treintena de recién nacidos en el Hospital General de Comitán en el pasado mes de diciembre.
A falta de la presidenta de la Comisión, María Eugenia Galván Antillón, fueron recibidos, entre otros, por los diputados Adela Graniel Luna, Eduardo Leines Barrera y Manuel Wistano Orozco, a quienes expusieron “la repercusión que los acontecimientos han tenido en el quehacer del médico y las situaciones que se están generando desde los puntos de vista médico y legal”.
Y es que Belmonte Martínez y Arciniega Nieves conocen a fondo lo que sucedió en Comitán, pues el primero es el director “en el exilio” del hospital y el segundo es el subdirector del mismo. Preocupado por el linchamiento hacia los médicos, Minjares Robles, vicepresidente del Colegio Médico de México, se sumó con ellos en un largo peregrinar.
En efecto, luego de ir a la Cámara fueron al Senado de la República, en donde a falta del presidente de la Comisión de Salud y Seguridad Social, Elías Miguel Moreno Brizuela, fueron atendidos por Marco Antonio Xicoténcatl Reynoso, secretario de la Comisión.
El jueves 19, por la mañana, hicieron escala en la Comisión Nacional de Derechos Humanos y casi al medio día, en la Secretaría de Salud. Ahí buscaron ser recibidos por el secretario Julio Frenk Mora pero, a falta de este, Roberto Tapia Conyer los atendió.
Legisladores y funcionarios escucharon planteamientos de los protagonistas médicos sobre como piensan y ven que se pueden hacer las cosas en salud en su zona jurisdiccional. Y aunque no lograron acuerdos, les manifestaron su “apoyo solidario” para que en un futuro próximo inmediato, “la manera de hacer la medicina y atender la salud en la región se modifique”.
Luego de platicar con Tapia Conyer, los tres médicos sostuvieron entrevista -conjunta- con Imagen Médica. Minjares Robles señaló a los diputados la necesidad de que los médicos chiapanecos “no fueran reprimidos como acostumbra el vertical sistema nacional de salud en el que vivimos”.
Belmonte Martínez rechazó que su presencia se debiera a una búsqueda de su reinstalación, de hecho, atajó, “yo no tengo ningún interés en que se me reinstale, sino que se haga justicia al respecto, de que se nos permita hablar y externar todo. ¿Por qué ocurrió?, ¿qué sucedió?, ¿por qué Comitán?”

EL COMPLOT

Belmonte Martínez lleva 22 años de trabajar en el Hospital General de Comitán y hasta diciembre de 2002, su paso había sido más estable que accidentado. Fue director 10 años consecutivos, de 1986 a 1996. Fue precisamente en el 96 el año en el que, “por razones políticas” dejó la dirección. En febrero de 2001 asumió de nuevo el puesto, mismo del que fue apartado “provisionalmente” en enero de 2003.
Para el director “en el exilio”, Belmonte Martínez, es “importante” conocer lo sucedido en Comitán. ¿Por qué en Comitán?, ¿qué sucede en Comitán? Se preguntó a sí mismo en la entrevista realizada en un restaurante cercano a la Secretaría de Salud.
Platíqueme. Se le invitó.
— Esa muerte perinatal no es exclusiva del hospital de Comitán. Si nosotros pudiéramos tener acceso a la estadística y a los archivos de todos los hospitales de características semejantes -al hospital de Comitán- en todo el país, pues nos vamos a encontrar sorpresas enormes, yo digo que hasta mucho más lamentables que en Comitán.
Estoy seguro que ocurre y lo he externado incluso en algunos medios de comunicación que me han permitido el acceso: que muchos de los compañeros hermanos médicos que están inmersos en otros hospitales, en otras partes del país, pues que vivan también en carne propia lo que estamos viviendo, porque seguramente está pasando lo mismo o peores cosas.
¿Por qué en Comitán?, ¿por qué sucede en Comitán?, ¿qué pasa en Comitán?. Yo creo que aquí hay un complot en cuanto a cómo se manejó esto; porque esa información, ¿cómo salió a la opinión pública? El director del hospital no salió y corrió a las televisoras, ni a los medios de comunicación a decir: ¡se nos murieron 26 niños!, ¡publíquenlo!
¡Claro que no!, ¿quién lo manejó?, ¿quién lo sacó? -es una investigación importante, interesante-, ¿con qué motivos?, ¿por qué?
Usted, ¿ya lo detectó?
— En mi concepto personal tengo algunos indicios y entiendo varias cosas. Comitán estratégicamente tiene un lugar preponderante en la geopolítica del estado. “Casualmente”, el director anterior dejó al hospital en una ruina administrativa, laboral y económica y, “casualmente” es Humberto Córdoba Cordero, un político de fracaso en fracaso que fue nombrado secretario de Salud por Roberto Albores Guillén -íntimo amigo y cuate de él en todos los aspectos-.
“Casualmente”, Humberto Córdoba Cordero es comiteco, es una gente que tuvo una actuación tan triste y pésima, tan vergonzosa para la sociedad comiteca, que bueno, vaciaron, saquearon, dejaron en unas condiciones económicas vergonzosas la Secretaría de Salud. Es un exsecretario que está buscado hasta por la Interpol, es uno de los cinco o seis funcionarios chiapanecos -del gobierno pasado- que son buscados no solamente a nivel nacional, sino internacional: ese es un enlace.
Dos, Comitán es uno de los pilares en salud y, lo que está ocurriendo en Comitán y se está haciendo en Comitán en salud, no le conviene a muchas gente.
¿Qué está ocurriendo?, ¿qué se está haciendo?
— Están ocurriendo hechos como este: que el Hospital General de Comitán está convenciendo a la sociedad civil para que se corresponsabilize de la actuación del hospital con la sociedad, cosa que no está ocurriendo en ningún otro hospital del estado, esto es algo novedoso, es algo inédito.
Esto le molesta a muchos de los intereses laborales que hay dentro del hospital y dentro de la Secretaría; y uno de ellos es el sindicato.
A otras gentes, desde el punto de vista económico, no les conviene que la sociedad esté inmersa y se entere de algunas cosas de las que antes jamás podría enterarse.
Estamos hablando también que coincide con los aspectos políticos electorales que hay en la zona, y que no le conviene a algunas gentes con intereses de poder que esto siga avanzando.
Este gobierno de Pablo Salazar ha tenido muchos problemas, es un gobierno de transición al que se le quiere hacer ver mal en muchos aspectos, dentro de ellos, el de la salud y que mejor pretexto que el de Comitán por todos estos antecedentes.
Y tan es así, que bajo este panorama comenzaron a sacar las caras políticos que no han hecho absolutamente nada y siempre se han privilegiado de la posición, y que han sido totalmente ineficaces, ineficientes, corruptos y que se han servido nada más para sus intereses personales y para los de su propia especie.
Salen y hacen declaraciones, presentan estadísticas; los pretendientes de la nueva política hacen aparición y presentan condolencias por los hechos ocurridos, cuando nunca jamás en su vida se preocuparon por esto, o sea, muy deshonestamente, muy indignamente.
Entonces, en este panorama pues hay un contexto, a alguien se le ocurrió por ahí decir que a la mejor yo era un pretendiente a la diputación y bueno pues que mejor panorama para quemar a ese probable -que nunca fue mi pretensión y públicamente dije que no-.

ELUCUBRACIONES

Bueno, pues ya conocemos de usted el trasfondo, ¿y el descuido de los médicos y las enfermeras?
— ¿Qué descuido?
El que las enfermeras y los médicos estuvieran contaminados con heces fecales y una serie de bacterias.
— El informe bacteriológico no lo tenemos a la mano ni ha sido externado desde el punto de vista técnico correctamente, han sido elucubraciones. Cada quien ha dado una opinión, pero, ¿en dónde está el reporte técnico, legal, oficial?, ¿quién lo tiene?
La diputada Adela Graniel convocó a una conferencia de prensa en la Cámara y ahí dio el informe del Laboratorio de Salud Pública.
— Yo en mi calidad de exiliado de la administración hospitalaria no lo conozco, pero también le voy a decir una cosa sobre el panorama bacteriológico y entendamos claro eso: la gente que no tiene el acceso técnico hospitalario y al ambiente pues sí va a decir que hay bacterias fecales. ¡Dios santo!, como por hay dirían nuestros viejos maestros: “si las bacterias fecales iluminaran la noche de este México, no necesitaría de las reformas eléctricas para tener luz”.
¡Dios mío, vivimos entre la caca y entre la caca seguimos viviendo, toda la República esta llena de caca! ¡Es la verdad! ¿Qué de extraordinario puede ser que encuentren una bacteria fecal sabiendo que en el hospital de Comitán, dentro de su estructura y entre sus movimientos no permite aislamientos y pasos que garanticen en un momento determinado un menor riesgo de contaminación? ¡No existe!
La bacteria que hay en su casa está en el hospital y hasta más virulenta. Sabemos de antemano que bacteriológicamente hay una flora bacteriana que permanentemente existe en los hospitales, y el hospital de Comitán no es la excepción, o sea, no es nada sorprendente.
Por otro lado, también es bien cierto que sí se les hizo un rastreo a los médicos y a las enfermeras aposteriori y esa, pues es otra historia. Si la enfermera no se había limpiado las manos en ese momento, pues eso que tiene que ver con los hechos, eso fue muy posteriormente, no es trascendental ni marca una pauta, porque a final de cuentas, el padecimiento y la forma de presentación no obedece a un aspecto de mortalidad por infección intrahospitalaria ¡ya se demostró!
Solamente en cuatro casos de ellos parece ser que sí se les detectaron y sí se les etiquetó por su evolución y por su presentación como una infección intrahospitalaria nosocomial.

LAS CULPAS

Entonces, ¿esos niños se tenían que morir?
— Si vemos las estadísticas anteriores, nosotros mantenemos un índice de mortalidad del 3.3 al 3.6 por ciento mensuales.
¿Por cada cuántos nacidos?
— Por los que nazcan, mensualmente tenemos un promedio de entre 190 y 200 nacimientos.
La respuesta fue complementada por el subdirector Arciniega Nieves, quien agregó:
— En el mes de diciembre tuvimos 422 nacimientos, fallecieron 15 de los nacidos en el hospital, los otros 10 que fallecieron nacieron en otras instancias, entonces, en un porcentaje entre nacidos vivos y muertos tenemos un porcentaje de 3.6 por ciento que en nada modificó el mismo dato de 1997 a la fecha.
Esto quiere decir que no tuvimos un brote, pero sí un incremento de los casos por el aumento de la demanda, y quiere decir que nosotros tenemos en promedió una atención entre partos y cesáreas de 350 aproximadamente y esa vez nos disparamos a 422, pero porcentualmente no modificamos nuestro porcentaje de mortalidad perinatal.
El que si se tenían que morir o no se tenían que morir por las condiciones de gravedad en las que nacieron y en las que llegaron, pues algunos eran prácticamente irrecuperables. En el mes de enero tuvimos aproximadamente 241 eventos obstétricos -nacimientos- y ocho muertes perinatales.
Entonces, mantuvimos el mismo porcentaje de 3.2 a 3.3 por ciento. ¿Cuál es el problema? Que realmente la mortalidad perinatal es alta, pero es alta no por problema del hospital, sino porque hay una serie de factores que influyen en que sigamos manteniendo esta mortalidad perinatal. El estado de Chiapas desgraciadamente es uno de los mas altos en mortalidad perinatal, pero porcentualmente no hay mucha diferencia con el promedio nacional, estamos dentro de los indicadores del promedio nacional.
Y de nuevo Belmonte Martínez argumentó:
— Por ejemplo, y para que se de una idea, pregunte al Instituto Nacional de Perinatología cuál es su índice de mortalidad -que en una de las estructuras de salud que tiene toda la tecnología y muchos recursos, mayores que el hospital de Comitán-. Muchos de los pacientes y muchas de las embarazadas que llegan al hospital de Comitán están en las mismas condiciones que las que llegan al Intitulo Nacional de Perinatología y nosotros las atendemos con los recursos humanos y materiales que tenemos.
Es una comparatividad donde se puede dar cuenta de la importancia que significa esto y el cómo nos colocan a nosotros, ¿van a ponerse a cuestionar a los del Instituto Nacional de Perinatología? Probablemente no. Es decir, con tantos recursos que tienen este es el índice, y con menos recursos este es el índice del hospital de Comitán, ¿quiénes son los que van a tener que cambiar?, ¿ellos?, ¿nosotros?
Hay gente que me ha preguntado, ¿y si hubiera?, ¿y si hubiera habido? Si tuviéramos otro país, tal vez otra situación hubiera existido, si tuviéramos otro sistema económico y social tenlo por seguro que probablemente otro gallo nos cantara, pero estamos viviendo esta realidad, ¡el si hubiera no existe!
¿Qué presupuesto tiene el hospital de Comitán?
— El año pasado ejercimos 5 millones de pesos.
En todo esto una cosa sí es evidente, hay una falla en el sistema de salud tanto estatal como federal, puesto que hablamos de estadísticas y decimos desde el 97, 98 o 99, desde siempre tenemos ese porcentaje de muerte, ¿cierto? Si no tiende a disminuir, ¿qué es lo que está pasando?, ¿de quién es la falla, para no hablar de culpas?
— Claro, claro que las hay, muchas de esas pacientes embarazadas, si no se hubieran embarazado no hubieran tenido el riesgo.
El subdirector Arciniega Nieves intervino y dijo:
— Hay fallas y hay un problema de corresponsabilidad, ¿de quién es la responsabilidad de que los servicios de salud no estén siendo eficientes o eficaces? De la sociedad en general. Si la sociedad no asume su responsabilidad en el derecho a la salud esto va a seguir sucediendo. ¿Por qué? Porque esto tiene que ver con presupuesto, con programas, con niveles de decisión, con ámbitos culturales, con condiciones de pobreza, con cuestiones de educación.
A mí me llama mucho la atención una constante, la mayoría menores de 18 años embarazadas, la mayoría por prematurez, o sea, ¿qué está sucediendo realmente?, ¿en dónde está la responsabilidad de la misma sociedad?, ¿de las mismas comunidades en el ejercicio de este derecho de la salud?
Esto es simplemente el costo social de los recortes presupuestales, pero no todo es presupuesto, si no se convertiría en un barril sin fondo. Hay que hacer una verdadera revolución en los servicios de salud, hay que reestructurarlos, hay que inyectarles recursos no a nivel asistencial, hay que inyectarles recursos a nivel primario, a la prevención inespecifica y especifica de la salud, hay que inyectarle recursos al nivel educación, educación sexual, salud reproductiva y hay que hacer participe a la sociedad para involucrarla en estos procesos de decisión sobre sus servicios de salud.
Ya no podemos estar decidiendo desde un escritorio o desde otro ámbito, ¡no! Tenemos que involucrar a la sociedad para que se haga responsable de ese derecho y de sus servicios, pero aquí todos somos responsables.
Somos responsables desde los que trabajamos directamente con los pacientes, los pacientes mismos, las comunidades, los medios de comunicación social, ¡sí! Y todos aquellos que a cierta hora o en cierto momento van a necesitar de un servicio de salud, porque si no actúa antes, y demanda después, pues es parte de esa responsabilidad.
Y Raúl Belmonte completó:
— Todo mundo se pregunta: ¿Quién es el culpable? Villanos y héroes se preguntan, ¿quién es el culpable? Si hablamos de salud, los médicos que en un momento determinado nos a nacido la conciencia en el aspecto social, porque no se puede ver a un médico en este país que no tenga una base social para poder ejercer la medicina honesta y claramente.
¿Quién es el culpable? Hemos hablado de presupuesto, de educación, de la falta de participación del ciudadano, de la irresponsabilidad del mismo ciudadano en cuanto a hacerse responsable de lo que le corresponda, de médicos, de ciudadanía, de sindicatos, hemos hablado de todos.
¿Quién es el culpable pues? Bueno, pues yo sí tengo quien es el culpable y se los he dicho, se los he comentado, ¿quieren saberlo? Voy a agarrar un espejo y se los voy a pasar a todos ustedes, lo voy a ver yo y se lo pasan a todos y que salga a la calle, y que salga a los camiones, y que llegue al Congreso, que pase por la Secretaría y que llegue a Fox, ¡que no lo vean los niños, ellos no son culpables!
¡Que no lo vean los niños! Que lo vean los maestros, que lo vea la ciudadanía, que lo vean los médicos, vean y ahí están los culpables y ya. Que primero lo vean los medios de comunicación, que llegue desde Mérida, a Tijuana, que pase Baja California y que lo regresen a Comitán, ahí lo esperamos; nada más que me lo regresen ya que haya pasado por todo el país. ¡Así lo voy a pasar!

EL CAMBIO

En esta búsqueda de culpables, y si somos culpables todos, alguien tiene que tener mayor responsabilidad, estamos en el gobierno “del cambio”, pero se siguen manteniendo los esquemas y las cifras de antes.
— No. Yo no estoy de acuerdo con usted de que estemos igual que antes. Yo si estoy plenamente convencido de que hay cambios. Sí hay cambios, pero para estar peor. y díganme que no es cierto. Eso lo dijimos previamente: sí va a haber cambios, pero se va a quedar lo peor de lo peor.
No podemos seguir soportando que la salud quiera someterse a un libre mercado y a un negocio, en esta política empresarial la salud no puede seguirse sobajando a eso y esa es la verdad. ¿Quiénes son los que tiene salud? Pues los que tienen billete, los que pagan; los demás, que se vayan a la Secretaría de Salud.
Y lo hemos visto claramente en los tres niveles de atención que tenemos en nuestro país, el derechohabiente, el privado y el nadahabiente, ahí es donde se muestra el éxito o el fracaso de todo un sistema político, económico y social.
¿Qué pasa si hay trabajo?, ¿qué pasa si hay creación de plazas?, pues que habría más derechohabientes y entonces el seguro no estuviera en franca y vergonzosa banca rota, igual que el ISSSTE e igual que todas las instituciones de derechohabientes.
¿Qué está pasando ahorita?, que hay menos derechohabientes, y no tienen ya ni para sostener esa salud social.
¿Qué pasa con las instituciones del sector salud, de la Secretaría de Salud en lo que se refiere a atender a los más pobres, a los más necesitados?, son la que están absorbiendo todo y eso nos debe de preocupar enormemente: ¡eso sí nos debe de preocupar enormemente!
El parámetro de pobreza y de miseria es la demanda que existe en las instituciones de nadahabientes que son las que menos dinero tienen, las que más problemas tienen, donde priva un ambiente laboral de privilegio que no es moral en cuanto a la concordancia a la población a la cual servimos.
Entonces, nuestra vida es menos importante que los derechos laborales que se mantienen, esto es producto y es lo que queda todavía de los gobiernos corporativistas que dieron dádivas a los sindicatos a costa de los servicios de salud y que persiste y prevalece.
En Comitán hay un ejemplo claro y concreto en las manifestaciones públicas, la sociedad civil se manifestó en apoyo a un proyecto de salud en donde se le incluyera y tuviera un espacio; se invitó a los sindicatos y, ¿qué pasó?, ellos hicieron su propia manifestación e incluso sacaron sus letreros: ¡no queremos a la sociedad civil dentro de los hospitales!
¡Cuánta ignorancia encierra este concepto!, las autoridades se espantaron y trataron en lo posible de que la sociedad no se manifestara, ahí está el ejemplo.
¿Qué papel ha jugado el sindicato en el hospital?
— Este que le estoy diciendo. El sindicato se ha manifestado en apoyo a los médicos porque tiene que hacerlo para mantener y tener la oportunidad de demostrar que es eso, pero ellos claramente se han manifestado en contra de la sociedad, en contra de que la sociedad asuma la responsabilidad que le concierne, porque tienen el alto temor de perder sus privilegios por sobre la vida de la población a la cual le servimos.
¿Qué diría usted de todos los señalamientos a los que ha sido sujeto?
— Aparte del espejito -en donde van a encontrar a todos los culpables-, alguien me ha preguntado en varias ocasiones, ¿usted le pediría perdón a los papás de los niños que murieron?, y yo les he dicho: yo le pediría perdón a los niños que murieron por todo lo que hemos hablado, por tener una sociedad que no ha asumido las responsabilidades que debe de asumir. Vamos a pedirles perdón por tener un país que sigue teniendo un abismal deterioro entre los que tienen y los que nada tienen, les vamos a pedir perdón por tener un Congreso y un Senado que no han sido lo suficientemente responsables para asumir su responsabilidad en lo que a salud concierne, les vamos a pedir perdón por tener un país y un estado tan pobres, les vamos a pedir perdón.
Por lo que no les vamos a pedir perdón es por la atención que se les dio a todos y cada uno de ellos con lo que tuvimos, con nuestro tiempo y el esfuerzo que se dio; de eso no vamos a pedir perdón.

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