Comitán, 10 años perdidos
La contrainsurgencia contra Marcos destrozó la atención a la salud

Jani Luna González
20 de febrero de 2003

La entrevista con el subdirector y el director en “el exilio”, ambos del hospital de Comitán, y el vicepresidente del Colegio Médico de México duró casi dos horas. Los tres médicos hicieron declaraciones y revelaciones inéditas e insólitas.
El dialogo permite aclarar algunos aspectos sobre las muertes de los niños de Comitán, y deja ver al mismo tiempo la compleja y profunda crisis de salud en Chiapas y en México. La impunidad y la corrupción en pleno.

DUDAS Y SOSPECHAS

¿Cuál es la verdad sobre la fumigación, la fiesta del 24 de diciembre y el equipo médico rentado que fue a inaugurar Frenk? Se preguntó a Belmonte Martínez.
— Hay una serie de versiones, pero ¿quién fue capaz de ir y buscar a todos y cada uno de los padres?, ¿quién los reunió?, ¿quién los motivó?, ¿quién los adiestró?, ¿quién los organizó?
Ellos no fueron, ellos no se organizaron ni se reunieron ni se juntaron. Los reunieron, los juntaron y los organizaron. Nosotros vemos que hay dos papás protagonistas mucho muy importantes dentro del grupo de los padres. Los dos son papás de niños que nacieron fuera del hospital de Comitán.
Uno nació en una institución oficial, en el ISSSTECH -que es el ISSSTE del estado- y el otro nació en una clínica particular. Son los padres que más protagonizan, que más externan.
Voy a decir nada más esto. Estos padres son gente a quienes se les había dicho: señora, tiene que venir usted el día 19 de diciembre para su cita -no se que problema se le detectó- y la señora no acudió a su cita, acudió cuando ya tenía trabajo de parto. Durante el trabajo de parto, el médico que la estaba tratando le detectó problemas y le dijo: “señora, se tiene que resolver el embarazo por cesárea”, pero la señora se negó rotundamente al procedimiento quirúrgico y se empecinó a que su hijo tenía que nacer por vía vaginal, y así fue, el niño nació con problemas; aspirado y con sufrimiento fetal. Y lo canalizan al hospital.
¿Por qué lo canalizan al hospital? Porque es el único medio en toda la zona en donde se le podía dar la atención, en donde se le podría dar una probable esperanza de solución. Esa es una de las gentes, nada más para que vean esto y porque esto va a ser motivo y razón después de que se aclare todo. Esta señora ha mostrado una culpabilidad que la quiere cargar no a ella por la decisión que ella tomó, ese es uno de los casos.
El otro es el papá de un niño que nació en un medio particular. Y el médico que los atendió se los dijo: “tiene problemas, es prematuro”, y él accedió a que se hiciera la cesárea. Un prematuro nacido por vía vaginal es un riesgo, un prematuro nacido por vía abdominal es un riesgo enorme, ¿qué preparación se le dio?, ¿qué se le hizo previamente al acto quirúrgico?, eso lo tendría que aclarar quien hizo la cesárea y el pedíatra que la atendió.
¿Cómo nacería el niño que lo tuvieron que mandar al hospital de Comitán y no a visitarnos ni a pasear?, prematuro y con una deficiencia importante en la forma y la manera del traslado que lo desfavorece más. Aun así, llega al hospital de Comitán.
Ese señor es el papá que más protagoniza todo, ya lo tenemos bien estudiado: ¡Es un vividor!
La situación desde el punto de vista jurídico, judicial o legal pues tiene su proceso, ahí está, no se ha emitido por parte de la Procuraduría del Estado el veredicto final.
¿Y sobre el equipamiento?
— Del equipamiento no les puedo decir nada porque no sé, hasta que yo salí no había llegado nada, pero el que le puede decir es el doctor.
Y en efecto, el subdirector Héctor Arciniega contestó:
— En el último mes llegó equipo electromédico, básicamente incubadoras, cunas de transporte, monitores, ventiladores volumétricos pediátricos y estaba por llegar equipamiento para la unidad de cuidados especiales de adultos.
Hubo versiones de que el equipo era rentado y que ya lo habían retirado del hospital, ¿sabe algo?
— Inicialmente sí se rentaron como tres equipos de ventilación para resolver la urgencia, porque en los primeros días de enero contábamos exclusivamente con un ventilador volumétrico pediátrico y en una de las noches se nos descompuso estando en servicio y entonces nos quedamos sin ventilador.
Pero posteriormente llegó equipo electromédico y llegaron ventiladores volumétricos pediátricos, autoclaves y monitores. Ha llegado equipo de reforzamiento.
¿Nada más fue una confusión?
— Fue una confusión en relación a un equipo que sí se contrató, pero para resolver una situación de urgencia.
¿Ya tienen equipo propio?
— Está llegando equipo electromédico que va a ayudar a reforzar y a mejorar la atención, pero que no resuelve el problema de fondo, que sigue siendo exactamente igual. Es estructural, son muchos factores los que interactúan en estas situaciones y no por tener equipo electromédico podemos decir que ahora ya se nos van a morir menos niños o menos pacientes, ¡no!
Lo único que nos va a garantizar, es que vamos a tener un recurso técnico a disposición para la atención de los pacientes, pero eso no nos va a garantizar que con eso vamos a disminuir nuestros índices de mortalidad no sólo perinatal, sino mortalidad en todos las áreas del servicio.
Es necesario, yo insisto en que este acontecimiento que se salió de las expectativas esperadas respecto a lo normal -en cuestiones de porcentajes- nos ayude a iniciar un verdadero proceso de revisión de los servicios de salud, desde las políticas, las estrategias, hasta el presupuesto. No solamente es recurso presupuestario, sino ¿a dónde va ese presupuesto?, ¿qué áreas se privilegian?, ¿qué acciones se van a privilegiar?, porque si no lo hacemos así, pues la oportunidad la vamos a perder. A la mejor se van a inyectar más recursos, pero habría que ver el impacto en las áreas en las que esos recursos se inyectan.
Y Belmonte Martínez retomó la charla: ¿me preguntaba usted de la fiesta de diciembre?
Sí, de la fiesta y la “fumigada”
— Primero, no se fumiga. Fumigación es un acto técnico de administrar insecticidas, no se hace esto en las áreas de terapia, se procede a un proceso de desinfección con agua, jabón y cloro, que es el proceso que se hace aquí y en cualquier parte del país. Claro que también depende del aspecto económico y de la posibilidad que se tenga, pues si tuviéramos alguna posibilidad económica de conseguir algunos antisépticos que se están utilizando y que son muy caros, pues estaría bien.
¿Eso fue lo que echaron los señores que traían un tanque a la espalda con una manguerita?
— Sí, porque si no, en las necrópsias tal vez hubieran dicho: salió con niveles altos de algún DDT o una cosa de esas. Eso sí es una mentira totalmente.
¿Y la fiesta?
— En el hospital por norma tenemos totalmente prohibido que se haga cualquier evento de tipo social, no quiero decir con ello que no pueda llegar a suceder que de repente nos encontramos con que por ahí en el servicio estén festejando un cumpleaños con un pastelito. Esa es una problemática que tenemos en todos los hospitales, pero esto nosotros lo hemos ido erradicando, hay documentos hay circulares emitidas por la dirección donde se les prohibió, por norma, por regla, por ética, por profesionalismo o por todo lo que hemos visto, que se consuma alimentos y bebidas en el ambiente hospitalario.
A la gente que quiere conmemorar algo le hemos dicho que lo solicite y ahí está el comedor. Es probable que se haga algún evento, pero no bajo el auspicio ni el patrocinio de la dirección.
Es bien cierto que yo como director -el 24 y el 31- paso a todos los servicios, a todos los turnos y hago una invitación a la convivencia, llevamos charolas, sidra, agradecimos la navidad y el año en el comedor, y a trabajar.
La noche del 24 y la noche del 31 fueron en martes y curiosamente estuvo la misma guardia, esa guardia es la única con la que no pude yo hacer uso del comedor y convivir, no se fue posible porque hubo mucho trabajo.
Claro está que a lo mejor -no lo sé, y eso ya lo tendrá que demostrar la gente que señale ese tipo de cosas, la que nada más abrió la boca- durante el transcurso de la noche, alguien pasó y dijo: “feliz año aquí traemos esto”. Es probable, yo no lo puedo asegurar, eso lo tienen que demostrar y eso no es causa de muertes.

10 AÑOS PERDIDOS

¿Para qué fue el dinero que dio el municipio a los padres?
Arciniega Nieves contestó:
— Una de las respuestas del Estado fue aportar un apoyo económico a los familiares de los niños fallecidos, esto lo podemos ver como todo, es decir, tiene sus pros y sus contras. Parece que hay un programa de apoyo a víctimas o algo así -no sé si es federal, estatal o municipal- pero sí lo aportó la presidencia municipal.
Esto puede tener repercusiones en el ejercicio de la medicina, porque si se está estableciendo un apoyo o recompensa o compensación por hacerlos víctimas, entonces, implícitamente está diciendo que hay un victimario.
¿Quién es el victimario? Es el profesional de la salud y esto sienta todo un precedente, porque posteriormente podemos tener mil y un demandas esperado una compensación económica y esto pone más en riesgo el ejercicio de la medicina. Quizá lo estén haciendo de buena voluntad para apoyar en sus gastos a los familiares que se desplazaron desde sus comunidades a recibir atención a los hospitales, que gastaron en medicamentos y que compraron otras cosas.
Es cierto y es real, pero el sentido o el mensaje es que son víctimas y existen victimarios. Esto puede aumentar y convertirse en una bola de nieve que al rato no van a ser veinte, van a ser treinta, van a ser cuarenta. porque ahí hay un precedente y esos son los riesgos de ese precedente.
¿En que quedaron con Tapia Conyer?
Raúl Belmonte respondió:
— Pues gracias a la intervención del doctor Minjares se nos hizo el contacto con el subsecretario, el doctor Tapia Conyer, pero independientemente de eso, a Tapia yo personalmente ya lo conocía desde algún tiempo, y bueno, es un pequeño reclamo, un recordatorio o como quiera tomarlo, de que ya había un proyecto de cómo hacer en el quehacer en la salud en la zona desde hace casi 10 años.
Estamos hablando de enero del 94 cuando se perdió la oportunidad -10 años se perdieron- de poder hacer lo que debe de hacerse y lo que debería de hacerse. Creo que en ese aspecto recordamos que esto da vuelta, que las condiciones nos vuelven a poner de frente y que bueno, ojalá que esta vez entienda.
¿Qué fue lo que propuso usted hace 10 años?
— No exactamente yo, pero hace 10 años se le propuso -en algún lugar históricamente muy importante del estado- por parte de organizaciones transcendentales del estado, cómo debería de hacerse la salud, cómo deberían de ser los hospitales que están en la zona de Comitán, cómo debería de ser la atención primaria, quién debería de intervenir en el quehacer de salud y bueno, en esa ocasión convenimos con todas estas organizaciones y toda esa estructura que sí estabamos de acuerdo y les asistía la razón.
Pero ya no fue posible realizar los planes porque vinieron eventos militares y políticos que lo impidieron.
¿Nos puede dar algunos ejemplos prácticos sobre en que consistían esos proyectos?
— Algo muy importante, la participación y la responsabilidad de la sociedad, de la gente que recibe la atención, que ellos marcaran la forma y la manera del quehacer en salud. Que los hospitales fueran verdaderas escuelas de salud para la población, que los servidores en salud surgieran y fueran propuestos por las comunidades para que de esta manera el compromiso de esos trabajadores surgidos de la población fuera directamente con la población misma y no con las estructuras gubernamentales y menos aún con sindicatos.
Que todos estos trabajadores respondieran a la necesidad de las comunidades, que el aval de ellos iba hacer su trabajo y quien los iba avalar era la misma comunidad. Que los hospitales se convirtieran en esas escuelas donde todo ese personal rotara un tiempo en el área intrahospitalaria y otro tiempo en las clínicas de atención primaria para que se sensibilizara esta gente.
Hay que señalar dos elementos importantes: El hospital dentro de su funcionamiento tenía estructurado lo que se llamaba el Plan Selva y el Plan Tojolabal, que era nada más que todo el personal que llegaba al Hospital -becarios, internos, enfermeras, pasantes en servios social, etc- tenían que rotar, salir a varias comunidades a hacer trabajo de salud pública, esto permitía un enlace directo entre la comunidad y el hospital y permitía un seguimiento mas cercano de diferentes tipos de pacientes -tuberculosis, desnutrición, embarazadas-.
Luego, cuando con criterios básicamente políticos se empiezan a abrir centros de salud para suplir este programa, este proceso de atención, llega al centro de salud un médico pasante, pero entonces empieza a haber un desfase entre lo que era el hospital segundo nivel y el primer nivel, porque ya el centro de salud se localiza y se focaliza nada más a su localidad y se pierde este seguimiento que se venía haciendo a través del Plan Selva y el Plan Tojolabal.
Dentro del Plan Selva y Plan Tojolabal se empiezan a formar lo que eran los promotores de salud comunitarios con una mística y una actitud porque eran nombrados, elegidos y sustentados por sus comunidades, que respondían a los intereses de la comunidad.
Y aquí se viene a dar el otro salto importante; cuando estos promotores se institucionalizan y se convierten en los famosos “TAPS” -los Técnicos de Asistencia Primaria de la Salud- se pierde toda su mística comunitaria, porque ya no responden a los intereses de la comunidad, ya responden a los intereses de la institución.
Su esquema mental se cambia, ya responde al interés de quien le paga, mientras que en la comunidad estaba para el servicio las 24 horas, al institucionalizarse, bueno, pues van a estarse 8 horas nada más, van a tener esto, van a tener lo otro y la misma comunidad se desfasa de su promotor.
Al considerar que este promotor primero respondía a sus intereses y después ya responde a los de la institución, la misma comunidad se desfasa.
Estos dos elementos de participación comunitaria que se venían dando, girando alrededor del hospital se pierden, o sea, que era un proyecto que había deslumbrado, que necesitaba recursos, si no abundantes, pues si mínimos, pero que estaba permitiendo un verdadero enlace del trabajo que se realizaba en el primer nivel para la comunidad y el trabajo que se realizaba en el hospital.
Había un verdadero compromiso de los promotores de salud hacia su comunidad propiamente, porque ese era su entorno, y ese era su ambiente. Al institucionalizarse se canalizan más al programa asistencial, cuando estaban más comunitarios, hacían más promoción de la salud, pero al institucionalizarse, pidieron su “stock” de medicamentos, pidieron sus instrumentos, piden esto, piden aquello y se convierten en mini médicos, pero lo que dan es asistencia, dejan de ser promoción de la salud y la comunidad deja de creer en ellos, ahí hay un desfase. Esos dos elementos han repercutido en los procesos de atención de primer nivel.

CONTRAINSURGENCIA

¿Qué pasó luego de la guerra en Chiapas, del levantamiento de Marcos con todos los recursos multimillonarios que supuestamente se enviaron a Chiapas o más bien enviaron y que ofreció el gobierno de Albores para la salud, para la educación, para tratar de mitigar precisamente el movimiento armado?, ¿qué pasó con esos recursos?
Belmonte Martínez:
— Es muy buena pregunta, pero en primer lugar pregúntele a la Interpol si ya localizó a quien se llevó toda la paga.
¿A usted le toco vivir esos momentos?
— Viví todos esos momentos. Vivimos todo lo que se hizo, el saqueo tan severo que se hizo de todos estos recursos que se desviaron para infinidad de cosas, menos para la salud, menos para las estructuras, tan es así, que todavía anda perseguido el secretario de Salud de Roberto El Croquetas Albores.
¿Qué hicieron estos tipos? Ya lo hemos mencionado y es parte del inicio de la plática, ¿qué pasó?, los dos son comitecos y de ninguna manera están nada contentos ni nada a gusto con lo que está ocurriendo en Comitán, para que ellos retornen o les preparen el retorno probablemente a Comitán pues tienen que tener un panorama especial.
El subdirector Arciniega Nieves pidió la palabra para complementar:
— Son dos factores; primero, que digan donde están los recursos, y segundo, los recursos que se canalizaron tenían una clara estrategia contrainsurgente, o sea, si estos recursos se canalizaron al estado, hubo un cuello de botella o 4 o 5 cuellos de botella por lo que no sabemos en donde se quedaron y, los que se pudieron aplicar se aplicaron con un claro plan de contrainsurgencia.
Y que bueno que lo pregunta, porque esto generó una fragmentación y una polarización de las comunidades en donde anteriormente sí podía hacer un trabajo de salud comunitario en una comunidad estructurada; posterior a todos esos recursos canalizados con ese claro plan contrainsurgente encontramos comunidades fragmentadas y polarizadas.
¿Esto qué quiere decir? Que ahorita podemos tener una comunidad hasta con 5 o 6 grupos con diferente ideología, en donde cada grupo quiere su esquema de tratamiento, quiere su casita de salud, quiere su maestro, quiere su escuelita, quiere su iglesia; esto fragmentó a las comunidades.
Entonces, ¿cómo repercute esto en los servicios de salud?, en que no podemos ofrecerle servicios a una misma comunidad de 100 gentes de 5 maneras diferentes. Pero ese es el resultado de una estrategia contrainsurgente muy precisa: polarizar a las comunidades, dividirlas y conflictuarlas. Repercute en la atención a la salud.
Hay grupos que dicen: yo no me quiero vacunar, mejor que me vengan a vacunar los de tal institución. Hay otros grupos que dicen: no, si me vacunan, mejor que vengan los de tal organización porque va a venir la enfermera de tal centro de salud yo no me atiendo con ella, mejor me voy con este otro. Son parte del contexto político chiapaneco, hubo infinidad de recursos pero tuvieron esos dos problemas: unos se perdieron en el camino y los que se aplicaron, tuvieron una clara estrategia contrainsurgente.
Minjares Robles también aportó su visión:
— Alguien decía que a Chiapas se le han dedicado miles de millones de pesos en recursos, pero que la distancia del Distrito Federal a Chiapas es muy larga y en el camino se pierden.
Y Belmonte Martínez concluyó:
— El problema es que sí llegaron. Yo no conozco en toda la historia de Chiapas a ningún político hecho en el estado que no se haya enriquecido brutalmente con su actuación, y ahí tenemos los ejemplos claros, los más recientes.

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