Los de Bayer, medicamentos que matan
La Secretaría de Salud, cómplice

Valentín Cardona
21 de agosto de 2001

 

El consorcio farmacéutico alemán Bayer, con sede en Leverkusen, Alemania, enfrenta el principio de una serie de demandas de las más costosas y escandalosas de que se tenga historia en la industria farmacéutica.

Pero más que la retirada del producto llamado Baycol, asociado con la muerte de decenas de personas en el mundo, Bayer se muestra más preocupado por la publicidad creciente con que se está divulgando su caso.

No es para menos, en Estados Unidos Bayer enfrenta ya onerosas demandas por daños y perjuicios, a los que podrían empezar a sumarse otros países donde se han detectado las muertes ocasionadas al consumir los medicamentos que contienen la sustancia activa de los medicamentos de Bayer conocido como cerivastatina.

Para suerte del consorcio alemán, México no representa ningún problema. En efecto, en la tierra donde reinan la impunidad y la corrupción, la Secretaría de Salud (Ssa), ha permanecido indiferente a los acontecimientos como si los mexicanos fueran seres de otro planeta.

Tan es así, que la Ssa, quien recientemente expuso en el Programa Nacional de Salud (PNS) como uno de sus objetivos básicos "fortalecer su capacidad rectora", dejó a Bayer a su antojo el manejo de la información y a su propio juicio el retiro del "medicamento que mata".

Y así, Bayer lanzó una campaña en los principales medios de comunicación nacionales en donde informa que la retirada del producto asesino, es de "manera voluntaria".

ENTRE CUATES

A diferencia de Alemania, donde el pasado 16 de agosto el viceministro de Salud, Klaus Theo Schroeder, afirmó que el Instituto Federal de Medicamentos de Bonn fue notificado con retraso sobre los posibles peligros relacionados con el consumo de sus medicamentos; en México, la Ssa emitió un escueto comunicado de prensa en donde avisa que Bayer "acordó" con la Secretaría suspender la venta del Baycol.

Además –dice el comunicado-, "la Ssa consideró acertada y responsable la medida de la empresa Bayer de México" al suspender con efecto inmediato la venta de todas las presentaciones del normalizador del colesterol Baycol, y recoger el producto existente en el mercado.

Por si fuera poco, el comunicado 120 del 9 de agosto, deja en evidencia los arreglos que con premeditación tuvieron Secretaría y empresa, y es que también se consigna: "La dependencia tuvo pláticas desde hace varias semanas con los directivos de Bayer y ambos coincidieron en retirar ese producto del mercado para evitar riesgos a la población que utiliza el medicamento".

Así, se confirman las sospechas de que el Programa Nacional de Salud 2001-2006 se perfila hacia el fracaso. Y en efecto, el PNS no contempla los mecanismos de autoregulación como parte fundamental de la Ssa en sus intentos por llegar a ser algún día una autoridad con capacidad rectora.

Y más aún, la Secretaría de Salud apuesta al difícil camino que es comprobar en México la muerte causada por un medicamento con principio activo de cerivastatina, medicamento empleado por más de seis millones de personas en el mundo que sufren de elevado colesterol.

El gigante alemán, por su parte, ha tratado de asociar a las muertes de las personas el consumo de su medicamento en altas dosis, o bien a su combinación con la sustancia activa denominada gemfibrocilo, utilizado para reducir los triglicéridos.

No es todo, en Alemania, Bayer intenta limpiar su imagen y replicó a las autoridades de ese país "la forma" en la que fue acusada por el ejecutivo delante de todos los medios de comunicación, y se quejó de que la opinión pública se ha quedado con la sensación de que el grupo retuvo información para lograr ventajas económicas.

Pero no sólo existen en el mercado medicamentos que matan, de acuerdo con la revista británica The Lancet, casi la mitad de los medicamentos que llegan a los países pobres son fraudulentos o están en pésimas condiciones, además, un alto porcentaje tampoco cumplen las normas. El fraude consiste en que el porcentaje de la sustancia activa dedicada a combatir la enfermedad, es rebajado hasta en un 75 por ciento, e inclusive en algunos casos de plano se carece de la sustancia activa.

Los principales casos han sido descubiertos en medicamentos para combatir las infecciones respiratorias, causantes de la muerte de uno de cada cuatro niños menores de cinco años, y en los que la amoxicilina y la ampicilina han sido rebajados hasta en un 40 por ciento.

Otro caso es de la pirazinamida, principio activo contra la tuberculosis que se ha llegado a detectar que contienen sólo el 25 por ciento de la sustancia, a pasar de que causa la muerte anual de ocho millones de personas.

MENTIRAS QUE MATAN

La impunidad con que opera Bayer es contundente, en los desplegados que el consorcio alemán insertó en la mayoría de los medios masivos de circulación nacional, evadió indicar tanto a pacientes como a médicos, que el "retiro voluntario" del medicamento denominado Baycol traía tras de sí una estela de muertes a nivel mundial.

En efecto, Bayer dirigió el mensaje a los "estimados pacientes", en los siguiente términos:

— Queremos informarle que Bayer a nivel mundial, está retirando del mercado de manera voluntaria y temporal todas las presentaciones de Baycol (cerivastatina) con excepción del Japón.

Luego, Bayer explica el motivo de la suspención:

— El motivo de esta acción voluntaria se debe al aumento en el número de reportes de eventos adversos como debilidad muscular y rabdomiólisis, en especial en aquellos pacientes que han sido tratados en combinación con gemfibrozil, otro medicamento para normalizar los lípidos; esto ha ocurrido a pesar de que nuestra información para prescribir aparece que la combinación de Baycol con gemfibrozil es una contraindicación formal.

Además, Bayer aduce su campaña en pro de la seguridad de los pacientes y la ética médica. No es todo, el desplegado firmado por Arturo Torres y Gutiérrez Rubio en calidad de director Médico y por Eduardo Arenas Hernández, como gerente de Mercadotecnia, Bayer minimiza de manera temeraria el peligro de Baycol:

— Si usted estaba siendo tratado de manera exitosa con Baycol, no hay motivo por el cual preocuparse, no tiene por qué suspenderlo si no está tomándolo junto con gemfibrozil (Lopid, marca registrada), dice.

Y por si fuera poco incita al paciente a terminar el producto, y es que sugiere: "… al terminarse el empaque, acuda usted con su médico, quien es la única persona que debe indicarle con que otro medicamento debe continuar, pues se encuentran disponibles en el mercado otras opciones para el tratamiento de los niveles anormales de colesterol".

Finalmente, Bayer se lamenta de las consecuencias de lo que no asume, y dice:

— Lamentamos cualquier inconveniente que esta situación pueda provocarle tanto a usted como a su médico.

CONTRADICCIONES

Un segundo comunicado de Bayer –adjunto al primero-, y dirigido al "estimado doctor", contradice lo expresado en el comunicado al "estimado paciente", y es que Bayer, se dirige a los médicos en estricta terminología médica para decirles:

— Por medio de la presente queremos comunicarle información reciente de seguridad sobre nuestro producto Baycol (cerivastatina).

La rabdomiólisis es un efecto adverso muy poco frecuente que potencialmente amenaza la vida y que puede presentarse en asociación con todos los medicamentos normalizadores de lípidos comúnmente utilizados. El tratamiento combinado de estatinas con gemibrozil está asociado a un mayor riesgo de miopatía/rabdiomiólisis; por lo tanto, todas las estatinas tienen una advertencia en su información para prescribir sobre el riesgo de interacción con gemibrozil.

Luego, Bayer trata de minimizar y justificar el uso de su letal medicamento, en efecto dice:

"Como resultado de una evaluación continua de los reportes espontáneos post-comercialización, hemos concluido que estos efectos, cuando existe la co-administración de gemibrozil, parecen ser más pronunciados con Baycol que con otros medicamentos de la clase de las estatinas".

Enseguida, Bayer da cuenta de sus acciones:

— Bayer ha realizado diversas acciones, entre las cuales está la inclusión de la contraindicación contenida en la Información Para Prescribir del producto Baycol (cerivastatina) en cuanto al uso concomitante de gemibrozil y ha emitido diversas cartas informativas a los profesionales del cuidado de la salud advirtiéndoles sobre la coadministración de estos dos medicamentos. Sin embargo, a pesar de estas medidas, Bayer ha seguido recibiendo reportes de miopatía/rabdiomiólisis asociados al uso concomitante de gemibrozil y cerivastatina.

Luego, Bayer lanza su determinación audaz:

— Por consiguiente, en beneficio de la seguridad de los pacientes, Bayer ha decidido suspender de manera voluntaria y temporal la comercialización y distribución de Baycol en todos los mercados en los que gemibrozil está disponible.

Así mismo, y justificando el miedo, Bayer lanza una advertencia: "Se debe suspender el medicamento a todos los pacientes que actualmente están tomando Baycol y proporcionarles un tratamiento normolipemiante alterno. Bayer seguirá evaluando adicionalmente la relación riesgo/beneficio de Baycol en el manejo de los pacientes con disipidemia".

Finalmente, Bayer hace del conocimiento de los médicos el por qué de sus decisiones: "Bayer ha tomado esta decisión en concordancia con nuestro compromiso permanente de proteger la salud y la seguridad de los pacientes que son tratados con nuestros productos". Y termina también en lamentos: "Lamentamos mucho cualquier inconveniente que esto pueda causarle", les dice.

EL MIEDO

Ante el temor de que siguieran cayendo sus acciones en el mercado financiero mundial –en 20 por ciento del 8 al 13 de agosto-, la trasnacional Bayer optó por el "retiro voluntario" de sus medicamentos en el mercado nacional, fue entonces que la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex), asumió el papel rector en la delicada situación, e informó a través de su presidente Antonio Pascual Feria, "que se constató que alrededor de 99 por ciento de los expendedores de drogas en el país ya tenían conocimiento de la campaña de Bayer".

Según la Anafarmex, las farmacias del Distrito Federal ya habían retirado el medicamento de sus mostradores, y aseguró "que en el interior del país se podrían tardar hasta tres semanas en retirarlo completamente del mercado", sin embargo, agregó, que el próximo tres de septiembre se realizaría otra exploración para verificar que la droga "ya no se expenda en farmacias".

Pero el medicamento que deja grandes ganancias económicas a la trasnacional Bayer desde 1997, y por supuesto también a los expendedores de medicamentos, se sigue vendiendo a discreción en un sinfín de establecimientos en el Distrito Federal y área conurbada, como ejemplo la farmacia Dr.Vértiz –Quemada esquina con Cumbres de Maltrata-, en la que, el lunes 20, todavía se vendía el medicamento sin receta y sin ninguna advertencia, "ya que la Secretaría de Salud, no había realizado ningún señalamiento al respecto", sin embargo, los dependientes avisaron al reportero "que Bayer les dijo que pasarían a recoger el medicamento".

En otro aviso a los expendedores de medicamentos, Bayer "ruega" a sus amigos farmacéuticos y distribuidores, suspender la venta de Baycol en todas sus presentaciones, es decir, las de 0.2, 0.4 y 0.8 miligramos (mg).

Y aunque el incremento de muertes asociadas al consumo de Baycol-Lipobay aumentó de manera catastrófica en sólo tres días –de 31 a 52-, la Secretaría de Salud continuó irreflexiva y bajo el manto de la complicidad sin emitir juicio alguno, y más aún, algunos de sus funcionarios se aventuraron a decir que no debería generarse una "sicosis" entre los consumidores.

HISTORIA SIN FIN

Lo cierto, es que no es la primera vez que Bayer se encuentra inmersa en irregularidades, y es que, por ejemplo, en 1999 el ministerio francés de agricultura suspendió la venta en Francia del insecticida Gaucho -para semillas de girasol producido por Bayer-, ante lo que los apicultores acusaron que cerca de medio millón de colmenas habían desaparecido en menos de cuatro años.

También a principios de 2001, Bayer tuvo que retirar del mercado el Konegate, medicamento fruto de la biotecnología destinado al tratamiento de la hemofilia, en el que la Food and Drug Administration (FDA) por sus siglas en inglés, denunciaron la existencia de bacterias perjudiciales.

En la República Democrática del Congo, Bayer fue acusada de alimentar la guerra, al comprar metales en ese país a través de su filial Starck, y aunque Bayer negó comprar las materias primas ilegales, el semanario Stern citaba un documento de la ONU en el que se reprochaba –a Bayer-, formar parte de las empresas que eran el "motor del conflicto" en ese país.

Hay más, a pesar de que en abril último se firmó un acuerdo entre países sudafricanos y gigantes farmacéuticos, Bayer lideró la oposición de los grandes laboratorios mundiales a la introducción de una Ley en Sudáfrica favorable a los medicamentos genéricos a bajo precio y que podría permitir empezar a combatir la pandemia del SIDA.

Además, en la historia de Bayer se encuentran registrados hechos de corrupción, como la que se dio en los años ochenta, cuando Bayer fue acusada, junto a otros gigantes químicos y farmacéuticos, de haber dado importantes sobornos a políticos alemanes, que según la prensa, estaban destinados "a vaciar" de significado un proyecto de Ley que limitara el flujo en el mercado de medicamentos de dudosa calidad.

Y más aún, no es nuevo para Bayer pagar indemnizaciones, como lo fue en 1996 cuando aceptó, junto al estadunidense Baxter International pagar 45 millones de yenes de indemnización a víctimas del llamado "escándalo de la sangre contaminada" en los años noventa.

Hoy, Bayer enfrenta en Estados Unidos y Alemania demandas por daños y perjuicios por la muerte de cuando menos 40 personas, y de acuerdo al abogado estadunidense Ed Fagan –quien representa a varios afectados-, "El medicamento mata. No cabe duda".

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