Las prácticas del IMSS en el "gobierno del cambio"
"Exvigilantes" sin soluciones

Jani Luna González
23 de julio de 2001

 

El 25 de junio último se manifestaron más de 150 "exvigilantes" frente a las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de Reforma. Exigían la reubicación en su trabajo, o el pago de su liquidación conforme a derecho. Algunas de las mantas que portaban decían: "Fuera Corruptos del IMSS".

La historia se remonta a 1997, cuando en la administración de Genaro Borrego fueron despedidos 400 vigilantes encargados de la seguridad de diversas áreas y hospitales pertenecientes al Seguro Social.

El 20 abril de 1997, José Guadalupe Rodríguez García, en representación de los despedidos, envió una carta al entonces presidente Ernesto Zedillo, en ella, pedía "continuar laborando dentro del IMSS, ya sea como personal de confianza, vigilancia, o pasar a ocupar puestos de base en el SNTSS."

Un día después, Leonor Ortiz Monasterio, contestó a los inconformes: ". A fin de atender a su petición, la Coordinación de Atención Ciudadana, está turnando su asunto a: Instituto Mexicano del Seguro Social, donde se analizará la viabilidad de su solicitud para brindarle la respuesta pertinente."

Pasaron dos meses para que los despedidos recibieran respuesta del IMSS, el fallo les fue dado a conocer por Porfirio Marquet Guerrero, en ese entonces, como ahora, titular de la Coordinación de Relaciones Contractuales dependiente de la Dirección Administrativa. ". Se determinó que lamentablemente no es posible acceder a lo solicitado", les dijo.

EL PEREGRINAR

En junio de 1997 los exvigilantes con categoría de NO6 decidieron demandar al IMSS ante la Junta Especial Número Nueve de la Federal de Conciliación y Arbitraje en el Distrito Federal, a la demanda recayó el número de expediente 1934/97.

Entonces el IMSS recurrió a las argucias legales y se amparó en cuatro ocasiones, evitando así el pago de la liquidación o reubicación de los inconformes.

Transcurrieron 3 años más, y llegó el 2000, los vigilantes continuaban sin reinstalación, y sin trabajo.

El 11 de diciembre de 2000, José Magallanes Cortés, Roberto Díaz Blanco, y José Antonio L. de Guevara Rivero, en representación de 150 exvigilantes, enviaron un documento al presidente Vicente Fox donde explicaron:

— Que como se lo manifestamos a Usted el día 10 de noviembre del año en curso en la plática que sostuvimos. Llevamos aproximadamente 4 años en pie de lucha, exigiendo nuestros derechos que están consagrados en nuestra Carta Magna, ya que fuimos injustamente despedidos de nuestra fuente de trabajo. Así mismo informamos a usted que debido a las injusticias de las que fuimos objeto, porque el Instituto Mexicano del Seguro Social nos liquidó contra nuestra voluntad, para que ellos llevaran el plan piloto para la privatización de esta H. Institución, el resultado de esto fue despido masivo de todos nosotros, perjudicándonos con quitarnos nuestra fuente de trabajo con el perjuicio que esto ocasiona: falta de ingresos para nuestra familia, no encontrar otro trabajo en la mayoría de los casos por nuestra edad, juicio entablado en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, no omitiendo mencionar a Usted que como es costumbre todos estos juicios están amañados y los únicos perjudicados son la clase trabajadora.

Todavía con la fe puesta en el llamado gobierno del cambio, los inconformes manifestaron a Fox Quesada: ". Razón por la que todos los mexicanos nos unimos el día 2 de julio de 2000, para exigir por medio de nuestro voto que en realidad exista el cambio por medio de la democracia. Por ende nos acogemos a Ustedes a los que elegimos democráticamente para que nos ayuden a afrontar y resolver el grave problema que nos aqueja."

Luego de exponer al presidente su situación, y de pedir "respeto" a su antigüedad de más de 18 años en que sirvieron de forma honesta y responsable al IMSS, los inconformes centraron sus peticiones en tres puntos:

— Reinstalación en cualquier rama del Instituto Mexicano del Seguro Social.

— Pensión conforme a la antigüedad de cada uno de los exvigilantes del Instituto Mexicano del Seguro Social.

— Como está consagrado en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: trabajo digno y bien remunerado.

LA EVASIÓN DE LEVY

El estilo presidencial de las últimas décadas se impuso. Vicente Fox transfirió a Laura Carrera Lugo, coordinadora de Atención Ciudadana, el escrito de los inconformes.

Carrera Lugo, a su vez, le envió una carta a Santiago Levy; y fue ahí donde la historia se repitió.

En efecto, del escrito foliado 1006046-2 que Carrera mandó a Levy se desprende:

— En virtud de corresponder al área de responsabilidad de la dependencia a su digno cargo, me permito enviar a usted, para su atención, el asunto dirigido al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos por el Sr. José Magallanes Cortés, quien:

Solicitan apoyo a fin de reingresar como "Vigilantes" del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Le agradeceré se sirva comunicarnos la resolución correspondiente al caso.

Y de la misma forma en que cuatro años atrás recibieron respuesta, a los exvigilantes del IMSS cayó a secas la contestación:

"Lamento comunicarle que no es posible atender favorablemente su planteamiento".

No es todo, paradójicamente tocó a Porfirio Marquet Guerrero hacer del conocimiento de Magallanes Cortés el veredicto del IMSS. Como ave de mal agüero.

En entrevista, Gustavo González Hernández, integrante de los exvigilantes, dice a Imagen Médica que el IMSS les debe el 50 por ciento de la liquidación, además, no les pagaron las guardias, ni prestaciones, y tampoco respetaron la antigüedad, el primer 50 por ciento -agrega-, se les entregó en 1997 y es la hora que no les pagan el restante.

Molesto, González Hernández asegura que Santiago Levy "no tiene autoridad para resolver problemas, y que se pasó por debajo de los pantalones la solicitud de la Presidencia de la República", agrega que "Levy está engordando más su cartera, pues está ganando más dinero", y acusa que el sueldo de 20 trabajadores "equivale a lo que gana un sólo funcionario del Seguro Social."

El 25 de junio, Ignacio Anaya Cooley, de la Unidad de Control y Gestión del IMSS recibió a una comisión integrada por Benito Castañeda, Gustavo González Hernández, y Víctor Manuel Mena, les manifestó que después de la liquidación que se está haciendo en el IMSS "podría haber reubicación".

Sin embargo, el 5 de julio, Anaya Cooley citó nuevamente a la comisión para comunicarles: "no hay dinero, y no tengo la capacidad para resolver ese tipo de problemas".

En entrevista por separado, Benito Castañeda recuerda que Eleuterio César Solís, jefe de Seguridad de la Delegación 2 de IMSS, "pagó parte de la liquidación en 1997", y acusa: "Eleuterio ofreció que si no queríamos la liquidación, nos costaría una lana, que sería de10 mil pesos para continuar trabajando. Y que si no firmábamos la hoja de liquidación, de todos modos ya no trabajaríamos en el IMSS."

Los vigilantes despedidos -que fueron sustituidos por jóvenes menores de 18 años, contratados por empresas de seguridad privada como Servicio Profesional de Seguridad, ZAID, y Consultores de Protección Civil y Seguridad Privada de S.V. entre otras-, trabajaron más de 18 años como responsables de seguridad en los Centros Médicos Nacionales "La Raza" y "Siglo XXI", y a los más, faltaban menos de cinco años para jubilarse.

Benito Castañeda explica: "Anaya Cooley me comunicó que están liquidando al 10 por ciento del personal del IMSS para así congelar más de 100 mil plazas", y agrega "sólo así cabe la posibilidad de que seamos reubicados"

Y no es todo, en caso de ser reubicados, los exvigilantes tendrían que devolver al IMSS la parte de la liquidación que les fue entregada, o de lo contrario, se les descontará vía nómina durante ocho años consecutivos.

Castañeda añade que Genaro Borrego no les quiso pagar la jubilación "porque se ahorró más dinero", y se queja: "la nueva administración nos trae a vueltas y vueltas."

Para colmo -concluye Castañeda-, en la última reunión, Anaya Cooley nos transfirió con Porfirio Marquet.

Salvador Aparicio Sánchez, también liquidado, afirma: "no me dan trabajo por mi edad, y no me alcanza para vivir con la miseria que me dieron de liquidación."

Otra de las afectadas, Yolanda Mendoza Manzano, agrega: "nos liquidaron sólo porque no querían pagar la jubilación". "Lo que hicieron, fue contratar policía privada", finaliza.

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