El seguro popular de salud, un fraude: Samuel Aguilar Solís La orientación privatizadora de la salud en México Karina Ortiz García
Impuesto a fuerza, sin consenso alguno, el seguro popular de salud -pilar de la política gerencial del secretario de Salud, Julio Frenk Mora-, sigue dando de que hablar. Y es que, para Samuel Aguilar Solís, diputado federal integrante de la Comisión de Salud, el seguro popular de salud "es un fraude", a secas. El miércoles 17 de abril, Frenk Mora compareció ante los diputados de la Comisión de Salud, ahí le pidieron que "aún y cuando es un tiempo demasiado breve en el que supuestamente se ha implementado este seguro popular, desearíamos tener una información pormenorizada de los lugares donde se ha estado aplicando y de la forma como se ha estado aplicando; para ir viendo los resultados." Entrevistado en su oficina del Congreso el jueves 18, Aguilar Solís acusa: — En lo personal me opuse y me sigo oponiendo a ese seguro popular, porque pienso que es un fraude. Aclara: "Pienso que es un fraude, porque con todo respeto, los centros de salud del país, están en situaciones muy precarias. No cuentan con las condiciones adecuadas. Si acaso, en Consulta Externa, pero en Hospitalización son situaciones muy precarias: no hay equipo, no hay personal, no hay camas…" Remata: "Para una operación o una cirugía mayor prácticamente los centros de salud no cuentan con nada y, estar vendiendo un seguro a la población abierta, sin que vaya a haber en reciprocidad un servicio de calidad: eso lo considero un fraude." Aguilar Solís apunta que la Ley del Seguro Social contempla desde la reforma de 1996, el Seguro para la Familia, del que dice, "es justamente un seguro para la población abierta" en el que definitivamente no se pueden comparar las condiciones de tecnología y de desarrollo de personal –que tiene el IMSS hasta el tercer nivel-, con los centros de salud que en muchos casos; la verdad dan lástima." Agrega: "Creo que eso no fue correcto, yo me opuse y, hasta que no se me demuestre lo contrario, estaré en contra de esto. Porque el seguro popular tiene un costo que estamos pagando todos con recursos fiscales -200 millones de pesos para el año 2002-, y por el otro lado, reitero, sobre todo, que a la población que vaya a caer en esa supuesta compra de un seguro popular, no se le estará dando en reciprocidad un servicio de calidad." — Luego de que usted platicó con Julio Frenk Mora y le dio su opinión, ¿qué le contestó? — Él, por supuesto, considera que las condiciones de los centros de salud sí están como para dar un seguro popular y que hay mucha población abierta que no tiene ninguna opción. A mí se me hace que son demasiado sus nervios, sus argumentos y se lo dije en su cara, aquí mismo en la comparecencia y bueno, ayer solamente lo que se le pidió fue la información pormenorizada de cómo ha avanzado la implantación en las entidades donde está ya implantado el seguro popular. — Entonces, ¿usted no está de acuerdo con el seguro popular? — Definitivamente no. — ¿Cree usted que el secretario de Salud esté haciendo un trabajo eficiente? — Bueno, con el secretario de Salud tengo mis diferencias, fundamentalmente por la orientación privatizadora que le está dando al proceso de salud y particularmente con el seguro popular. — ¿Entonces, Julio Frenk Mora definitivamente no está haciendo bien su trabajo? — No sé si esté haciendo bien su trabajo, pero en lo personal yo tengo diferencias, sobre todo por la orientación –reitero, privatizadora-, que le está dando a su gestión. — ¿Por qué una orientación privatizadora? — Bueno, porque él empieza con la opción del seguro popular, donde lo que está vendiendo es una prestación que, por ley, por derecho constitucional, tenemos los mexicanos, pero ahora nos lo quieren cobrar; entonces empieza una actitud privatizadora. La otra, es el impulso que le ha dado a las ISES, o sea, las ISES son instituciones de seguridad para seguros privados que tienen la intensión de generar un mayor mercado privado de la salud en nuestro país, sin prever, en ese sentido, los derechos de los pacientes; no somos clientes. No es lo mismo que yo vaya a comprar papas al mercado y que tenga una relación con el que vende las papas; a que vaya a una clínica porque necesito un servicio como paciente. Entonces, estamos hablando de la salud de los mexicanos, estamos hablando de un derecho constitucional consagrado en el artículo cuarto; yo no puedo darle apoyo a un proceso de mercado fortaleciendo justamente ese mercado privado de la salud, sin dejar protegidos, sin dejarle derecho a los pacientes de cómo defenderse frente a quienes no ven a la salud como eso, como la salud, sino que lo ven como un negocio. Definitivamente yo no puedo estar de acuerdo con las actitudes y la filosofía con que dirige la política pública de salud el doctor Frenk. — Ultimamente hemos visto marchas en contra de Julio Frenk –del Hospital General de México, de los brigadistas de la Secretaría…-, ¿a qué se debe esto? — Pues seguramente ha de ser por la falta de calidad de servicio que los derechohabientes están viendo o por los propios trabajadores que no están teniendo las condiciones para el trabajo, o para desarrollar con mayor eficiencia su trabajo. Yo siento que el gobierno debe de cuidar mucho algo que es muy sensible para toda la población: La salud. ¿Por qué? Porque estamos hablando no solamente de un tratamiento, no es lo mismo que a usted le den un trámite largo o si le van a conseguir una casa en el Infonavit o Fovissste, a que le den un trámite largo de una consulta o de una cirugía que usted requiera en las instituciones de salud, o sea, ahí no puede esperar, ahí no puede haber negligencia -tampoco estoy diciendo que en lo otro sí-, pero no es lo mismo que le digan: "dentro de tres meses le voy a entregar una casa", a que le digan: "dentro de tres meses le voy a dar su consulta o le voy hacer una cirugía que usted requiere ahorita", cuando es la propia salud y la vida la que está en riesgo; eso es muy frecuente en las instituciones de salud. — ¿Cómo calificaría del uno al diez el trabajo del Julio Frenk? — Yo no lo calificaría, porque bueno, yo no soy quien para calificar su trabajo. Lo que sí le puedo decir, es que definitivamente no estamos de acuerdo con la filosofía privatizadora que le da a las políticas públicas en materia de salud; creo que ayer mismo tuvimos esa discusión con él. Él, de alguna manera está apremiando a la Comisión de Salud y a la Comisión de Ciencia y Tecnología -de aquí de la Cámara-, para que aprobemos lo más pronto posible la legislación en materia de genoma humano y la creación de un instituto para el estudio del genoma. No digo que no tenga razón, pero si yo hiciera una consulta y le preguntara a la gente que es más importante -que haya médicos, enfermeras, equipo, medicina en los equipos de salud o que tuvieran un centro de investigación-, es decir: hay prioridades en este país. Desafortunadamente no somos un país de primer mundo y todavía tenemos muchas prioridades en materia de salud, en lo más esencial, lo básico y, estar pensando en un instituto que le va a costar al país dos mil millones de pesos, pues la verdad es que todavía hay muchas prioridades básicas que tenemos que cumplir a la sociedad. No niego que tenemos que seguir impulsando de manera autónoma, de manera nacional la investigación científica y más en un tema tan específico como este; pero también creo que debemos de tomar en consideración las condiciones económicas del país y sobre todo, las condiciones sociales del país. Las condiciones sociales del país me dicen que hay muchos centros médicos, que hay muchas clínicas del Seguro y que hay muchas clínicas del ISSSTE que no tienen medicinas y que no tienen aparatos para Rayos X y que no tienen tanques de oxígeno; en ese sentido, eso es más prioritario para la salud del país; que seguir investigando. En el caso del genoma, creo que podemos entrar a la legislación, pero creo que también la parte específica de la creación del instituto no es prioridad de vida o muerte; como sí lo puede ser el que no haya medicinas, que no haya un tanque de oxígeno o que no haya un médico en una comunidad. — ¿O sea que Julio Frenk está más preocupado por cuestiones no tan importantes…? — No tan prioritarias; no diría que no tan ‘importantes’: no tan prioritarias. Creo que, en todo caso, habría que marcar las prioridades. ¿Qué es más prioritario?, ¿impulsar la investigación o que los servicios que está demandando la ciudadanía, los tenga? ¿Que tenga la clínica a la mano y que en la clínica haya una enfermera, camas, Rayos X, medicinas y el equipo necesario para el caso de que la ciudadanía, la sociedad requiera de la atención médica? Creo que, en todo caso, más que de importancia, tenemos que hablar de las prioridades. — ¿Le han comentado a Julio Frenk Mora sobre estas prioridades? — Se lo comentamos ayer, y ayer, en la Comisión de Salud; se dio justamente esta discusión. La propuesta que va, es en el sentido de legislar en materia del genoma sin tener un compromiso expreso para la creación del instituto, en todo caso; que quede como una posibilidad para el futuro a través de un artículo transitorio. Reitero, no es que nos neguemos a la investigación, sino que creo que hay consenso de que hay otras prioridades en este momento todavía en la sociedad en materia de salud. — ¿De qué otros temas hablaron con Julio Frenk? — Bueno, hablamos también del Consejo General de Salubridad. Yo hice una propuesta de reforma constitucional el año pasado para que el Consejo General de Salubridad ya no dependiera del presidente de la República, sino que dependa del secretario de Salud, porque veo que es más operativo y más real y aparte, porque no estoy inventando nada; simplemente estoy haciendo algo en la ley que ya se viene haciendo en los hechos desde hace muchísimos años. Sin embargo, entiendo que ellos quieren hacer -para el próximo período-, una serie de propuestas en materia legislativa -que desconozco porque no nos la dieron a conocer-, y verían con agrado que esperáramos un poco el dictamen en materia de Consejo General de Salubridad para cuando tuviéramos todo el paquete de iniciativas en el sector salud.
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