Hospital General de México: Cuna de vicios
Francisco Higuera Ramírez se tambalea


Roselli Reyes Cuevas
20 de abril de 2001

 

El abuso, la negligencia médica, y los presuntos homicidios, son parte de la vida cotidiana en el Hospital General de México (HGM), bajo la oscura dirección de Francisco Higuera Ramírez.

Nulos son los efectos de la ya vieja "cruzada" emprendida por el presidente Vicente Fox y por el secretario de Salud Julio Frenk Mora, por la "Calidad de los Servicios de Salud", difundida con el lema: "Sonría, Sonreír es saludable y contagioso"…

El viernes 13, el señor Mario Maldonado Ortega se ahorcó en el baño de su habitación en el Pabellón 304 del HGM. De los hechos da cuenta la averiguación previa 4/1361/01-04, que se instruye por el presunto delito de homicidio.

Otro es el caso de Miguel Angel Esquivel Linares, a quien médicos del HGM le notificaron erróneamente que tenía cáncer en la vejiga. Por si fuera poco, cuatro meses después de la fallida sentencia a muerte, fue ferozmente golpeado por elementos de seguridad del hospital.

EL CÁNCER

En entrevista para Imagen Médica, Esquivel Linares cuenta su historia:
"Cuando ingresé al Hospital General, fue para que me sacaran una piedra del riñón. El urólogo Mario Almanza me mandó al pabellón 105 a realizarme una urografía, ahí salió la piedra.

"Después me realizaron una lototripcia, donde me introdujeron un catéter ‘doble j’, y me afirmaron que la operación era ambulatoria, por lo que saldría ese mismo día. Sin embargo, duré dos días internado porque sangraba mucho.

"El día que fui dado de alta, tuve que regresar en la madrugada porque seguía sangrando, después, el doctor López Cueto me dijo que me habían lastimado, y dio la orden que me quitaran el catéter por que se me estaba enterrando ‘la cola de cochino’.

"30 días después, el doctor Reyna Pérez detectó una mancha en la vejiga, me hicieron una biopsia, y más tarde me dijeron que era cáncer. El urólogo Alejandro Arce, me lo afirmó".

Recuerda:
— Ese día estaba llorando, le pregunte –al doctor Arce-, que si me podía atender en Cancerología, y me dijo: ‘Haz lo que quieras, es tu problema’.

Confiesa:
— Cuando me dijeron del cáncer: ¡Me iba a matar!. Pero vi a mi hijo, y me arrepentí. Incluso, a la fecha tengo instintos suicidas; porque cuando veo las vías del metro me dan ganas de aventarme.

Miguel Angel asegura que ha perdido el conocimiento dos veces, y que ha despertado sin saber quien es. Comenta que está bajo tratamiento porque no puede superar lo del cáncer, a pesar de que en Cancerología -donde realizaron estudios a la "laminilla" y le realizaron una citoscopía-, descartaron la mortal enfermedad.

Y en efecto, copias de documentos del expediente clínico de Miguel Angel en poder de la reportera, indican que en el Hospital General le diagnosticaron cáncer. En la "nota de egreso", de la sala "A", se asienta: "Hace tres meses durante vistoscopía se detecta lesión PB maligna con Ca –cáncer- de células transciconales ASH 2. Biopsia con Ca de células transciconales ASH2."

Del expediente 003990 expedido por el Instituto Nacional de Cancerología se desprende: "Hallazgos; uretra peremable en todo su trayecto, uretra prostatica con lobulos no contactantes, vejiga con piso, techo y paredes laterales sin alteraciones no se observo lesiones ; no tumoraciones, meatos ortototpicos sin alteraciones.

Nota. La revisión de laminillas realizadas en nuestro laboratorio reporte epitelio transicional sin alteraciones".

Miguel Angel asegura que fue programado para cirugía el 22 de noviembre de 2000, y que la operación tendría por objeto "quitarle la vejiga". Una hora antes de la operación, llegó su esposa Erika Cruz Beltrán con los resultados de Cancerología que descartaba el cáncer. El doctor Arce, al enterarse de los resultados, le dijo: "Yo no soy particular".

Ante la molestia de Arce, Miguel Angel se dirigió al doctor Garduño, jefe de la unidad de Urología, quien ordenó se suspendiera la cirugía.

Después el jefe de Nefrología, Hugo Manzanilla los regañó. Dijo: "Cómo puede ser posible que quieran meter a este ‘chavalón’, sin antes de tener un previo estudio". Luego, ordenó hacerme varios estudios y él fue quien me informó que tenía TB –tuberculosis renal-.

Miguel Angel acudió a la oficina de Higuera Ramírez a solicitar la devolución del dinero que gastó en medicamentos y materiales cuando le diagnosticaron el cáncer, pero la secretaria del director lo mandó con el subdirector general Médico,Rafael Gutiérrez Vega, quien le aseguró que lo iban a ayudar con el tratamiento del TB y que sería todo gratis.

Según Miguel Angel, Gutiérrez Vega -a quien califica como déspota-, lo engañó, ya que el tratamiento para el TB es una campaña de salubridad completamente gratuita; por lo que acudió a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), donde pide una indemnización no menor a 500 mil pesos.

LA GOLPIZA

Cuatro meses después de la errónea detección del cáncer, Miguel Angel Esquivel acudió al Hospital General a consulta. Cuenta que al pasar la primera puerta, y a punto de pasar la segunda, un "tipo" se le paró enfrente y lo aventó. "Hasta parecía que me iba a dar un beso, y le dije: no tiene porque aventarme con el niño."

Explica:
— Cuando bajé a mi hijo, me comenzó a golpear, y poco a poco llegaron más; y la gente les empezó a gritar: ¡Ya no le peguen!, porque les vamos a ‘partir la madre’. Mi esposa les dijo: ¡Ya no le peguen, porque lo acaban de operar!.

Miguel cuenta que quedó inconsciente, y que cuando despertó lo estaban arrastrando. Después lo llevaron a urgencias en una silla de ruedas, pero no se dejó inyectar nada porque pensó: "Que tal si es otra cosa."

Cuando salió, caminaba como si estuviera borracho, incluso no lo dejaron entrar a la torre de Gobierno, por lo que se fue a su casa. En la noche regresó con dolor en los riñones y con vómito. Estuvo internado una semana a consecuencia de la golpiza y poco a poco ha perdido la vista del ojo izquierdo.

En entrevista por separado, el comandante Luis Emilio Hidalgo y Rubio se defiende:

"No lo golpearon, él fue el que golpeó a dos de mis elementos. Escupía a la hora de hablar y no sabíamos que era tuberculoso; por eso los mandaron a bañar."

Hidalgo y Rubio asegura que "sus elementos de seguridad" no atacaron "al Miguel". Agrega que de haber sido así, "lo hubieran lastimado y estuviera en urgencias, o hubiera salido algo positivo y no fue así."

El comandante considera que sus "elementos son en su mayoría amigables y respetables" y asegura que en dos años de permanencia en el hospital, "nunca he tenido ningún problema."

Hidalgo y Rubio justifica al director: "Lo que sucede, es que dentro del Hospital hay gente de izquierda que quiere estar en el Sindicato Independiente y cada vez que hay este tipo de situaciones; ‘filtran’ la noticia para golpear a la autoridad."

Concluye:
Yo soy apolítico, mi obligación es ayudar a la institución, al trabajador, y al paciente.
Sin embargo, Angel Esquivel entró a urgencias el día 27 de marzo y egresó el 30.

La hoja de ingreso dice: "posterior a agresión por terceras personas golpeado en el flando derecho con dolor intenso, a su ingreso con dolor en punto costovertebral."

Por eso, Miguel Angel presentó denuncia en la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam). La parte medular del documento señala: "El C. Miguel Angel Esquivel Linares se presenta a denunciar las presuntas irregularidades cometidas en su agravio por los CC. Juan Manuel García, Víctor Hugo Vargas, y Luis Emilio Hidalgo, personal de seguridad adscrito al Hospital General de México, toda vez que abusando de sus cargos y sin motivo alguno, agredieron física y verbalmente al compareciente, cuando este acudía a consulta."

También el día de la golpiza, el jefe de turno, Carlos Reyes Quintana, emitió una circular dirigida a Higuera Ramírez. El documento asienta que "dos elementos de seguridad fueron agredidos por Miguel Esquivel Linares esquivando los golpes que éste mandaba."

No es todo, Miguel Angel acudió a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), a denunciar su caso. A la queja recayó el número 810/2001-1, y la fecha para la "audiencia de conciliación", se fijó para el próximo 9 de mayo.

Paradójicamente, la queja 565/2001-1 correspondiente a la señora Margarita Bello Sánchez –en contra del IMSS-, no tuvo la misma suerte. La Conamed le fijo un tiempo de espera verbal de 80 días para su resolución. No pudo aguantar la espera, murió 24 días después.

Pero para el comisionado Carlos Tena Tamayo y colaboradores, las irregularidades y la impunidad tienen justificación.

Salvador Casares Queralt, director general de Orientación y Quejas de la Conamed, trató de explicar en breve entrevista telefónica a la reportera: En el caso del Hospital General, dijo, "las cosas son más rápidas." Mientras que en el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social, aseguró, "ellos fijan las reglas a la Conamed."

"Sonría, Sonreír es saludable y contagioso"…

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