La creación del Instituto de Geriatría

El pasado 28 de julio se firmó el decreto que dio luz al Instituto de Geriatría, ante Felipe Calderón Hinojosa y el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos se arremolinó la plana mayor de los actores que diario se involucran en las políticas de salud del país.
Ahí estuvieron Jesús Kumate Rodríguez, presidente de la Fundación IMSS, A.C.; Ernesto Saro Boardman, presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores; Éctor Jaime Ramírez Barba; presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados; Juan Francisco Molinar Horcasitas, director del IMSS y Marco Antonio García Ayala, diputado y secretario del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud, entre otros.
Les dijo el secretario de Salud, tras dar la bienvenida a la sede de esa secretaría a Calderón Hinojosa:
Decía Jan Dan Rousse: la juventud es el momento de estudiar la sabiduría, y la vejez, el momento de practicarla.
Para los integrantes del Sistema Nacional de Salud y los sectores a los cuales estamos estrechamente vinculados es un privilegio contar con su presencia y sobre todo tener la certeza del apoyo e importancia que le ha dado a la salud como política de Estado para el desarrollo sustentable que nuestro país requiere.
Apoyo que una vez más se hace patente con el nacimiento de este nuevo Instituto de Geriatría, proyecto anhelado, trabajado e intensamente esperado por muchos actores de diversos sectores y ámbitos público, privado, social, en donde la participación e interés genuino este día se hace realidad, gracias a su decisión y voluntad política.
Entre los fenómenos sociales más importantes a los cuales se enfrenta la sociedad actual en este mundo globalizado, y que según las previsiones en un futuro no muy lejano se vivirá de manera muy acentuada, es el envejecimiento de la población.
En este contexto, el envejecimiento constituye uno de los mayores retos del país. Durante el Siglo XXI, en naciones como Alemania, Estados Unidos, Italia y Japón, es ya una carga importante, hoy la globalización con sus transformaciones económicas, políticas, culturales, de organización y de relaciones humanas, en el contexto comunitario y familiar, de estructura de las poblaciones y las grandes ciudades, el cada vez mayor impacto del fenómeno migratorio han traído consigo nuevas formas de envejecimiento.
En las décadas por venir, México tendrá paulatinamente una mayor proporción de población adulta, semejante a la que se observa en países desarrollados, pero desafortunadamente en condiciones sociales, económicas, culturales y epidemiológicas distintas, que harán del envejecimiento un problema significativo en la agenda política y económica de nuestro país.
El Sistema Nacional de Salud como un sistema único e integrado funcionalmente requiere de la participación activa de todos los niveles de atención de la salud y la preparación constante de todos aquellos profesionales vinculados a la atención y no sólo los enfocados al anciano.
Las enfermedades crónicas requieren un seguimiento y control efectivo para reducir al mínimo las incapacidades asociadas y los efectos negativos sobre la calidad de vida, la naturaleza continua de esta atención significa que será más eficaz si se presta en entornos basados en la participación de la comunidad, las organizaciones sociales y la generación de un modelo integrador multidisciplinario, y ese espacio los constituyen como punto de partida las unidades médicas de atención primaria.
Es necesario implantar esquemas y modelos innovadores que como producto de investigación seria y comprometida para atender las demandas de salud de la población en general y reforzar estratégicamente las acciones para detectar y atender de manera oportuna posibles padecimientos, además de conducir y dar seguimiento al mantenimiento de un adecuado nivel de salud, en estos diversos estratos de atención con la consolidación de la cultura del auto-cuidado, la prevención y la promoción de la salud como forma de vida, a fin de asegurar un mejor estado de salud de la población al ingresar al grupo de los adultos mayores.
La falta de una cultura de atención integrada a la salud predispone al adulto mayor a adquirir enfermedades crónicas y padecer las complicaciones que no hayan sido debidamente detectadas a tiempo o controladas y en algunos casos extremos la pérdida de facultades que pueden llevar a las personas mayores a situaciones de discapacidad y dependencia.
En donde la vulnerabilidad, la inequidad, la discriminación e incluso el mal trato resultan relevantes, sobre todo en aquellos grupos de escasos recursos o que habitan en regiones o localidades de menor índice de desarrollo humano.
Una forma de identificar la presencia de condiciones que favorecen o no el desarrollo pleno de capacidades y opciones es el índice de desarrollo social, el cual es una medida que resume las condiciones de desarrollo que ofrecen las regiones y municipios del país.
El cálculo de este índice para los distintos grupos de edades revela que la población de 60 años y más, registra el índice más bajo entre las distintas etapas del curso de la vida. Lo anterior demuestra que la población de ancianos es una población vulnerable y significa que tendremos que prever una serie de acciones de asistencia social y salud para responder ante las necesidades de la población que empezará a presentar problemas de discapacidad o de enfermedades crónicas.
La creación del Instituto de Geriatría, busca contribuir a mejorar las condiciones de salud y bienestar de la población mexicana que envejece, mediante la investigación en salud y la generación de conocimiento y propuestas de acción que lleven a la definición de políticas públicas para favorecer el envejecimiento saludable de los y las mexicanas, con la participación de los sectores social y privado.
El Instituto de Geriatría se abocará a estudiar, bajo un abordaje multitras e interdisciplinario el proceso de envejecimiento, desde la perspectiva de investigación en salud, la enseñanza y la promoción del desarrollo de servicios de salud, gracias a este importante acción, el presidente Calderón, los mexicanos tendremos la oportunidad de adoptar las medidas necesarias para que se preparen y se refuercen acciones, recursos e infraestructura en modelos de atención a la salud, además de asegurar, desde todos los ámbitos de desarrollo y mediante la participación de todos los actores sociales, el construir hoy un mejor  presente para la actual población adulta mayor, así como un futuro para quienes seremos adultos mayores en el corto, mediano y largo plazo.
Pero sobre todo de enfrentar el reto de trabajar por una sociedad que pueda crear los escenarios futuros en materia de salud y desarrollo social, incluyente y justo, para consolidar una cultura del envejecimiento saludable y activo de nuestra población, lo que permita a nuestro país incrementar los niveles de productividad. Además de aprovechar la experiencia y la ganancia potencial en todos los niveles y sectores de nuestro país, además de representar para los adultos mayores también una opción para que son respecto a sus derechos participen activamente en la sociedad sin discriminación y tengan la posibilidad de ganar de calidad de vida e independencia y así todos como sociedad madura y productiva podremos sin duda vivir mejor.

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