¿Qué “aporta” el “renovado” PRI para la cuestión social?

Gustavo Leal Fernández

Como priístas, impusieron en 1995 en el IMSS el sistema de cuentas individuales a los trabajadores del Apartado A (Ernesto Zedilllo). Como priístas conformaron en 1999 desde el Senado de la República las Instituciones de Seguros Especializadas en Salud (ISES) (Samuel Aguilar). Como priístas apoyaron en 2003 la aprobación parlamentaria del fraude sanitario más escandaloso del México moderno: el Seguro Popular (Kumate).

Como priístas operaron en 2004, desde el poder legislativo y pisoteando un ordenamiento laboral, el primer mazazo al Contrato Colectivo de Trabajo más completo de América Latina: el del IMSS, sustentando el deliberadamente equivoco “diagnóstico” de Santiago Levy que se tradujo en la reforma a los artículos 277D y 286K de la Ley del IMSS (Beltrones).

Como priístas consumaron con el PAN en 2007 la Nueva Ley del ISSSTE que reduce las pensiones y ajusta a la baja las prestaciones de los trabajadores del Apartado B (Emilio Gamboa, Samuel Aguilar, Beatriz Paredes, Jorge Estefan Chidiac) y, luego, en contubernio con las dirigencias sindicales del SNTSS (Valdemar Gutiérrez Fragoso) y del SUTERM (Víctor Fuentes), como priístas extendieron en 2008 el fallido esquema mexicano de capitalización individual a los trabajadores de nuevo ingreso del IMSS y la CFE.

Como priísta, el senador (plurinominal) Beltrones escribió: “los legisladores nos propusimos reforzar la certidumbre económica y financiera del país, atendiendo un problema severo del sistema de pensiones. Hicimos modificaciones que no se pensaban posibles, para consolidar el ahorro interno y darle a los trabajadores del Estado nuevas reglas para que ellos puedan realmente vigilar y controlar sus cuentas para el retiro, así como resolver un hoyo negro de las finanzas públicas. Hicimos lo que no se hizo en 1997”.

Como priístas aprobaron -en la reunión que celebró la CONAGO en Metepec el 25 de abril de 2008- preparar el foro Federalismo y descentralización en materia de salud. En él (11 de agosto) Juan Molinar Horcasitas, entonces director del IMSS, propuso la creación de un “mercado interinstitucional de servicios de salud” entre IMSS-ISSSTE y la SSA. Por su parte, el secretario de Salud José Angel Córdova, postuló la conformación de un “sistema único de salud”, mientras los panistas presidentes de las Comisiones de Salud de las Cámaras de Senadores y Diputados (Legislatura 60), Ernesto Saro Boardman y Ector Jaime Ramírez, anunciaban una reforma de Ley General de Salud para introducir al IMSS y al ISSSTE una “universalidad de servicios básicos de salud” como la del fraudulento Seguro Popular foxista y su modalidad petit calderonista: el seguro para los recién nacidos.

Como priístas ¿pueden realmente declararse “listos” para recuperar el “timón” del país y pretender evitar “que zozobre”?

Desde la presidencia del PRI, el 16 de enero de 2009, Beatriz Paredes acusó a Fox y Calderón de no aplicar lo que el País “reclama”. Pero ¿dónde consta lo que ha propuesto ella?

Además de reprobar la política social que “aprovecha” la circunstancia adversa de la gente, Paredes descarta el asistencialismo porque es una “distorsión de la verdadera política social”. Pero ¿dónde está su “verdadera” alternativa?

Porque las evidencias muestran que, como priístas, apoyan casi lo mismo que el PAN. Por ejemplo, el 4 de marzo de 2008, Paredes demandó “la revisión integral de la política del Seguro Popular así como que se garantice el abasto y la creación de plazas acordes a la correcta operatividad”. Porque “es muy grave”, dijo “que la infraestructura del IMSS y del ISSSTE, establecida a través de lustros de esfuerzos, se deteriore y degrade por incapacidad o por dolo intencionado para justificar su desmantelamiento” (PRI-Reconstrucción XXI).

Pero apenas unos meses después, en la agenda legislativa de los diputados priístas del 30 de agosto de 2008, se contemplaba “revisar” el Seguro Popular, justo en los exactos mismos términos que lo planteaba el presidente panista de la Comisión de Salud: senador Ernesto Saro Boardman (Canal del Congreso, 3/7/08).

Este maridaje programático se confirmó en la 20 Asamblea Nacional priísta celebrada el 23 de agosto de 2008 en Aguascalientes dónde más de cuatro mil delegados de todo el país votaron (en 25 minutos, sin discusión y a mano alzada) que, aunque se le definía como un partido “socialdemócrata”, era un instituto político que eliminaba de su Declaración de Principios “el rechazo a la privatización”. Por su parte el Programa de Acción reculaba de revisar el Seguro Popular a cambio de “incorporar medicamentos contra el Sida y cáncer” y los Estatutos ya facultaban al Consejo Político para “modificar documentos básicos”.

Así que, como priístas, parece que no pueden declararse “listos”. Si realmente quisieran estarlo, primero tendrían que señalar (más allá del episodio Madrazo) a los responsables de su política de maridaje estratégico (“reforma” calderonista del ISSSTE) con el panismo foxista-calderonista, garantizando los debidos deslindes, ajustes y sanciones.

Seguiría, entonces, adecuar efectivamente su plataforma con ofertas alternativas viables, a la altura del electorado que convocan a que apoye su opción (más allá del poco ágil equilibrismo declarativo de Beatriz Paredes).

Como gustaba recalcar Darío Fo: “estoy seguro de que no se puede ganar ni gobernar si no se tienen ideales elevados y fuertes. En cambio, los políticos profesionales sólo piensan en gestionar su poder con desenfado y avidez. La fractura entre ellos y la gente aumenta cada vez más”, particularmente con los jóvenes, habría que agregar.

Redacción:

El presente artículo de Gustavo Leal Fernández, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, se publicó por primera vez en el periódico La Jornada el sábado 21 de marzo de 2009.

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