Por Linda Oliva

Twitter: @doblecorchea

 


Hace mucho que no escribo, pensé.

Pero si yo quiero escribir, me digo a cada rato. A dónde se me fueron las letras, o peor aún, a dónde se fue todo lo que siento. Porque al final uno solo puede escribir de lo que siente; siempre lo he creído así.  Y yo estoy viva, y si estoy viva algo tengo que sentir. 

Uno cree que deja de escribir para no hacer tanto ruido, pero entonces algo dentro empieza a desmoronarse lentamente hasta dejar a uno hecho trizas. Pareciera que nadie más escucha el alma caer y escombros es todo lo que queda. 

Y aquí está la mujer que ya tiene las manos marchitas de tanto no escribir. Y aquí está la mujer que ahora pesa veintiún gramos menos. Pero también aquí está la mujer que sabe que puede construirse una vez más: escribiendo, borrando, volviendo a escribir, sintiendo, amando, viviendo.

Hoy es un buen día para volver a escribir, pensé. 

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