Evidencia para las políticas

Juan Ramón de la Fuente. 1994-1999:
Una “oferta de concordia” vencida

Gustavo Leal F.*
Parte IX

La agenda del zedillismo sanitario que -asesorado por el Banco Mundial y Funsalud- diseñó desde
Los Pinos Luis Téllez, sepultó toda semilla de las suaves políticas alternativas “desde y para los médicos” que contenía en gérmen el libro de Juan Ramón de la Fuente La Investigación en Salud: Balance y Transición1:

“En el marco de un cruento combate intergremial que dejó serias y hondas heridas corporativas (tal y como ha venido ocurriendo ya casi tradicionalmente en los cambios sexenales), el Dr. De la Fuente se abrió paso desde la poderosa Dirección de la Facultad de Medicina de la UNAM -nicho privilegiado de la corporación médica-, en virtud de una bien labrada ascención dentro del gremio, cuyo punto de partida se ubica en 1986 a través del Programa Universitario de Investigación Clínica (PUIC) y se consolida con su inmediatamente posterior desempeño como Cooordinador de la Investigación Científica de la misma casa de estudios. Su labor en el PUIC culminó con la publicación del volúmen La Investigación en Salud: Balance y Transición, conteniendo una oferta de conciliación práctica para las tres principales corrrientes del gremio: clínicos, biomédicos y socio-médicos”2

El núcleo de la “oferta de concordia” fue claramente documentado por el Dr. José Laguna, subsecretario de salud en el sexenio Guillermo Soberón Acevedo:

“la lucha contra las enfermedades diarreícas requiere de trabajos de investigación básica en laboratorios altamente especializados para el estudio del virus, bacterias y parásitos intestinales; la investigación clínica, a fin de contar con los mejores recursos diagnósticos y terapeúticos para el manejo de los pacientes y los brotes; de investigaciones de tipo operativo relacionadas con la aceptación de los tratamientos, por parte de la población, sobre todo de las madres y el personal de salud, y finalmente, de metodologías sociomédicas y epidemilógicas, con las cuales deberá hacerse la evaluación del impacto del programa. Esta característica multifactorial aparece, en el quehacer científico, como la necesidad de conjuntar esfuerzos de todas las ramas de la investigación, la ciencia básica, la investigación clínica y la investigación en salud pública”3.

Sin embargo, todos estos afanes de equilibrio gremial fueron barridos por la “agenda” Zedilllo-Téllez-Funsalud, que urgieron y aceleraron el proceso de descentralización de los servicios de salud a población abierta que había dejado inconclusa la administración Soberón e intocada la del Dr. Kumate.

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco


1 Juan Ramón de la Fuente, J.Martuscelli y Donato Alarcón (1990) Biblioteca de la Salud. Serie Testimonios. FCE, México

2 G. Leal F. (2000), Agenda y diseño de la reforma mexicana de la salud y la seguridad social, Serie Académicos, Núm.30, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, DCBS, p.40.

3 “De la Investigación Biomédica a la Investigación en Salud”, La Investigación en Salud: Balance y Transición, op.cit, pp. 13-14.

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