Evidencia para las políticas

2000: el año del cambio
Declaraciones del “equipo” foxista de “transición”

Gustavo Leal F.*
Parte XIV

Se me ha preguntado1 si veo contradicción entre las diferentes declaraciones del “equipo” que prepara el programa de salud para el sexenio 2001-20062.
Si no contradictorias, he respondido, al menos si parece que escuchamos un coro desafinado compuesto por cantantes que leen diferentes partituras. Creo que la principal falla de ese “equipo de transición”, en un área de tanta relevancia para la opinión pública, consiste en que, hasta ahora, no ha logrado establecer un perfil claro de lo que podría ser la nueva agenda. Más bien: ha fallado en el primer requisito de cualquier mensaje público: la claridad y la sencillez.
Me parece que este fenómeno tiene explicación. El equipo de salud del foxismo se encuentra ante una oportunidad social y de gobierno inédita: ubicar en el centro de las políticas de salud, por primera vez en muchos años a su destinatario principal: el paciente, Y por otro lado, hacer de los médicos el operador seminal de todo el proceso de la política. Es decir, hacer de la política pública una dimensión de seres humanos y para seres humanos; ponerla a la altura de lo que ciudadanos y electores de cualquier partido político han demandado con toda claridad ya desde 1983.
De cara a las devaluaciones de 1982 que impactaron severamente la red pública de salud y seguridad social, la respuesta gubernamental de De la Madrid fue designar un secretario de Salud biomédico: el Dr. Soberón. A cambio de políticas para los usuarios de las grandes instituciones nacionales, a él correspondió introducir la tonada de la “reforma” de la salud y el “cambio estructural”. Desde entonces, las políticas de salud se volvieron “sistémicas”: extraviaron el “norte” humano que las debe animar y darles sentido.
Frente al gran reto de actualizarlas en esa dimensión humana poniéndolas al servicio de lo que los muchos Méxicos aguardan del sector salud, el foxismo sanitario se ha despachado con generalizaciones sobre la cultura “preventiva” y la federalización (Astorga, Dominguez, López Hermosa) o la supuesta protección de los más pobres “porque son los que gastan más de su bolsillo en salud” (Frenk). El propio Flores mostró que su equipo carece la información mínima que requiere todo decisor. Con toda sus letras asumió que el nuevo gobierno introduciría esquemas de seguros privados siguiendo el modelo de los Estados Unidos, cuando ese modelo y sus gravísimos problemas ocupó el segundo lugar de importancia en las agendas de Al Gore y G.Bush, sin que ello garantice, en absoluto, alguna solución en el mediano plazo.
No se puede responder a un México tan diverso ¡en pleno siglo XXI! con meros llamados al “cuidado” preventivo, sobre todo, cuando la tarea principal del sector salud es atender a la enfermedad. A lo declarado por equipo foxista hasta hoy, le sobra mucho de cierto tipo de salud pública (“bajo costo y alta efectividad”)3 a cargo del Estado y le falta toda la claridad respecto a los prepago directos que correrían por cuenta del paciente que busca atención médica para sus padecimientos. Con esta oferta la sociedad pierde en su conjunto, aunque sin duda puedan ganar algunos hospitales, aseguradoras e Instituciones de Seguros Especializadas en Servicios de Salud (ISES), pero ciertamente no los médicos, ni por supuesto el paciente.
El caso del Dr. Enrique Ruelas, el experto en “calidad” del team, es diferente. Carlos Flores debería manifestar si permanece en el equipo, después de las denuncias que sobre la participación de su empresa Certisalud en el Programa Nacional de Certificación de Hospitales, documentara Alberto Barranco Chavarría en la columna “Empresa” del diario Reforma (26, 31 de julio, 23 de agosto y 20 de septiembre del 2000), y en las que se han sido también aludidas las Academias Nacional de Medicina y Mexicana de Cirugía.
Finalmente. Se trata de un equipo sui generis: tiene dos cabezas. Lo coordinan Tena y Frenk. Es difícil evitar la incoherencia con dos voceros. Y sinceramente, tampoco acabo de comprender del todo, qué ventajas pueda traerle al gobierno eficaz que se espera de Fox, el sentido -¿perverso? de reclutamiento y competencia entre pares: ¿Derbez o Sojo? ¿Castañeda o Aguilar Zinser? El estudio de políticas demuestra que las más eficaces han nacido invariablemente del argumento y la confianza. Nunca del codazo y del micrófono robado.
Así que el coro con diferentes partituras tiene explicación. Como equipo deberían haberse puesto de acuerdo antes, evitar los protagonismos y haber comunicado una línea de política precisa. Pero ¿pueden bajo las condiciones en que los han puesto a competir? No hay duda: el principio ya les falló.

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco


1Entrevista a Gustavo Leal. Masiosare, Suplemento Dominical de La Jornada, 10 de septiembre, 2000.
2Aparecieron primero, las de Carlos Flores, responsable del programa social, seguidas de las de Carlos Astorga, secretario de Salud de Baja California, directamente involucrado en el caso Paulina. Más adelante se manifestaron Lepoldo Domínguez secretario de Salud de Nayarit, el Dr.López Hermosa así como Julio Frenk y Enrique Ruelas. Finalmente se pronunció Carlos Tena, secretario de Salud de Guanajuato.
3“En contraste con la medicina clínica, que opera a un nivel individual, y la investigación biomédica, que analiza el nivel subindividual, la esencia de la salud pública consiste en que ella adopta una perspectiva basada en grupos de población o poblaciones. Esta perspectiva poblacional inspira las dos facetas de la salud pública: acción e indagación”, Julio Frenk, “What’s in a name? Bulletin of the World Health Organization, 1999, 77 (2), p.101.

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