Roberto Vega Galina, tigre de papel
Montero Esquivel acusa a González Torres
de buscar beneficios económicos

Valentín Cardona
26 de mayo de 2003

Algo pasó para que Cuauhtémoc Montero Esquivel, presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, cambiara de actitud. Y es que Montero Esquivel sostuvo, hasta antes del 22 de mayo último, una actitud de aparente apoyo a la campaña emprendida por el “Grupo Por un País Mejor” en contra de la corrupción en el IMSS.
Sin embargo, ese día, Comunicación Social del PRD en la Cámara emitió un boletín en el que señala que “tras reconocer que en Instituto Mexicano del Seguro Social existen prácticas oligopólicas en el sistema de compra de medicamentos”, Montero Esquivel se pronunció sobre la necesidad de “establecer un nuevo reglamento para compras y abasto”, con eso, aseguró el diputado, “se acabarían las prácticas oligopólicas que existen hasta ahora”.
Pero no sólo eso, Montero Esquivel afirmó que el “pleito” que trae el presidente del Grupo y dueño de Farmacias de Similares, Víctor González Torres, con el Instituto “es porque quiere sacar beneficios económicos”, aunque no explicó bajo que argumento fundó sus afirmaciones.
Además, Montero Esquivel acusó que González Torres no ha aportado las pruebas sobre la corrupción que dice existe en el IMSS, “como se lo hemos solicitado”, y sentenció que, de no hacerlo, “se convertiría en un difamador”; como de relleno, Montero Esquivel extendió su acusación a Santiago Levy, otro que, dijo, tampoco ha aportado pruebas.
Y aunque Montero Esquivel aceptó que “hay problemas en el abasto y que existen malas prácticas y vicios en la compra y venta de medicamentos que vienen de muchos años atrás”, su discurso quedó en el aire, nomás.
Otro que gusta bravuconear es Roberto Vega Galina, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), aspirante a diputado federal -con lugar seguro- por el PRI, y quien busca presidir la Comisión de Seguridad Social en la próxima legislatura.
En efecto, el 22 de mayo, Vega Galina hizo publicar un desplegado en algunos diarios de circulación nacional en donde asume una posición de aparente fortaleza. Temeroso, como si no tuviera el apoyo suficiente a su investidura, Vega Galina “rechaza”, a nombre del gremio “… las acusaciones orquestadas por una cadena farmacéutica en torno al desabasto de medicamentos en el Instituto, que argulle mala administración institucional”, y la “conmina” a demostrar con pruebas sus señalamientos, y a presentar, en su caso, las denuncias ante las “instancias correspondientes”.
En el colmo, Vega Galina acusa también en los mismos términos a “un miembro de la Comisión de Seguridad Social (CSS) de la Cámara de Diputados” -en obvia alusión a Montero Esquivel-, de “señalar un quebranto financiero propiciado por la sustracción hormiga -de medicamentos- a cargo de los propios trabajadores”.

EL RECHAZO “TAJANTE”

Con la misma cobardía con que Vega Galina acusa a “la cadena farmacéutica” y al “miembro” de la CSS de la Cámara de Diputados, señala también a “algunos” diputados y senadores de haber aprobado las reformas a la Ley General de Salud que dieron origen al nacimiento del engendro llamado seguro popular (SP), que el titular de Salud, Julio Frenk Mora, pretende cristalizar a través del IMSS-Oportunidades, aunque, cabe aclarar, Vega Galina utiliza con verdad algunos argumentos.
Como ejemplo, dice que tales legisladores aprobaron dichas reformas “… desprovistos del conocimiento histórico sobre la evolución de la Seguridad Social en México, y faltos de sensibilidad política para destinar mayores recursos a Programas de acreditada solvencia”.
Y también, pero sin mencionar su nombre, Vega Galina dice también algunas verdades a Julio Frenk, pues lo llama contradictorio e incongruente. Contradictorio, por “duplicar” funciones. Incongruente y lesivo al IMSS porque “cuando por algún motivo un usuario atendido por el IMSS-Oportunidades opte por recibir atención a través del SP, el Instituto se obliga a transferir recursos de su presupuesto al nuevo programa como una suerte de reversión de cuotas, con las ostensibles repercusiones presupuestarias y de calidad en los servicios institucionales”.
Sobre el tema, Vega Galina culmina: “Sin duda alguna, duplicar programas, eludir apoyos a otros que durante más de dos décadas han demostrado su efectividad, aunados a la reversión de cuotas, constituyen afrentas al IMSS, que rechaza en forma tajante el SNTSS, pues más allá del propósito loable de universalizar la atención, el Programa conlleva la insuficiencia de recursos e infraestructura para atender a la población marginal, que paradójicamente terminan por afectar al Instituto de Seguridad Social más importante del país y al ISSSTE, pues lejos de resolver la problemática de los más pobres, únicamente debilitan instituciones consolidadas”.
En apariencia, el desplegado de Vega Galina titulado “Año de la Defensa de la Seguridad Social”, parece bueno, sin embargo, es demasiado tardío: Cómplice, pues. Debió haberse titulado “Año del Abandono de la Seguridad Social”, a secas.
Y es que, sin duda, el mismo desplegado elaborado con los pies, como lo está, hubiera surtido otros efectos de haber sido publicado antes del 24 de abril, fecha en la que Vega Galina asegura que fue “el último día de sesiones de la LVIII legislatura”.
Pero hay más, el “líder” sindical acusa que:
“… el Senado de la República aprobó reformas a diversos artículos a la Ley del Seguro Social, que permiten a la iniciativa privada participar en el otorgamiento de servicios de guarderías con esquemas simplificados que les garantizan enormes dividendos sin que, por otra parte, resuelvan la problemática de atención de guarderías a madres trabajadoras, como lo han demostrado proyectos privatizadores como el carretero y el bancario que en la actualidad continuamos pagando los mexicanos”.
Y es cierto, como también es cierto que Vega Galina omitió informar a “Vicente Fox, al H. Congreso de la Unión, y al Pueblo de México”, que la pretensión del PRI-PAN de “privatizar” las guarderías, y que es enarbolada por el senador Genaro Borrego bajo la bandera de “adicionar el artículo 203, reformar el 204 y derogar el 213” de la Ley del Seguro Social, se encuentra “atorada” en la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados -a la que ahora ataca-, y lista para que la próxima legislatura decida lo conducente.
Por eso también resulta inútil la invitación de Vega Galina a “los legisladores” a “recapitular sobre los desaciertos en el último periodo y dar ‘marcha atrás’ a reformas opuestas a los intereses de los esquemas de Seguridad Social en México”.

LA TRIPLE NEGACIÓN

Convertido en tigre, pero en tigre de papel, Vega Galina invitó mediante “selección”, a medios de “comunicación masiva”, a una conferencia de prensa desesperada a la que convocó la mañana del 20 de mayo, en vísperas de la “gran manifestación” a la que previamente había convocado el Movimiento Nacional Anticorrupción (MNA) -parte del Grupo Por un País Mejor-, “para acabar” con la corrupción en el IMSS.
Como no tuvo respuesta de sus medios “seleccionados”, Vega Galina optó, dos días después, por el desplegado. Pero el golpe ya estaba dado, el MNA hizo suyas las demandas de los trabajadores, mismas que Vega Galina había y ha desatendido. Perdió liderazgo.
Pero no sólo eso, mientras mantenía una comunicación “estrecha” con Víctor García Lizama, vicepresidente del Grupo -Vega Galina juega con fuego y se quema, Imagen Médica 21 de mayo-, Vega Galina asestaba puñaladas por la espalda al Grupo que también incluye a Farmacias de Similares.
En efecto, de la conferencia de prensa del 20 de mayo se desprendió un comunicado de prensa a cargo de Félix Perrusquía Castillo -secretario de Prensa de Vega Galina- que señala: “… el IMSS ha sido objeto de ataques y denuestos en fechas recientes. Por parte de la iniciativa privada, a cargo de cadena farmacéutica, quienes han orquestado una campaña de desprestigio al extremo de convocar una manifestación multitudinaria con todos los inconformes que presuntamente han carecido del abasto de medicamentos…”.
Y más, pues acusa que “el interés particular de la cadena farmacéutica de atacar al IMSS, responde al ‘jugoso negocio’ que para estas representa abarcar el mercado de consumidores potencial de los usuarios del Seguro Social. Lejos de sensibilizarse ante la causa de la derechohabiencia, la empresa farmacéutica incita a los asegurados a boicotear y denostar en tiempos electorales a una institución de renombrado prestigio”.
En otras palabras, Vega Galina hizo suyo el peligroso discurso de Santiago Levy aun en contra de los propios trabajadores y derechohabientes, pues el desabasto de medicamentos en el IMSS no es “presunto”, sino real. Además, cae en el oscuro juego de lanzar acusaciones sin pruebas, pero sí las exige, pues conmina a la “cadena farmacéutica a presentar elementos concluyentes que sustenten sus declaraciones”.
En el colmo, Vega Galina sostiene una tesis inverosímil y nueva sobre la causa del desabasto. Dice que se debe a que “año con año se incrementa el número de afiliados al Seguro Social mientras su presupuesto decrece”, es decir, aclara, que “se atiende a un número mayor de usuarios con menores recursos; igual cantidad de medicamentos para un número creciente de derechohabientes, que resulta insuficiente”.
En obvio, afirmaciones temerarias producto de la confusión en la que se cae luego de manejar como suyo el discurso de otro y que ni el mismo Santiago Levy se ha atrevido a manifestar como causa oficial del desabasto.
Lo cierto es que como Pedro a Jesús, Vega Galina negó cuando menos tres veces, en una semana, los reclamos de los derechohabientes, a quien asegura que “se debe”, y lo que es más, a sus propios representados, los trabajadores

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