Las tropelías de Jaime Sepúlveda en el INSP
“Avalado” por Los Pinos otro talento del priismo

Valentín Cardona
10 de noviembre 2003

Como premio a la larga estela de desatinos y fracasos con que Jaime Sepúlveda Amor se ha desempeñado a lo largo de décadas en la Secretaría de Salud (Ssa), el pasado lunes 3 recibió “posesión” como coordinador de los Institutos Nacionales de Salud, de manos del secretario del ramo Julio Frenk Mora.
La “transmisión de mando”, que según Frenk Mora “ya había sido anunciada”, obedeció a un “acuerdo” del presidente Vicente Fox Quesada, es decir, un dedazo con el que se tiende un manto protector a las últimas tropelías de Sepúlveda Amor a su paso por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), que tiene como objetivo fundamental, según la Ley de Institutos Nacionales de Salud, el de “la prestación de servicios de salud a un universo de usuarios no susceptible de determinarse.”
En efecto, en el desarrollo de una auditoría light al INSP, la Auditoría Superior de la Federación encontró, en apenas un botón de muestra auditado, serias irregularidades en el manejo de recursos del instituto, como un adelanto al mugrero que se encontraría de realizarse una auditoría integral.
Sepúlveda Amor es una célula más de la “casta” o “mafia” apoderada del sector salud, dada a conocer por el semanario Proceso en su edición 1408, del 26 de octubre último.
“El nombramiento de Sepúlveda Amor es la reiteración del estilo Frenk de gobernar”, dice a Imagen Médica Gustavo Leal Fernández, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco y especialista en políticas de salud y seguridad social. Agrega: “Sepúlveda Amor es una persona que mostró -durante su paso por el nivel central de la Ssa- su falta de compromiso con el sector médico, y una falta absoluta de atención médica a la población”.
Remata: “Es aberrante que para coordinar a las “Joyas de la Corona”, se nombre a quien sólo se ha dedicado a enfatizar las políticas preventivas de salud al estilo del Banco Mundial, en donde el reto está orientado básicamente a la atención de las enfermedades. Y a quien de acuerdo con el ridículo comunicado de la Ssa, muestra que su tarea ha sido la de maquillar su curriculum desde Harvard al mundo, pasando accidentalmente por México.”
Leal Fernández sostiene que aunque el nombramiento de Sepúlveda Amor pudiera haber sido avalado por el presidente Fox, éste está escuchando el estilo Frenk de gobernar, que consiste en “no cumplir con el cambio y seguir recurriendo a la red nacional de ‘talentos’ del priismo.”
 
LAS TROPELÍAS
 
Con el oficio AECF/261/2001 del 8 de octubre de 2001, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) notificó a Sepúlveda Amor la orden de una auditoría “financiera y de cumplimiento” a la entidad. Luego de revisar los Egresos Presupuestales del Concepto 4300 “Transferencias para Apoyo de Programas”, la ASF concluyó:
1. Los procedimientos del departamento de Mantenimiento y Conservación no se encuentran autorizados por el servidor público facultado para ello, además de estar desactualizados.
2. Del análisis a los procedimientos de adjudicación, se constató que estos se apegaron a lo dispuesto en la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las mismas. Cabe señalar, que el instituto no cuenta con un Comité de Obras a fin de dictaminar la procedencia de celebrar contratos de obra.
3. El instituto no elaboró los reportes y/o bitácoras de supervisión para verificar los avances físico financieros de obra como lo establecían los contratos respectivos.
4. La facturación entregada por la supervisión de obra contratada no cumplió con los requisitos fiscales establecidos en el Código Fiscal Federal.
5. El instituto no contó con los planos modificados y definitivos, resúmenes de conceptos y planos de instalación de obra de los trabajos de obra ejecutados.
6. Se determinaron pagos en exceso por 55 mil 400 pesos, por la incorrecta cuantificación de volúmenes de obra.
7. Se pagaron 447 mil 700 pesos, sin contar con las estimaciones de los trabajos ejecutados.
 
CINISMO E IMPUNIDAD
 
Como resultado de las auditorías, la ASF determinó severas irregularidades, entre otras, “la falta de manuales para la celebración de procedimientos de adjudicación por licitación públicas, y procedimientos por invitación a cuando menos tres personas y directa; falta de bitácoras de supervisión de las obras realizadas; pagos en demasías por obras no ejecutadas e incumplimiento a las disposiciones normativas aplicables en materia de obra pública.”
Sin mucho que decir, el INSP manifestó a la ASF “estar de acuerdo con las acciones promovidas ya que permitieron al instituto identificar y corregir con oportunidad algunas debilidades de control interno que no estaban visualizadas, en otros casos se logró la recuperación y el entero a la Tesorería de la Federación de recursos por concepto de pagos en demasía.”
Y no sólo eso, en dos ocasiones la ASF solicitó la “intervención” del Órgano Interno de Control (OIC) en el INSP, para que, dijo, “actúe en el ámbito de sus atribuciones, e inicie, de considerarlo pertinente el procedimiento administrativo correspondiente respecto de la falta de catálogos de conceptos de obra, planos modificados definitivos y proyecto de instalación eléctrica en la realización de obra pública motivo de análisis, e informe a esta ASF de los resultados.”
En un acto que apestó a complicidad, el OIC en el INSP se pronunció respecto de las acciones efectuadas durante su seguimiento, concluyendo, en ambos casos, la “improcedencia de iniciar procedimientos administrativos disciplinarios en contra de algún servidor publico por no existir conducta que sancionar.”
 
EL SALDO
 
Como resultado de las auditorías realizadas al INSP, la ASF determinó 8 observaciones; 3 con carácter correctivo, y 5 preventivo. Las observaciones, advirtió la ASF, “deberán ser atendidas por el ente auditado, el correspondiente órgano interno de control y, en su caso, por las dependencias coordinadoras sectoriales u otras instancias competentes, en los plazos y términos que establezcan las notificaciones expedidas por la ASF y las disposiciones legales aplicables.”
Pero además, en el caso de la revisión de la Cuenta Pública de los ejercicios de 1996 a 2000 la ASF encontró que al INSP se le formularon 9 recomendaciones correspondientes al ejercicio fiscal de 1999, de las cuales, “ninguna se ha solventado” al 31 de diciembre de 2002.
Y aunque Sepúlveda Amor corrió con la suerte de no ser auditado de 1996 a 1998, el saldo pendiente que deja a su paso por el INSP es aterrador y sospechoso: de 22 acciones promovidas por la ASF, sólo se solventaron 6.
Pero hay más, según Leal Fernández, Sepúlveda Amor deja en el INSP “vacío” el punto relativo a la falta de información sobre cuanto costaron las encuestas nacionales de salud que desde la década pasada impulsó en la Secretaría. Además de que, acusa, faltó que Sepúlveda Amor presentara el balance de su gestión al frente del instituto, gestión que, adelanta, “se podría considerar antimédica y orientada a satisfacer los designios de la Ssa federal”.
Culmina: “¡Ojalá se cumpla con la transparencia y rendición de cuentas!”

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