El seguro popular y las cifras fraudulentas de Fox
Frenk Mora, “secretario de opereta”

Valentín Cardona
19 de octubre de 2004

 

No hay duda, luego del Cuarto Informe de gobierno, en el que disfrazado de presidente Vicente Fox habló y habló, quedó en evidencia el fracaso en lo político, en lo económico, en lo social, en lo deportivo, en lo cultural…; para colmo, en dos años de pesadilla que restan de su administración, ya nada se espera de él en materia de salud y seguridad social.
Según Gustavo Leal Fernández, el pasado primero de septiembre se vio que los resultados de la administración foxista son “cifras vestidas de irresponsable alegría”. Y es así, dice, porque el foxismo partió de un “continuismo de las políticas priístas en decadencia”.
Para Leal Fernández, experto en temas de salud y seguridad social, en el caso del IMSS, a cargo del “director financiero” Santiago Levy, se tiene sólo la repetición de los supuestos programas de mejora de la medicina familiar que “le recomendaron directamente desde el Banco Mundial”.
Y asegura que el énfasis que la institución ha puesto en los pobres programas preventivos -llamados Prevenimss- y en las Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAES), no tienen nada que ver con la atención de pacientes, sino que básicamente se refieren a aspectos de desconcentración de decisiones, para que los directores, en vez de pedir, pues le rindan cuentas al director financiero.
El también doctor en Economía, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, plantea que en el caso del ISSSTE el balance es igualmente escandaloso, porque explica, “ha habido una carencia total de una propuesta médico-clínica dentro de la visión González Roaro, de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), y de todos aquellos que han estado impulsando la reforma del ISSSTE”.
Y agrega que la propuesta que Benjamín González Roaro -el títere de la maestra Elba Esther y director del ISSSTE- hizo del dominio público, deja claro “que lo único que les interesa es resolver la aforización de los dos y medio millones de trabajadores afiliados al ISSSTE”, sobre las cuales, acota, “el propio González Roaro dice enfáticamente que la administración de los fondos deben ir a manos privadas.”
Basado en que no hay una perspectiva médica en la reforma del IMSS, como tampoco en la que se pretende aplicar en el ISSSTE, ni tampoco hay el tratamiento adecuado del nuevo perfil de daños a la salud que va a enfrentar el país en el siglo XXI -el envejecimiento-, Leal Fernández pronostica que por el tiempo que resta a la administración Fox, la salud y la seguridad social ya no sólo no van a entrar en el debate, sino que van a quedar como los “grandes pendientes del foxismo”.
 
LAS CIFRAS FRAUDULENTAS DEL SEGURO POPULAR
 
Leal Fernández insiste en que los servicios de salud en el foxismo están mucho “peor” que como los dejaron los priístas, y acota que bajo este cuadro llama la atención la “irresponsable alegría de cifras de Fox”, por eso, acusa, “Fox se está comportando peor que los presidentes priístas, porque lo que quiere acumular son metas de cifras para tratar de legitimar su inexistente política social”.
Explica:
“En este marco se está hablando ya de la familia cinco millones en materia de Oportunidades, y eso para salud nos interesa en la medida que se está tratando ahí el paquete básico de servicios de salud con sus 13 intervenciones costo-efectivas.
“Es evidente que esta cifra de los cinco millones está siendo ahora tapada con una cifra más escandalosa: la póliza un millón del seguro popular. Aquí, el fondo del problema es que Fox está intentando hacer una maniobra distractiva, para tapar el absoluto carácter continuista-financiero y no médico de sus reformas a la seguridad social, con un programa fracasado como el seguro popular.
“El seguro popular le está restando fondos a las instituciones grandes de la seguridad social, y está siendo presentado como el programa estrella del foxismo, que incluso, en su momento fue contemplado como un programa para catapultar la figura de Marta Sahagún como candidata del continuismo foxista.
“Esta cifra alegre del millón de pólizas evidentemente está tapando todo lo que quedó pendiente en la discusión de la reforma a la Ley General de Salud -en abril de 2003-, el reglamento, y todos los documentos que deben y que no han publicado.
“Esto nos permite ver que es un programa discrecional, presidencial, y focalizado, que además de tener muy endebles bases financieras, sólo le sirve como un tapaojos al problema del carácter continuista financiero y no médico de sus reformas a la seguridad social.
“La póliza un millón, vale, en el marco del presupuesto anual para la Secretaria de Salud probablemente más de 20 mil millones de pesos, y en el presupuesto 2005 Fox va a intentar sacarle ocho mil quinientos millones más, porque dice que es su programa de seguridad social para el sector informal. ¿Cuántos son esos 20 mil millones de pesos al año?, pues justamente la cantidad que el tecnócrata Levy estuvo invocando como lo que cuesta el Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) del IMSS en el 2004, y eso nos permitiría hacer una mínima comparación de lo que luciría ese dinero dentro de un esquema de fortalecimiento, sobre todo del programa IMSS-Oportunidades.
“Pero el asunto es más grave, porque dentro de la propia modificación de la ley, el gerente Frenk intento relacionar -y así está en el reglamento del seguro popular- este crecimiento de la afiliación, con un incremento de la infraestructura propiamente médica para brindar mejor atención.
“Ese es el segundo rasgo que podríamos ver, esta cifra alegre que da Fox, de que se han puesto en operación 1400 unidades, es una cifra -como el seguro popular- fraudulenta, porque un porcentaje muy amplio de estas instalaciones son obras que sencillamente pusieron en operación dentro de lo que había edificado Zedillo y, lo poco que han hecho, son centros de salud y no hay evidentemente ninguna posibilidad de que con el tiempo en contra alcancen a edificar algo similar a la famosa póliza un millón.
“Es decir, la póliza un millón no sólo cuesta más de 20 mil millones de pesos en el 2005 como ya dije, sino que además hay una incongruencia total entre lo que cuesta esa póliza y los requerimientos de capacidad necesarios para dar la atención que ofrece la póliza.
“Ellos hablan de la póliza un millón, ¿pero dónde está la cifra de desafiliación?, hasta el momento, necesitaríamos que los evaluadores independientes del seguro popular mostraran cuánta gente ha entrado y cuánta gente ha salido, pero sobre todo, -y este es el ángulo más importante- que han recibido a cambio del pago que hicieron por concepto del seguro popular.
“Lo que tenemos claro es que el seguro popular ofrece cosas que no puede cumplir, realmente como reforma, el seguro popular es la extensión de las reformas soberonistas de la descentralización de los servicios de salud, que sencillamente devolvieron a las entidades ‘la basura’, y a pesar del proceso de federalización corregido por Juan Ramón de la Fuente, las entidades federativas no han sido capaces, básicamente por restricciones financieras, de armar sistemas estatales de salud que tengan capacidad de respuesta.
“El seguro popular es la extensión de devolución de esa responsabilidad federal a las entidades, con el ingrediente de que ahora las entidades federativas van a tener que entrar con una aportación igual o superior a la que ponga la federación. Entonces, lo único que tenemos es que el que compre la póliza no va a recibir nunca nada, porque la capacidad de la red, hasta el segundo nivel con las 105 intervenciones que tiene señalado el reglamento, es incapaz de garantizar una atención médica efectiva.
“Lo que creo que es fundamental acotar, es que no sólo se trata de un conjunto de políticas en materia de salud y seguridad social continuistas, financieras, y no médicas; sino que hay exaltacion de la cifra fantastica que cuesta mas de 20 mil millones de pesos y que no tiene realmente ninguna capacidad resolutiva”.
 
LAS ABERRACIONES
 
Si el seguro popular no cumple con brindar una adecuada atención medica, mucho menos sería un sistema de seguridad social como lo ha manejado Fox, ¿no? — Se le pregunta a Leal.
— Por supuesto, eso es un hecho. Es ridícula la afirmación de Fox de que se trata de un esquema de seguridad social; la tercera pata después del IMSS para el sector formal, y supuestamente el ISSSTE para los trabajadores al servicio del Estado.
Porque evidentemente para el campo mexicano, como denunció en su momento el “Campo no Aguanta Más”, el seguro popular ni siquiera existe; si fuera cierto lo que dice Fox, pues eso se debió de haber cumplido. Entonces, eso es una aberración digna de un gabinete de opereta del cual forma parte Frenk, pero digna también de un presidente de la calidad moral de Fox.
El seguro popular no es ningún régimen de seguridad social, es evidentemente un pasivo implícito del Estado que va a representar un problema serio si siguen con sus desfachatadas cifras incrementando ese presupuesto hasta el 2006 -que es cuando se retira Fox-, y será un problema muy serio para el gobierno entrante.
Otro ángulo aquí, es que dentro del reglamento del propio seguro popular está la misma contradicción de todo el soberonismo priísta y el soberonismo panista, los estados no sólo están comprometidos a aportar una determinada cantidad para lo que ellos denominan ahí ‘la salud de la persona’, que es propiamente lo que entenderíamos como atención médica, sino además les dan una mordida a los presupuestos de los estados que les llegan vía las transferencias para que se constituyan servicios a la comunidad.
Es decir, no hay una distinción clara entre aquellas tareas que son de salud pública que deben de hacer muchas secretarías de Estado, y hay un amputaje de recursos para estas políticas de las cuales viven lacras como esa gran cantidad de funcionarios que defienden estos enfoques puramente de la salud de la comunidad, de lo que es propiamente la atención médica.
Y eso no es todo, en materiade fondos de gastos catastróficos también les retiran a los estados una proporción que se va a constituir en un fideicomiso federal para atender los padecimientos realmente graves que están matando ahorita a la población: los cánceres, las enfermedades cardiacas, la diabetes…
Entonces, el conjunto es una incoherencia hecha por una gran cantidad de improvisados en materia de salud -con Julio Frenk a la cabeza- que no tienen la menor idea de lo que debe de haber sido el delineamiento de políticas adecuadas y muy bien separadas entre lo que es atender padecimientos y prevenir enfermedades.
Estamos hablando de un continuismo del priísmo, ¿sería un mal continuismo de plano, es decir, ‘más de lo mismo pero peor’ de manera contundente?
— Exactamente, estamos hablando de un continuismo, pero podemos decir de algo más de lo que se ha dicho durante mucho tiempo. En el caso del foxismo no sólo hay un continuismo priísta que se vio desde el Plan Nacional de Desarrollo -y en el Programa Nacional de Salud, y luego en los documentos respectivos para el ISSSTE y para el IMSS con sus énfasis financieros- sino que además es continuismo priísta del Banco Mundial.
Esta capa de funcionarios priístas van a tener que responder en un futuro de manera muy clara, porque hicieron un país por conveniencia política en todas las áreas; en el área educativa, en las políticas municipales, todo es continuista en Fox, pero hay algo nuevo que yo subrayaría en este caso, sobre todo del seguro popular y que estamos viendo, es un continuismo en decadencia.
El seguro popular, lo que prueba, es que ese priísmo es una visión que en el caso de Fox llegó propiamente a un estado de decadencia. Eso es el seguro popular, porque no se puede ofrecer un supuesto servicio de salud cuando estás haciendo lo mismo que hacían los priístas, pero les pides más a los estados, les pides más a las familias y de todos modos no resuelves absolutamente nada en términos de una mejor atención.
¿Con el supuesto retiro de Marta Sahagún en sus aspiraciones presidenciales vamos a ver algún cambio en las políticas de Frenk o va a seguir igual?
— Yo creo que otra de las cosas que vemos clara después de cuatro años, y que es también algo muy importante, es que tan el foxismo es un priísmo decadente, que en cierto momento se logra ver que dentro del gabinete de opereta de Fox los priístas vieron que al votar el seguro popular -en el año 2003- que una de las pocas personas que desde de su muy limitada cosmovisión les parecía serio, pues era Frenk.
Ahí está el caso del senador Miguel Ángel Navarro. Yo creo que ahí lo que hay es un efecto de contraste, casi, diría yo, como televisivo; cuando ves un actor bueno y un actor muy malo, el efecto de contraste aquí es un actor pésimo, como Marta Sahagún, frente a un actor que por lo menos se pone gomina en el pelo, como Frenk. Esa creo yo que sería la diferencia.
Eso indica que no va a haber absolutamente ningún cambio, o sea la presencia de Frenk dentro del gabinete después del incidente de Comitán, y después de la perdida de la candidatura a la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo se explica por el carácter discrecional de Marta Sahagún dentro del gabinete de Fox.
Yo no creo que la supuesta desaparición de Marta Sahagún signifique ni un sólo cambio en esto, si acaso, yo creo que programas penosos como por ejemplo Arranque Parejo en la Vida, Salud y Nutrición de los Pueblos Indígenas, un Día sin Alcohol, Vete Sano y Regresa Sano, todo este conjunto de programas mercadotécnicos que checan perfectamente con un funcionario verdaderamente de opereta como es Frenk, van a tener menos escándalo a través de la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Salud, porque antes estaban al amparo de Comunicación Social de la Presidencia de la República.
No vamos a ver absolutamente nada, lo único que vamos a ver es la repetición de las cifras de la famosa protección social en salud, que era una de las estrategias del Programa Nacional de Salud, pero no vamos a ver absolutamente nada nuevo como hubieran sido unas políticas de salud nuevas para el México actual y lo que está demandando.
 
GENERACIÓN ESPONTÁNEA
 
Sobre el voluminoso cuaderno Salud: México 2003, Información para la rendición de cuentas, ¿es realmente rendición de cuentas o es una rendición de logros?, ¿es una mezcla?, ¿qué es eso?
— Este tipo de documentos muestran los límites de cuando una elite traduce rendición de cuentas estrictamente en términos de organizarse a sí misma un espejo de la cantidad de consultas que cree que dio. O sea, originalmente la propuesta que se oyó, la propuesta que se solicitó al amparo de la campaña presidencial de Fox, es que iban a ser organizaciones de la sociedad civil aquellas que iban a evaluar la gestión.
Pero ahora, lo que tenemos, es que este gobierno de opereta lo convirtió en presentación de autoinformes autoelogiosos, hechos, hasta donde sé, por gente de muy poca competencia en las áreas operativas médicas; como lo es este informe 2003 de “rendición de cuentas”, y subir a los portales de internet de sus dependencias lo que les parece que se debe saber.
Eso no es en lo más mínimo ni transparencia ni rendición de cuentas, eso implicaría una política de otra naturaleza que ya no existió, basta recordar quien es el funcionario que estaba a cargo de esas organizaciones de la sociedad civil y donde paró. Ese era Rodolfo Elizondo, que fue uno de los comisionados en Los Pinos que luego paso a ser vocero de la Presidencia de la República y ahora está defendiendo casinos desde la Secretaría de Turismo.
Ese era el hombre señalado para haber vertebrado una auténtica voz de la sociedad civil; en el caso de la Secretaría de Salud sabemos perfectamente que tan no son informes ciudadanos, que los presentan casi siempre entre puro funcionario, no hay ciudadanos ahí que hayan llegado por pie propio.
Y cuando ha habido ciudadanos Frenk no se ha presentado, ahí está el caso del incidente de Pro Vida, donde se le solicitó que se presentara a la Cámara y él dijo que por asuntos de agenda había habido traslapes, cuando en verdad ahí sí hay un grupo de ciudadanos que están pidiéndole que rinda cuentas de por qué le entregaron 30 millones de pesos a Pro Vida con la ayuda de Luis Pazos.
Luego del fraude que se dio a conocer en los informes de Frenk en la OMS, ¿qué credibilidad podemos tener en las cifras que se manejan en informes como este?, ¿qué credibilidad tienen estos logros con esos antecedentes oscuros?
— Yo diría que los antecedentes oscuros de Frenk son muy anteriores a su vergonzoso paso por la OMS, está todo el tiempo en que dirigió el Instituto de Salud Pública y se edificó el Instituto, sería muy interesante que algún día se dieran a conocer las cifras de cuanto costó ese décimo instituto y qué calidad de la gestión tuvo el paso de este hombre por ahí.
Pero hay más, su paso por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) como director ejecutivo, y luego su vinculación directa con el staff del Banco Mundial para generalizar en América Latina los paquetes básicos.
A mí me parece que incluso antes de llegar a la OMS, la estela de este supuesto candidato ciudadano -que es priísta desde el 85- pues ya era absolutamente sospechosa, yo creo que más que fraude, lo que hay en la OMS es ese estilo que siempre ha caracterizado a Frenk, que es alterar toda la información en ara de sus propósitos, y en este caso, pues sí es muy costoso para su carrera y subiografía el hecho de que haya sido el segundo funcionario de abordo el que denunció no unfraude, sino que él se había atrevido a hacer cambios en el papel de cosas que no se podían poner en el papel porque no se contaba con la información.
Yo creo que esa es la biografía entera de Frenk, siempre ha sido así y siempre será así, por eso está con Fox y por eso puede hablar de la póliza un millón y puede estar vendiendo un seguro popular que no tiene ninguna capacidad de resolución en los asuntos médicos.
En el caso de la rendición de cuentas, y de los logros, a mí me parece que bastará que se auditen -en términos de organizaciones ciudadanas independientes- estas cifras que ellos están presentando como para probar la falsedad de lo que vende Fox y de lo que vende Frenk.
Yo creo que el sector salud no sólo está peor que cómo se los entregaron los priístas, sino que se han perdido hasta este momento cuatro años de posibilidades de haber empezado a hacer realmente políticas de salud, porque esas no son políticas de salud, son algunos ángulos de financiamiento. El seguro popular sólo le sirve a una Presidencia inútil que terminó casi desde su segundo año.
¿Cómo entender la defensa de Frenk a Pazos -hasta el último minuto-, como la hizo con Belsasso en su momento y como lo ha hecho con otros funcionarios?
— Yo creo que ahí hay un problema de fondo, de lo que en términos politológicos se llama la naturaleza del reclutamiento de la elite. Así como con los partidos políticos que ven por sus intereses, lo que nosotros tenemos en el sector salud son familias que están apoderadas de la conducción de estas políticas supuestamente invocando consultas que jamás hacen y que siempre van asociadas con la impunidad.
El caso de Belsasso es uno, evidentemente el caso de Luis Pazos es otro, pero yo diría que en su conjunto, salvo algunos honrosos funcionarios que están ahí desde hace mucho tiempo, la ausencia de un servicio civil de carrera propiamente dicho, permite que secretarios de opereta como Frenk, pues obren con toda discrecionalidad.
Yo creo que en el caso del sector salud y particularmente en la Secretaría de Salud, lo que es excepcional es que haya habido un funcionario que haya rendido cuentas, y lo que tenemos a cambio es la persistencia de estas elites que se autogeneran a sí mismas y que no han permitido que ningún discurso alterno se instale con otra opción.
Lamentablemente el caos del gobierno del Distrito Federal no nos permitiría advertir que otra elite en competencia con esta -que se apoderó de la Secretaría de Salud desde Soberón hasta nuestros días-, ha sido capaz de generar otra política, lo cual indica que el problema es un problema verdaderamente universal, este reclutamiento de la elite y la competencia de la elite misma para conducir políticas es algo sobre lo cual el país sigue estando muy rezagado.
Basta pensar en una figura como Roberto Madrazo que inclina una votación -en el caso del IMSS- a partir de una serie de expectativas que él tiene para el 2006, pasando por alto todo lo que significan los cuerpos vertebrales de la política pública o bastapensar en un funcionario como Benjamín González Roaro que a partir de una serie de intereses estratégicos que tienen que ver con a quien él representa en ese cargo -a Elba Esther Gordillo-, están dispuestos a comprometer el futuro de una gran cantidad de servidores públicos que podrían tener con otras elites, en competencia y con diagnósticos diferentes, mejores alternativas para el sistema de pensiones.

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