Por: Ángel Valenzuela
Twitter: @MetaFicticio

 

 

Estimado Lucas,

espero, antes que todo, que esta carta lo encuentre con buena salud y buenos ánimos. Se preguntará quién soy y por qué recibe usted esta carta. Pues bien, mi nombre es Eduardo Valtierra, tengo 38 años y he visto su anuncio en el diario, en la sección de avisos personales. Sé que no soy la señorita para una relación seria que usted busca pero pensé que tampoco le molestaría prestarme un poco de atención. Llamémosle un favor de un solitario a otro.

Habrá notado por el remitente que estoy preso. No pretendo argumentar inocencia pero puedo decir que yo no estoy pagando por malas obras sino por errores. Todos somos culpables de malas decisiones, pero sé que si algún día me encuentra casualmente en la calle seré un hombre mejor. Uno más sabio.

No quisiera aburrirle, mi intención no es dar un sermón. Si le menciono esto es para que entienda la naturaleza de mi soledad y que sepa que yo también estoy dispuesto a comprender la suya.

A mí, sobre todo, me ha ayudado planear. No hay gran cosa que pueda hacer acá adentro, salvo el ejercicio diario, leer un libro ocasionalmente y escribir. Eso me da mucho tiempo de planear: pensar lo que busco, lo que realmente deseo y cómo puedo conseguirlo una vez fuera. Esto no es algo que llegue en revelación, sino a través de la reflexión y el conocimiento de uno mismo.

Me ha tomado mucho pero finalmente he comprendido que lo que yo quiero es un buen hogar —un pedazo de tierra en donde pueda enterrar los pies—, un huerto con albahaca y cilantro. Quiero libreros en la sala y amigos en mi mesa y la mujer cuyo abrazo que pueda vestir como ropa de cama. Un pórtico y una frazada. Quiero noches intensas y días de calma. Quiero tener un hijo para enseñarle a leer y escribir y que ser hombre —lo he tenido que aprender yo solo— es mucho más que perseguir chicas u orinar parado. Hay cosas más grandes que un hombre puede hacer de pie.

En mi situación he aprendido que la verdadera libertad no radica en la habilidad de vagar por las calles sino en conocer su camino y andarlo sin miedo. Yo cuento los días para salir y hacerlo. Así que cuénteme, amigo Lucas, ¿qué es lo que usted quiere? Podría comenzar hablándome de esa joven morena de estatura media, entre los 18 y los 30, para relación seria.

 

Le deseo el mejor comienzo para el nuevo año.

 

E.V.

 

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