Por: Mayra Carrera
Twitter: @Advanita
Esperé impacientemente que fueran las 11:59 para ir a dormirme. Quería que el Año Nuevo me llegara en medio de mis cobijas, así que me envolví en ellas de tal forma que sentí cómo me abrazaban. No estaba sola, estaba con todos mis demonios hablándome al oído, quedito, sin hacer ruido.
Me hundí en la cama mientras ponía las almohadas encima de mí como queriendo que me protegieran de algo que ni sabía. De la gente, quizá. Temo a la gente, temo dar abrazos, odio decir palabras que no siento, y los cuetes, odio los malditos cuetes.
Y estaba ahí, tan miserable como el mendigo que no tiene a dónde ir y encuentra refugio debajo de algún puente, y yo aunque tengo una cama tibia, para mí es lo mismo que estar acostada en la banca de un parque en pleno invierno. Todo el tiempo siento frío.
Frío de ausencia.
Me vi al espejo: sigo más gorda. Qué novedad, mis arrugas se acentuaron tal como mi infelicidad, y dada mi soberbia al demostrar afecto, nadie llamó esa noche, ni al día siguiente. Nadie me deseó un feliz año y lo agradezco porque justamente en esa hora y en esa fecha, al término de un año lo que suele decir la gente —o limitarse a decir— siempre será “feliz año”, las palabras más frías e hipócritas que suele decir un ser humano porque, sin temor a equivocarme, la mayoría lo dice por mero trámite, así, como sacar una licencia de conducir, no porque te importe, sino porque tienes qué. No necesité ponerme calzones amarillos, ya los traía así porque no me los he cambiado en días, pero esa es otra historia. Tampoco comí uvas, ni salí corriendo con maletas; yo, muy al contrario de toda esa falacia, recibí el año en posición fetal con 5 cobijas San Marcos encima, y aunque esto parece comercial, en realidad quiero decirles que espero que este 2013 ya no sea peor que el pasado y quiero decirlo de la mejor manera posible.
Y quiero desearles un mejor 2013, queridos lectores.
Y que este frío de ausencia se convierta en un verano traidor, lo que sea será mejor.
Me envuelvo de nuevo en mis cobertores San Marcos.
