Lo que faltaba:
Vicios en la construcción del Gran Telescopio Milimétrico


Roselli Reyes Cuevas, Jani Luna González y Valentín Cardona
9 de mayo de 2001

 

Enormes grietas denuncian la mala calidad de la obra civil del edificio que soportará al Gran Telescopio Milimétrico (GTM), y eso, a pesar de los enormes recursos invertidos y del alto costo social para las comunidades hasta ahora afectadas por su construcción.

Las grietas, llevan calamidad a la obra licitada y ganada por la empresa Cosmos 500 S.A., de Puebla. Significan también, el fracaso de la supervisión de la alemana MAN Technologies, y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), paraestatal inmersa en graves denuncias de corrupción.

Pero como en todo lo que ocurre en el GTM, los graves defectos tienen justificación: "Si los gringos dicen tírenla: se tira. Si no: sólo se le pone un parche con resinas epóxicas".

LA MALA OBRA

Como ave de mal agüero, el edificio circular de 40 metros de diámetro se encuentra "colado" casi en su totalidad, sobre él, se levanta majestuosa la armazón de varilla de unos diez metros de alto de lo que será el "trunco cono".

Cubierto por el hielo, el enorme edificio en obra negra filtra hacia su interior torrentes de agua por largas grietas formadas sobre la losa de lo que será la sala de control del telescopio.

Los trabajadores corrigen: "¡No son grietas!… ¡Son fisuras!", dicen.

A temperaturas de cuatro grados bajo cero, se observan las cuatro columnas circulares que soportan el centro de la losa, y al fondo del salón circular de unos 15 metros de diámetro, el claro en donde se construyen las escaleras.

Complementa el panorama el agua sucia, que estancada, inunda casi en su totalidad los más de mil metros cuadrados de la sala de control y sus cuartos circundantes, a causa del deficiente drenaje.

Por si fuera poco, basura, pedacería de varilla y alambre, e infinidad de desperdicios de madera; desnudan el chiquero en el que está convertida la obra. Cuentan, que cuando van los "gringos", limpian la superficie para que los señores "no se vayan a caer".

Trabajadores de la construcción, achacan las fisuras a varios factores, señalan que pueden ser debidas a la "mala" calidad del cemento, de la grava y arena; o a "errores" de diseño de la estructura de la obra.

Uno de los supervisores de la obra, asegura que en caso de ser necesaria una demolición de la losa, sería a cargo de la constructora Cosmos, sin costo para el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), y la Universidad de Massachusetts (UM), ambos, socios y dueños a partes iguales del proyecto.

Lo cierto es que un simple plafón falso podría ocultar la mediocridad manifiesta en la construcción del edificio.

No es todo, millones de dólares han sido invertidos por México en el proyecto, que se sabe, será un edén de observación a perpetuidad para los estadounidenses, además de que la cifra invertida por ellos es desconocida.

LAS SECUELAS

Bajo el manto protector de la impunidad y el cobijo del gobierno de los Estados Unidos, el INAOE, en complicidad con la Universidad de Massachusetts, no sólo han destruido los caminos de acceso a las comunidades de Atzitzintla y Texmalaquilla, han deteriorado seriamente los bosques del cerro La Negra y del Pico de Orizaba.

El estilo de vida de las comunidades, sufrió también el embate adverso de efectos irreversibles provocados por el "proyecto científico más importante de la historia" del país.

El 7 de enero de 1937, entró en vigor el decreto mediante el cual, el entonces presidente Lázaro Cárdenas de Río, legó a los mexicanos el Parque Nacional Pico de Orizaba, 60 años después, el INAOE y la UM lo hicieron suyo al amparo de un oscuro proyecto "bi-nacional".

Lázaro Cárdenas nunca imaginó que el decreto, con carácter de perpetuo, lo fuera también a perpetuidad para instituciones particulares y gubernamentales de los Estados Unidos de Norteamérica.

Y no sólo eso, en los daños causados a los ejidos y comunidades enclavados en el Parque Nacional, la UM se deslinda de las responsabilidades que tiene como socia del INAOE, y es que, como ejemplo, Arturo de Rosas Cuevas, presidente municipal de Atzitzintla, solicitó su visa ante la embajada de los Estados Unidos en México, para viajar a Massachusetts y exponer la problemática de su comunidad. Dueños del poder, se la negaron.

Huecas e irónicas suenan las palabras que refirió Jaime Martuscelli Quintana, quien en 1997 al presentar el proyecto GTM dijo: "El gobierno mexicano ve a la ciencia y a la tecnología como instrumentos privilegiados para asegurar el mejor futuro de la nación…".

Un futuro también incierto aguarda al "adoratorio prehispánico" descubierto en la cima del cerro La Negra, de donde el arqueólogo Arturo Montero retiró pedazos de piezas prehispánicas que hoy se encuentran bajo el resguardo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con Montero, se hizo la solicitud al INAOE para la construcción de un pequeño museo en la cima, justo al lado de donde se encuentra sepultado el adoratorio por una pequeña capilla que alberga un Cristo de yeso. Hasta la fecha, ni siquiera para el "rescate" han recibido respuesta.

A cambio, el INAOE se apresura en la destrucción del último rincón de rocas naturales donde se encuentra el adoratorio, los trabajadores comentan que se trata de ganar más terreno a la montaña para la instalación de dos antenas "sospechosas" provenientes de Japón y Alemania respectivamente.

La destrucción del adoratorio y del Cristo de la Montaña, podría generar la ira de los campesinos de varios pueblos de la zona, y repetirse la historia violenta de la cumbre de La Malinche.

SALUD

Para tratar de desviar la atención de las autoridades y habitantes de Atzitzintla y Texmalaquilla, José Guichard Romero, director general del INAOE, no sólo recurre a la construcción de "parquecitos" y a la "excavación" de las zanjas para introducir la tubería del drenaje, también establece al INAOE como organismo paralelo de atención a la salud, aprovechando la ineficacia de Julio Frenk Mora al frente de la Secretaría de Salud y el fracaso de las clínicas rurales del IMSS-Solidaridad.

Y tiene un buen motivo para ello, aprovecha la "marginación" que esas comunidades han sufrido los últimos setenta años, período en el cual, por cierto, se creó el INAOE.

Llamado "Programa de Salud", opera bajo el mando de Emmanuel Méndez Palma, director del proyecto GTM, y de María de Jesús Rivera Galindo, como responsable del programa.

De acuerdo con versiones periodísticas, a principios de marzo, el INAOE implementó, junto con la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), un "estudio exploratorio", y luego de recopilar información sobre la "calidad de salud de las comunidades principales", se firmó un acuerdo para "oficializar" la presencia de la Facultad de Medicina en el proyecto.

Rivera Galindo anunció que al programa se sumarían también alumnos de la facultad de Estomatología para participar en el "plan". Dijo que es tan grave la ausencia de servicios de salud en las rancherías y en Texmalaquilla, "que mucha gente prácticamente nunca ha consultado a un médico".

Pero Cristian Flores, médico pasante egresado de la UAP, y responsable del IMSS-Solidaridad en Texmalaquilla, no concuerda del todo con el INAOE, explica:

— El INAOE, nos apoyó por única ocasión el 23 de febrero, cuando nos envió tres gentes para apoyar la campaña nacional de vacunación.

La entrevista se da en el consultorio del doctor, donde hay un escritorio con dos sillas. Sobre la pared cuelgan mapas de las comunidades circundantes, documentos que explican los diferentes programas de salud que manejan, y un sinnúmero de trabajos manuales de los niños del pueblo. Un pequeño sanitario con azulejo color blanco, redondea el panorama.

El doctor asegura que nadie puede decir que no se da servicio a las comunidades, y agrega que personalmente visita comunidades vecinas como Los Chávez, San Manuel de la Sierra, Paso Carretas, y Texmalaquilla entre otras. Las visitas, agrega, son para vacunar a los niños "casa por casa".

Cristian Flores recuerda que a finales de abril, recibió la visita de un doctor del GTM que le dejó una caja como con 60 medicamentos, entre los que figuran: Flanax, Febrax, Dafloxen, Posipen, Denvar, Amoxil, Flemoxon, Tylenol, y Cefalan. "Es la única ocasión que han apoyado con medicamentos", asegura.

La clínica no está preparada para recibir enfermos de gravedad, ni para realizar cirugías, por lo que cuando llega un paciente grave, o fracturado, se traslada al Hospital Rural de San Salvador el Seco.

El cuarto de recuperación tiene dos camas, y una pequeña farmacia con medicamentos para la gripe, e infecciones leves. La clínica, también posee un cuarto con mesa de expulsión, y el equipo suficiente para la atención de partos.

Aún así, Rivera Galindo insiste: "la ausencia de servicios médicos es alarmante". Lo que en realidad es "alarmante" y cierto, es que en la cima del volcán La Negra, en donde los trabajadores de la construcción del GTM realizan agotadores trabajos, y están expuestos a trágicos accidentes no existe siquiera una aspirina.

Y es que algunos trabajadores confesaron a Imagen Médica, que las condiciones de trabajo son "peligrosas" para el sueldo que reciben, sin embargo lo hacen por la necesidad de llevar el sustento para sus familias. Aseguran que no conocen lo que es un botiquín, y mucho menos existe siquiera una aspirina.

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