La compra del poder
La perpetuidad como meta principal

Valentín Cardona
19/XII/2000

 

La fortuna personal de Enrique Martínez y Martínez disminuyó cuando menos en 20 millones de dólares, es la cifra que algunos de sus colaboradores calculan que invirtió, para ocupar, por seis años, la silla principal en el Palacio Rosa de Saltillo. El 4 de julio del 2000, la derrota del PRI explotó en Coahuila, el gobernador Martínez y Martínez declaraba ante los medios furioso: “Fuera traidores del PRI”. No daba nombres, ni definía posturas.

El mismo día, en las oficinas del PAN, los ánimos eran distintos. Rosendo Villarreal Dávila, entonces senador y dirigente estatal del PAN se encontraba contento. Y no era para menos, dos días antes, Vicente Fox Quesada había sido declarado triunfador de las elecciones federales por el mismo presidente de la República, Ernesto Zedillo, jerarca máximo del PRI.

Cuando Enrique Martínez y Martínez vio amenazada por segunda ocasión su candidatura al gobierno de Coahuila, se decidió a actuar. Dueño de la fortuna y suya la pasión de gastar, inició una campaña que se distinguió por los coqueteos con la oposición que incluyó la colocación de anuncios espectaculares de su imagen sobre un sutil color amarillo y sin mención al PRI. Una vez aceptado en la pelea del partido oficial, se encarnó en una lucha frontal contra Jesús María Ramón, “Chuy” Ramón, de quien decía, era el “candidato oficial” del entonces gobernador Rogelio Montemayor Seguy, el “delfín” de Carlos Salinas. Tanto Jesús María como Enrique Martínez, tenían el dinero suficiente para enfrentarse en una guerra larga y dispendiosa. Y lo hicieron.

Villarreal Dávila calificó las precampañas como “el laboratorio más completo que hizo el PRI antes de las precampañas de Labastida y Madrazo”, y consideró que la precampaña estaba ganada por Jesús María Ramón, con apoyo de Montemayor Seguy, pero que en los 10 últimos días, “algo pasó y cambiaron las reglas”. En la entrevista, el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, explicó que el dinero para las precampañas salió del gobierno del estado.

¿Para Enrique Martínez?
— No. Al que le dio dinero fue a “Chuy” María Ramón.
¿Y el dinero que gastó Enrique Martínez?
— Ahí si no te se decir. El de Chuy María, fue obvio que salió de allá. El de Enrique no se.
¿Cada quien paga su campaña?
— Bueno, él y los que lo apoyen. Pero no conozco el origen de la de Enrique… No conozco. Fue un gasto exagerado, se habla de 7 millones de dólares con “Chuy” María y de 6 o 5 millones de dólares en la de Enrique.
Ese dinero o ese gasto, ¿tiene que recuperarse de alguna manera?
— Bueno, pues el perdedor ya no tuvo forma.
¿Y el ganador?
— El ganador tiene forma. No te se decir cómo lo va a hacer, o si lo va a hacer o no lo va a hacer, pero la práctica así es. Yo recuerdo a Carlos Román, candidato ahora a diputado que era alcalde cuando yo fui alcalde que me dijo: “oye, yo voy a cobrar lo que metí en mi campaña. Lo voy a sacar”.
Y usted, ¿Qué le dijo?
— Pues que eso era sucio, que si se mete uno a la política, mete uno dinero o apoyo de amigos y simpatizantes y se acabó. Pero es una cultura muy diferente la del PAN que la del PRI

PRENSA INCOMODA

El 27 de noviembre del 2000, Enrique Martínez Morales llegó contento a su oficina, parecía acostumbrado a las críticas que por 20 días consecutivos venía realizando la prensa local por su nombramiento como director general del DIF Coahuila. El día anterior a su nombramiento, Martínez Morales, recibió una invitación “formal” de su padre para comer. La cita fue concertada a través del secretario particular del gobernador. El padre le comunico al hijo “una serie de cuestiones” que lo hacían pensar en que era la persona adecuada para entrar al “relevo” del DIF. El hijo le contestó al padre: “la noticia me agarra por sorpresa, pero si usted cree que yo puedo desempeñar aquí una labor para servirle, para trabajar con usted y cree que puedo estar ahí, pues lo hago con mucho gusto”.

La entrevista es en la oficina del director, contesta las preguntas con soltura, llegó a la cita con 40 minutos de retraso, “por cuestiones de trabajo”, dijo. Martínez Morales había declarado que su padre le avisó que su nombramiento ocasionaría golpes, la pregunta fue obligada:

¿A que se refería su papá concretamente con que su nombramiento traería golpes?
— Pues a esos golpes de siempre, hay algunos medios que no son muy objetivos algunos medios de comunicación que a eso se dedican, algunos columnistas, de algunos medios que tenemos muy bien identificados, que siempre han sido así y no son cosas nuevas son cuestiones de muchos años atrás. Y bueno, son cuestiones en las que no me quiero meter, pero bueno… Ellos ejercen su libertad de expresión y yo ejerzo mi libertad de decir lo que pienso también y de saber a quien creer o no. Entonces me dijo: Va a haber lo de siempre, si haces, porque lo haces; si no haces, porque no haces. Entonces aquí en la política siempre cualquier decisión que tomes afecta a unos y beneficia a otros. Siempre. Entonces consideró el gobernador que esta decisión iba a beneficiar a más gente que a la que iba a perjudicar, entonces por eso se tomó la decisión.
Y hablando de la prensa, ¿Cuál es su concepto de la prensa en México?
— Yo pienso que es una prensa mucho más libre que la de hace algunos años, pero muchas veces esa libertad no se ejerce responsablemente, vemos que algunos medios se quieren apoderar de tu agenda de trabajo y quieren quitar y poner funcionarios a su antojo, y agarran a una persona sin siquiera tener razón, agarran a determinado funcionario público y empiezan a darle hasta que lo tumban… Como en el caso del subsecretario Ramos Tercero, que fue una consecuencia nefasta producto de una situación con un periódico… O te fortalece más, como ha pasado aquí en Coahuila, con el caso del licenciado Horacio del Bosque, que quisieron quitarlo y no pudieron.

EL PODER

Enrique Martínez y Martínez, ya gobernador y dueño de todo… De todo el poder, colocó a su amigo, Horacio del Bosque Dávila en la secretaría de Desarrollo Social, la que más dinero maneja en el estado. Y luego de que Del Bosque Dávila fue sujeto a proceso en Nuevo León por la presunta recepción de fondos del erario público para el PRI de ese estado, amplios sectores de la sociedad coahuilense sospecharon de la defensa a ultranza del gobernador hacia del Bosque Dávila. Y aunque el momento de las “coincidencias” es cuando Del Bosque Dávila recibe recursos del gobierno para el PRI nuevoleones y Enrique Martínez es delegado del mismo partido en el mismo estado, para Rosendo Villarreal, “eso no cambia nada la historia. Coinciden en Monterrey cuando ya ambos tienen fuerza política”.

El momento de la coincidencia, ¿Es cuando Del Bosque Dávila destina recursos del gobierno del estado al PRI?
— No es exacto, lo hemos visto en detalle. Creo que cuando Horacio es presidente, Enrique no es delegado, pero convivían, tanto, que ahora Horacio está como su secretario de Desarrollo Social, y eso es un hecho. Y en ese tiempo, cuando estaban así, es cuando se roba el dinero. No sabemos si para él, o para el PRI. Porque ahora el PRI dice que a ellos no les llegó, pero el hecho es que lo tomó y él lo reconoció.
¿Cómo interpretar la defensa de Enrique Martínez a Horacio del Bosque?
— Mal. Ese es uno de los reclamos que hemos hecho como partido. A Coahuila esto le perjudica, porque la declaración expresa de Horacio es de que a él le daban dinero de acuerdo a las prácticas del PRI. El dice que lo entregó, y el hecho de decir que un gobierno de dinero a un partido no por la vía del Instituto Estatal Electoral es aceptar un delito, y desde ese momento Enrique le debería pedir que se separara del gobierno y que se fuera a defender su posición en Nuevo León.
Entonces, ¿Cuál es el motivo de mantenerlo ahí?
— Mira, si en derecho a veces es difícil probar hechos, probar las intenciones es prácticamente imposible… No te lo puedo decir.
¿Porqué perjudica la imagen de Coahuila?
— El resultado es malo, punto. Simplemente Horacio todavía trae escolta ministerial, escolta ministerial que anda en un carrito que no es de la ministerial, para que no se diga… Y los pobres ministeriales, asustados para que nadie los vea, tratándose de esconder pero protegiéndolo. Eso, para un estado, es malo.
La derrota de Francisco Labastida, ¿Podría cambiar la suerte legal de Horacio?
— Yo creo que sí. Había… Hay un grado de impunidad en sentirse los priístas protegidos por el gobierno federal, y a la hora que se acabe esa protección… Va a cambiar… Va a cambiar. Y como ya es un hecho, creo que irán tomando las providencias para estar más limpios el día primero de diciembre, y eso va a tener que cambiar la situación de Horacio.

LOS CONTACTOS

Enrique Martínez Morales fue asesor en política interior de la presidencia de la República, trabajó casi dos años bajo el mando de Federico Berrueto Pruneda, como tal, tenía que leer todos los periódicos. En su opinión, todos los periódicos tienen bien definidas sus ideologías: “El Reforma es muy derechista; La Crónica muy de izquierda. Los más objetivos: El Financiero y El Economista. Y como cada periódico maneja sus tendencias, uno los lee ya con esa perspectiva”.

Martínez Morales revela sus contactos: “Terminé mi carrera y me gradúe con mención honorífica en el Tec. de Monterrey, luego me fui a estudiar cerca de un año en Inglaterra. Regresé y mi función era la de quedarme a trabajar en la campaña de Enrique Martínez y Martínez, en la interna primero, yo me quería quedar de lleno a terminar la campaña, pero antes de eso, fui a presentar mi examen de admisión al ITAM porque quería hacer una maestría ahí, pero tenía pensado presentar el examen e ingresar hasta el año siguiente…

Total, me llama Félix Vélez, que es el director de la maestría y me dice: Oye Enrique, aquí tengo tu examen de admisión, fuiste el más alto de los que presentaron, aquí tengo tu curriculum y la verdad estoy muy interesado de que entres a la maestría… Le dije: Maestro, mi intención es ingresar hasta el año que entra. Me dijo: Mira, si te vienes ahorita te ofrezco beca del 70-30, va a ser financiable en tantos años, es decir, ¡casi no vas a pagar nada!, y te ofrezco la beca del Conacyt que es la que tienen todos los alumnos que ingresan al ITAM en esa maestría, pero necesito que la curses este año con nosotros. Le dije: Pues déjame ver… Y total… ¡me convenció!. Me fui para allá y ya estando en México pues empecé a buscar una chambita por ahí, y por razón de otros conocidos que tengo que trabajan… Uno de ellos trabajaba como secretario privado de Liébano Sáenz; Paco de la Peña, quien le habló de mi, le enseñó mis cartas, mis curriculums y a Liébano le interesó. Entonces el licenciado Liébano me habló, me cayó por sorpresa la llamada, yo estaba en Monclova. Y dije: ¡Me hablan de parte del licenciado Sáenz, secretario particular del presidente!… Agarre un avión en Monclova y me fui directo a México, platiqué con él y me dijo que le interesaba que ingresara a su equipo, que era gente joven, preparada, me invitó y al día siguiente estuve ahí en Los Pinos. En Constituyentes, enfrente de Los Pinos, estuve laborando cerca de dos años”. La entrevista transcurre franca, sin interrupciones, sin molestias, a sus 24 años, Martínez Morales es lanzado por su padre en busca del colmillo. Vivió en Coahuila la sepultura del PRI, el 2 de julio estuvo en casa del gobernador. “Fue una experiencia muy interesante… muy interesante”, dijo. El mismo día regresó a México. No le asusta lo pasado.

Este tipo de contactos se puede pensar que se le terminan a su papá con la llegada de Vicente Fox, ¿qué perspectiva tiene? ¿Le perjudica o le beneficia?
— No… Pues a mi no me perjudica, porque para empezar, hay muy buena relación con Vicente Fox; cuando el vino a visitar Coahuila hace algunas semanas, ¡hubo una química natural entre el gobernador y Fox!, ¿porqué? Porque ambos tuvieron un proceso muy similar, y el presidente electo se lo hizo saber al gobernador. Le dijo: ¡Ambos llegamos en contra del sistema al gobierno!… Hay mucha química en eso de que llegamos en contra del sistema, y hasta cierto punto es cierto, porque tuvimos que luchar contra viento y marea para poder conseguir la candidatura contra el mismo sistema. Entonces hay una química muy fuerte entre el presidente electo y el gobernador. Yo no siento que perjudique, porque hemos visto que el gabinete que está formando el presidente electo no es de amigos, sino de gente profesional, entonces no tiene por que haber problemas de este tipo. Ahora mi relación en México, como explicaba en un principio yo trabajé en la campaña de Labastida, ¡todo mundo lo sabe!, yo sabía que si no ganábamos, que si no ganaba mi candidato, entonces yo ya no iba a seguir laborando en México.

Entonces ya tenía planes de irme a hacer algún otro posgrado al extranjero. Tampoco tenía previsto trabajar en el gobierno del estado de Coahuila, yo ya tenía mis planes para el año que entra irme a otro posgrado, empezar algún negocito, en los que ya tenía dos o tres proyectos, y de repente me cayó esta responsabilidad. ¡Entonces tuve que abortar todo lo demás!.

LA DUDA

El hijo del gobernador da la impresión de no saber que se le prepara y empuja, desde ya, para la toma del poder municipal en el 2002. Irremediablemente se tiene que hablar del nepotismo:

Su nombramiento, ¿es nepotismo o no es nepotismo?
— Pues se ha manejado como nepotismo, o algunos medios lo han manejado así, otros no; como el caso de la televisión local del estado RCG, que se ha manifestado muy objetivamente y ha dicho no es nepotismo. El otro día, en un programa, Toño Dávila sacó un diccionario y la definición en el diccionario Larousse del nepotismo, es cuando un gobernante utiliza su poder para beneficiar económicamente a un miembro de la familia o relativo, en este caso mi punto de vista es que no es nepotismo. No hay nepotismo porque mi sueldo lo voy a donar íntegramente a una institución de beneficencia y no solamente no estoy cobrando mi sueldo, sino que estoy dejando de ganar dinero por estar aquí. O sea; yo tengo un costo de oportunidad aquí muy alto, porque puedo estar trabajando en otra empresa o incluso con mi propio negocio y estar ganando un sueldo y no lo voy a hacer por estar aquí trabajando, Entonces, yo no me estoy beneficiando económicamente y no es nepotismo. Me estoy beneficiando en el sentido de que estoy haciendo lo que me gusta, me gusta ayudar a la gente, me gustan las causas sociales, entonces desde ese punto de vista, si me estoy beneficiando. Pero si es nepotismo beneficiarme con el placer de servir a la gente pues así es.
A sus 24 años, con su preparación y facilidad de dinero, ¿No sería más fácil la independencia que trabajar con su papá y crear suspicacias? ¿No ha pensado dos veces porqué aceptó el puesto?
— Si… Si lo he pensado, pero ya lo acepte. Uno, porque me lo pidió el gobernador y yo soy incondicional de él, además de la relación que existe entre padre e hijo. Lo que él me pidiera, ya sabe que en mi tiene a una persona de confianza, y si él consideró que yo lo podía ayudar en éste determinado momento por situaciones especiales y con la condición de no cobrar y de trabajar 15 horas al día, que es lo que estoy trabajando, entonces le entré, ¿porqué?, por lealtad a él más que nada. Dos, porque estoy haciendo lo que me gusta realmente, me gusta ayudar a la gente. Ahorita venimos de un evento, salí emocionado de ver a la gente llorando porque vas y le dejas una cobija, o porque vas a su Colonia y te hechas un taco con ellos. Entonces digo: ¿Con tan poco podemos hacer feliz a tanta gente? Que me digo: Bueno, si eso implica hacer un sacrificio personal, lo hago… ¿o no?
Pero digamos que también es parte de cumplir los compromisos de campaña.
— Si… Pero más que compromisos de campaña, yo diría que es un estilo de vida en el cual me he forjado; cuando nací, mi padre era presidente municipal, así es la vida dentro de la política, y ese sentimiento lo he heredado de él, a través de la convivencia de servirle a la gente, de sentirte satisfecho por haber ayudado a la gente.
Esta situación, ¿Es una muestra para que los secretarios de gobierno den trabajo a su familia?
— No, de ninguna manera. Incluso la Contraloría hace observaciones en ese sentido cuando dentro de una dependencia hay familiares del encargado de esa dependencia. En el caso del gobernador la ley no lo prohibe. Pero sin duda yo soy de ese punto de vista, digo; antes que ser hijo de mi padre, soy coahuilense como todos, y me he preparado más que muchos. Me preguntaban por ahí que si no fuera mi padre el gobernador me hubieran dado el puesto a mi. Probablemente no…, probablemente no, porque como esta es un área muy sensible, el gobernador tiene que conocer perfectamente a la persona que va a pone ahí, para que sepa lo que va a hacer. Entonces si mi padre no hubiera sido el gobernador, igual y otra persona no me hubiera puesto en el DIF, porque pues no me hubiera conocido como él me conoce, no hubiera sabido cuáles son mis potencialidades, mis virtudes, y también mis defectos. Definitivamente no es un aviso para que los secretarios puedan poner a sus hijos, pero probablemente si algún secretario tenga por ahí un hijo que tenga una carrera, que tenga una maestría en el ramo específico, y el secretario le tenga la confianza de ponerlo bajo su cargo, yo no veo inconveniente… ¿no?. Pero le digo: En esa situación, la Contraloría hace observaciones al respecto.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here