La cápsula del tiempo
Legado de 500 hombres a la humanidad


Valentín Cardona
8 de marzo de 2001

 

"Nadie es profeta en su tierra", dijo el doctor Gregorio Skromne Kadlubik, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), luego de ser distinguido por el International Biographic Center, del Instituto Cambridge, de Inglaterra, con la invitación a legar a la humanidad sus trabajos científicos, e inclusive, sus predicciones.

El científico mexicano, nacido en la ciudad de México, viajará a la ciudad de Londres, Inglaterra, en diciembre del presente año, donde en una ceremonia serán enterradas las contribuciones a la ciencia de las 500 personas más importantes del siglo XX, de acuerdo con la selección que realiza el Instituto Cambridge.

Skromne Kadlubik aseguró que para la selección no se consideran posiciones políticas, ni influencias, tampoco recomendaciones. "Se basa en el desarrollo y las contribuciones realizadas para mejorar la calidad de vida de los habitantes del mundo".

La contribución a la ciencia mundial del jefe de Medicina Nuclear del Hospital Juárez de México, incluye más de 350 trabajos médico-científicos, que han ayudado a mitigar las más terribles pandemias de la humanidad.

Pionero en el estudio y ataque a la cistecercosis –a la que define como una enfermedad del tercer mundo–, descubrió el método más efectivo conocido hoy en día para destruir los cisticercos utilizando "anticuerpos monoclonales", cuando estos han penetrado hasta los lugares más sensibles del cerebro.

Suyo es también un tratamiento contra la enfermedad de Alzheimer, a la que luego de haber estudiado con profundidad, ha logrado detener y aún prevenir utilizando los anticuerpos monoclonales.

Además, ha desarrollado ya la vacuna contra el colesterol, que dice, es una enfermedad que envejece, y por supuesto causa la muerte.

EL PROYECTO

"Es algo similar al proyecto espacial de la NASA, cuando se enviaron en un satélite biografías, textos, trabajos científicos, y hasta discos de cantantes famosos; nada más que este, es para quedarse aquí en la Tierra, enterrado, para la siguiente generación". Gregorio Skromne Kadlubik nació en México, D.F. el 9 de abril de 1939, es hijo de ciudadanos polacos emigrados a nuestro país poco antes de la segunda guerra mundial, Skromne Kadlubik recibió, en diciembre de 2000, la invitación para integrarse al proyecto, dice que sólo conoce a dos de los 500 elegidos: "Al director del proyecto Nicolas Lau y yo".

Explica:
"El proyecto ya está listo, lo llamaron ‘La cápsula del tiempo’, y muestra la pequeña réplica que le enviaron con la invitación. Cuenta que las 500 gentes tuvieron primero que aceptar por escrito la distinción, para luego, enviar su proyección para el siglo XXI".

Resume: "En 40 cuartillas, se tiene que decir en que se va a trabajar, que vamos a hacer, cuáles son nuestras proyecciones, y que deseamos para la humanidad. Eso se agrega a la producción de sus trabajos, a lo que hayan publicado, escrito, patentado, descubierto, o inventado".

De acuerdo con el doctor Skromne Kadlubik, habrá en diciembre próximo una ceremonia solemne frente a la Catedral de Cambridge, y ahí se enterrará la gigantesca urna conteniendo los legados a la humanidad de los 500 elegidos. Y refiere: "la Reina Isabel mandará a uno de sus representantes, si es que ella no va personalmente".

La entrevista exclusiva para Imagen Médica comienza en su pequeña oficina del Hospital Juárez; papeles ordenados, y en desorden, un refrigerador con el símbolo internacional que indica la presencia de radiaciones, un pizarrón que cuelga sobre la pared, son los testigos ante los que Skromne Kadlubik acepta ser fotografiado. En no más de nueve metros cuadrados se da el primer encuentro.

"Si me da un raid a la Universidad Nacional le sigo platicando", comenta el científico al reportero, ya en el camino platica: "Como le decía, se entierra la cápsula y ahí se deja. Sólo queda un libro conmemorativo de la ceremonia; la crónica".

El maestro en ciencias toma un respiro y continúa: "Dentro de 50 años, o sea en el año 2050, el que usted designe… Ah, –interrumpe— porque para esto se firman unos documentos como si fueran un testamento, donde usted designa a la persona que quiere que lo represente; sus hijos, sus nietos, o –bromea– si quiere ir usted mismo, cosa que va a estar difícil, porque a todos los que escogieron ya están arriba de los 50 es difícil, o a lo mejor uno que otro llega al centenario.

Bueno, dice; en el año 2050 se va a sacar La cápsula del tiempo, en otra ceremonia solemne; se abre y se leen ante el público –que se supone serán representantes de la Reina de Inglaterra, los representantes de la Universidad de Cambridge y los herederos que usted haya designado— sus nombres, los trabajos que hicieron y el testamento que dejaron a la humanidad.

LA SELECCION

La siguiente parada, en la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN), interrumpe brevemente la conversación con el profesor de fisiología de la facultad de Medicina de la UNAM. Diez minutos después, continua.

Sin conocer a fondo el procedimiento para la selección de los 500 hombres que dejarán su legado a la humanidad del siglo XXI, Skromne Kadlubik refiere que el comité organizador de la "Cápsula del tiempo", pudo haber tomado en cuenta a los diccionarios biográficos Who’s Who más importantes del mundo.
— ¿Usted aparece en alguno de ellos?
— Sí, en siete. Agrega: En el Who’s Who of the World; en el de Medicina; en el de Science; en el Hall of Fame, de Inglaterra; en Men of the year, de Raleigh, USA.

Confiesa:
"Yo ya mandé mi ensayo, o sea, mi testamento científico-literario, mi currículum, y lo que considero mis trabajos principales, mis descubrimientos. Ellos lo transcriben".
— ¿Cuál es el objetivo?
— El objetivo es dejar un testamento a la humanidad. Los organizadores consideran que es un legado de las mejores mentes del siglo XX para el siglo XXI.
— ¿En qué ámbitos?
— En todos los ámbitos, incluye científicos, literatos, pintores e intelectuales, entre otros.
— ¿También hay políticos?
— No. No hay políticos.
— ¿Cómo le hizo para ingresar a los siete diccionarios Who’s Who?
— Los Who’s Who, son diccionarios biográficos de la gente más destacada en su ramo, usted no ingresa, lo escogen. Lo seleccionan por invitación, es decir; a usted lo tuvieron que haber propuesto mínimo tres miembros que ya estaban ahí, o que son del comité de aceptación. Entonces, si lo proponen a usted tres miembros de distinto país, no de acá –de México–, para el Who’s Who, le dicen: Usted está propuesto, y le mandan una carta de aceptación. Pero nunca le dicen quien lo propuso, eso es secreto.

EL TRABAJO

Para el doctor Skromne la invitación es importante, primero, dice, "porque es un reconocimiento a mi trabajo, porque consideran que es un trabajo útil a la humanidad".

En segundo lugar, agrega, porque como dicen mucho, "nadie es profeta en su tierra, y porque aquí en México, no me dan la mayor beligerancia, pero en el extranjero sí".

Skromne Kadlubik considera –desde el punto de vista nacionalista–, que "es honorable que alguien del país, sea catalogado como uno de los 500 benefactores de la humanidad del siglo XX".

La entrevista transcurre tranquila sobre el vehículo, y a pesar del calor ocasionado por el intenso tráfico, Skromne Kadlubik no abandona su grueso saco de lana color negro.

Platica sobre su hijo, sus nietos, y se emociona: "Mis nietos para el 2050 van a tener 53 años de edad si todavía están vivos, mi hijo, tendrá ochenta y tantos".

Bromea: "Yo tengo 61 años… ya no llego… más 50, serían 110… ojalá, pero está difícil". Concluye: "Si no, que lleven mis cenizas… en la urna que lleven mis cenizas y así quedo exhumado en Cambridge".

Miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, y a la Asociación Internacional de Estudios Neurológicos, Skromne Kadlubik asegura que no pertenece a la Academia Nacional de Medicina.

— ¿Por qué? Se le pregunta.
— Porque mandé mis documentos y a la fecha no me han contestado, o sea que me ignoraron, políticamente, pero me ignoraron. Yo hice mi solicitud, pero ni siquiera me contestaron.
— ¿Por qué no?
— No se, pero efectivamente ni se dignaron en contestarme, aparte, como le digo, nadie es profeta en su tierra.
— ¿Hay política en la Academia Nacional?
— Sí, está lleno de intereses creados, pero yo hago mi trabajo, y trabajo duro, trabajo fuerte, y ahí están los resultados. Los resultados se cosechan en otros lados.

El interés por la ciencia nació en Skromne Kadlubik cuando a los17 años leyó las obras "Los cazadores de microbios" y "Drogas Mágicas". Nunca ha recibido apoyo del Conacyt o de otras instancias gubernamentales de apoyo a la ciencia, explica que el tiene apoyo en la UNAM, donde trabaja, pero que "el apoyo es realmente muy pobre".
— ¿No ha presentado usted proyectos de investigación?
— Sí, le voy a explicar lo que pasó: Mis proyectos no les parecían ortodoxos, y por ejemplo, decían que eran ‘jaladas’; el de anticuerpos monoclonales para las apoptosis; el de la hormono dependencia para tumores cancerosos… Todos les parecieron algo irreal.

Tardaron 15 o 20 años en creerme, desde 1978, y ahora sí, cuando ya todo mundo en el extranjero habla de anticuerpos monoclonales y de inmunodependencia.
— ¿Cuáles fueron los obstáculos que vio usted para su desarrollo científico? ¿Qué se requiere en México?
— Se requiere de una cultura de la ciencia que no existe en el país. Aquí la gente a todos los niveles, piensa en importar tecnología, no piensan en desarrollarla. Es un problema básico de educación y también es un problema mental.

Skromne Kadlubik asegura que existe en la comunidad científica un serio problema de autocensura y de autolimitación, explica: "Si usted piensa que no es capaz de fabricar una vacuna para una enfermedad, y que la tiene que importar de otros lados porque no tiene la capacidad de elaborarlas, usted solito se está limitando, eso se llama en el deporte perder por ‘default’".

CANGREJOS

Convencido de que existe en México la capacidad suficiente para desarrollar, crear e incluso exportar tecnología, Skromne Kadlubik señala que lo único que hace falta es una cultura científica y ganas de hacerlo. Recuerda que en un congreso presentó un trabajo sobre hormono dependencia, y que gente muy seria se levantó y le dijo: "Esto no puede ser cierto, porque si fuera así, si fuera cierto, ya lo hubieran descubierto los americanos".

El doctor Skromne se refiere al reportero: "Fíjese nada más en el argumento", ¿qué le parece la mentalidad? Se contesta: "Es una mentalidad de colonialismo, tanto así, que años después los americanos sacaron la hormono dependencia y ahora todo mundo habla de ella, en todo el mundo existe. Entonces, cuando la gente piensa así, solito se autocensura y es imposible hacer nada, de veras es imposible hacer nada".
— ¿Usted les contestó algo?, preguntó el reportero
— Sí. Yo les dije que el creador del helicóptero se basó en el vuelo del colibrí, vio volando un colibrí y dijo: ¡Ah, si lo hace la naturaleza lo puede hacer el hombre!, y creó al helicóptero. Pero cuando presentó sus primeros trabajos le dijeron: Es imposible que una máquina así vuele, porque no tiene alas y porque sólo tiene un movimiento helicoidal. Y voló, como la naturaleza ya lo había hecho en el colibrí; voló. Todo es cuestión de tener la mente abierta.
— Entonces doctor ¿es cierto el dicho de la cubeta de cangrejos en México?
— Sí, es cierto, y es real.
— ¿Es terrible?
— Es terrible… Mire el avance del país, a todos los niveles. Y en el nivel intelectual es peor, porque ahí se dan con todo, se dan con todo.
— ¿Se enteró de la disputa por la dirección del Conacyt?
— Sí, se dan con todo, se dan duro, pero esos son puestos políticos.
— ¿Qué opina del nombramiento en el Conacyt de una persona relacionada con la industria?
— Yo entiendo que lo que quieren es que la ciencia no esté en un castillo, en una torre de marfíl, investigando cosas inútiles, sino que se correlacione con la industria para que de ahí salgan patentes y que haya producción. Eso se me hace muy bueno, bastante bueno.

Skromne Kadlubik se refiere al Instituto Weizzman de Israel, dice su fama alcanza a todo el mundo, porque está correlacionado con la industria de Israel, y en donde todos los estudios que se hacen pasan inmediatamente a la industria, para que se patenten, financien y salgan al mercado, y han tenido mucho éxito. Pero una ciencia aislada, que escribe cosas útiles, pues será muy teórica, pero no tiene sentido en el mundo actual.

Víctima de los bloqueos, Skomne explica: "Seis jefes de servicio del Instituto Nacional de Neurología, mandaron una carta a varias editoriales norteamericanas pidiéndoles que no publicaran nada mío de los cisticercos, porque era charlatanería. Seis años duró el bloqueo en las editoriales de los Estados Unidos, los trabajos que había mandado me los devolvieron no los publicaron.

Y es que no quieren que nadie se meta en sus áreas, pero la ciencia no es privativa de nadie; si usted tiene la capacidad y la manera ¿por qué no va a poder hacerlo?. Desde luego, con un título que lo respalde y la capacidad para hacerlo.

Afortunadamente los mandé a Europa y me los publicaron. Se cierra una puerta pero se abre otra. Pero así se manejan las cosas en México, es como la cubeta de los cangrejos".

EL REGALO DE DIOS

Entrar al proyecto de la Cápsula del tiempo, fue para el doctor Skromne Kadlubik como "un regalo de dios", porque, dice, "de repente me llegaron los papeles con toda la información y los requisitos". "Usted está seleccionado para La Cápsula del Tiempo, le interesa, si o no", le dijeron. "Sí, si me interesa, desde un principio se me hizo una estupenda idea". Les respondió.
— ¿Hay problema si se difunde esta información?
— No lo creo, bueno, tal vez para los envidiosos. Pero ya todo está hecho y confirmado. Hay problema cuando se difunde algo antes de que ocurra, porque se lo bloquean.

Muy aparte de su biografía, de sus trabajos científicos, y de su obra, Skromne Kadlubik envió también para La Cápsula del Tiempo sus predicciones para la mitad del siglo XXI. Adelanta de manera exclusiva para Imagen Médica algunas de ellas:

Mis predicciones, explica, "están basadas en La Biblia, en el génesis y el pacto de dios con la humanidad después del diluvio. Es una correlación bíblica entre lo que dice el génesis, y la nueva conciencia ecológica de la humanidad".

Agrega que en los últimos años se "despertó en la humanidad una conciencia ecológica, luego de que hasta hace 10 años ni quien hablara de ecología, ni quién buscara las especies en extinción, ni en la capa de ozono, pero en los últimos años si se ha despertado el tema y creo, asegura, que ese va a ser el nuevo convenio.

Esto se parece al génesis después del diluvio universal con el que empezó la humanidad, porque ahorita estamos empezando a proteger la capa de ozono, a proteger las especies en extinción.

Mi ensayo para la cápsula del tiempo es una correlación entre el génesis de La Biblia, y el nuevo génesis de la ecología mundial, y va versículo por versículo diciendo: Esto dice el génesis en el diluvio, y esto es lo que nos espera si cumplimos el convenio ecológico con los vegetales, los animales y si respetamos la capa de ozono de la tierra".

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