Por: Maru Luarca
Twitter: @Lady_Micu

Un día amaneces deseando que hoy sea ayer.  

Acaricias la posibilidad de desenrollar el tiempo.

 

Intentas desandar los pasos, caminando en reversa,

encajando el pie exactamente sobre la huella previa.

 

Esperas que nadie note que caminaste tanto sin avanzar nada

y que todo lo que deseas es volver a lo que había.

 

Vuelves. Y lo que recordabas no existe.

En su lugar, encuentras lo que recién abandonaste.

 

Eres ese gato nostálgico viendo la lluvia caer por la ventana.

Añorándola sin querer mojarte. 

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