Por Rebeca Leal Singer
Twitter: @Rebecrop

 

Ha firmado por quinta vez,

el documento, ese,

que no tiene cabeza ni pies,

el que suena como el sonido del tedio.

El que, con sus colores insípidos

y su triste gris,

suena a dos horas en el tránsito,

o a la guerra incesante en oriente medio.

Horizontal cadáver sin más remedio,

el dado cargado de un viejo que juega.

El eco y el son del hastío,

al beber así sobrelleva la pena.

Ahora el caracol

ha escondido su antena

y las filas, las filas, las filas,

y los perros con orejas

y colas cortadas,

las puertas cerradas,

los hábitos de los vecinos,

en sus paredes

de cal y de canto.

La sopa de iridio,

que es densa como los martes

intentar

tapar con una tela

al ruido o aúllo de un sordo

que desconoce su pena

Así presa,

presos del cansado zumbido

creatividad que ha yacido,

en el monótono siempre. 

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