Foro México ante la crisis. ¿Qué hacer para crecer?
Ponencia de José Ángel Córdova Villaobos, secretario de Salud Federal
11 de febrero de 2009

José Ángel Córdova Villalobos:

Buenas tardes a todas y a todos,

Muchas gracias por esta oportunidad,

Distinguidos compañeros del panel, personas asistentes al mismo:

Quiero primero agradecer la invitación a participar en este panel al Congreso de la Unión por esta iniciativa impulsada de una manera tan oportuna y tan incluyente. La discusión de las alternativas de política para hacer frente a la crisis económica internacional es relevante en dos sentidos, primero en su sentido inmediato en término de cómo mitigar los efectos de la crisis y proteger a la economía en su conjunto y, por lo tanto, a la población mexicana.

En segundo lugar, considerando que esta coyuntura nos permite reflexionar acerca del papel que puede tener el sistema de salud para mejorar la salud de la población y con ello, contribuir al desarrollo económico en el mediano y en el largo plazo.

Empezando por el segundo punto sobre la relación entre salud y desarrollo económico, término que engloba tanto el nivel y la distribución de la riqueza, como la tasa de crecimiento de la economía, existe un cúmulo de evidencias de que el desarrollo económico genera mayor salud, es decir, la evidencia indica que los países con mayor desarrollo económico tienen una mayor esperanza de vida, sin embargo, el análisis de la relación inversa, es decir, el efecto que tiene la salud sobre el desarrollo económico es relativamente más reciente.

Derivado de las recomendaciones emitidas por la Comisión de Macroeconomía y Salud impulsada por la Organización Mundial de la Salud en 2002, la Comisión Mexicana de Macroeconomía y Salud en la que participó activamente la Secretaría de Salud se dio a la tarea de analizar la relación entre inversión en salud y el crecimiento económico en México.

El aspecto principal a destacar de dichos trabajos es la relevancia que tiene la inversión en salud en los procesos de acumulación de capital humano, en las condiciones de pobreza y en el crecimiento económico.

La salud contribuye de manera directa al crecimiento económico de largo plazo mediante los siguientes mecanismos: aumenta la productividad laboral de los adultos y el desarrollo cognitivo de los niños a través de mejoras en la nutrición; reduce las pérdidas de producción de los trabajadores y la asistencia escolar de los niños que se generan como resultado de la enfermedad.

Libera recursos financieros para otros fines que de otro modo sería necesario destinar para atender la enfermedad, existe evidencia empírica para México que sustenta que la salud tiene efectos positivos sobre el crecimiento económico, por ejemplo, la evidencia apunta a que la salud fue responsable de aproximadamente un tercio de crecimiento económico de largo plazo para el periodo de 1970-1995, al tiempo que la nutrición juega un papel importante en la permanencia escolar infantil.

Por otra parte, la salud es un factor determinante en la incidencia de la pobreza, así como de su persistencia en el tiempo, es decir, lo que se conoce como las trampas de la pobreza, las trampas de la pobreza ocurren cuando una familia invierte menos en la salud y en la nutrición de los niños en el momento, ante una pérdida de salud, enfrenta un gasto catastrófico o empobrecedor o con una consecuencia de un evento adverso, como una crsis económica o un desastre natural.

El deterioro del estado de salud y nutricional de los niños afecta negativamente su capacidad de aprender y su productividad cuando sean adultos y por lo tanto, su nivel de ingreso en el futuro.

Dado que el nivel de ingreso y la educación de los padres afectan el nivel de salud y nutrición de los hijos, se reproduce así un círculo vicioso de la pobreza. Para ilustrar el proceso inverso, es decir, cuando la inversión en salud permite evitar una trampa de pobreza, me remitiré a un ejemplo citado del Informe de la Comisión Mexicana de Macroeconomía, cuando los miembros de una familia gozan de buena salud, el padre y la madre están en posibilidad de buscar y tener un trabajo remunerado, pueden generar riqueza y consecuentemente pueden alimentar a sus hijos y enviarlos a la escuela, niños sanos y bien nutridos tendrán un mejor rendimiento escolar, lo que impactará positivamente en el ingreso futuro.

Además, si los padres están seguros de que sus hijos tienen una alta probabilidad de viri hasta que sean adultos, tendrán por lo general un menor número de hijos y podrán invertir más en salud y en la educación de cada uno de ellos, este es el círculo virtuoso que resulta de invertir en las primeras etapas de la infancia.

En este contexto, el sistema de salud no sólo debe apoyar para mantener y acrecentar el acervo de salud de los individuos, a fin de potenciar sus demás capacidades, sino también evitar su deterioro en situaciones adversas, que ocurran ya sea en el entorno familiar inmediato, como es el caso cuando se presenta una enfermedad, cuando muere algún familiar o cuando hay una mala cosecha, o bien, cuando ocurren efectos adversos en un entorno más amplio como es la crisis económica que enfrentamos actualmente o cuando hay una epidemia o un desastre natural.

En suma, el sistema de salud tiene un papel esencial para proteger el acervo de la salud, entendido como un ingrediente clave en el capital humano ante situaciones de crisis. Tenemos que emprender acciones inmediatas para mitigar las consecuencias negativas de la crisis sobre el crecimiento y la pobreza.

Es importante destacar que si bien el reto de enfrentar la crisis es grande, la situación que guarda el sistema de salud mexicano es muy distinto a la observado durante la crisis de 1994, se han llevado a cabo algunas series de acciones, apoyadas por el Congreso de la Unión que nos permitirán hacer frente a esta crisis, bajo una perspectiva muy distinta a la que prevalecía en 1994.

Algunas de ellas son las siguientes: se completó el proceso de descentralización que inició en 1998; se fortaleció y consolidó el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, incluyendo el componente de salud que ha sido un elemento clave para apoyar a la población en situación de pobreza.

Se creó el Sistema de Protección Social en Salud, cuyo brazo operativo es el Seguro Popular, para extender el aseguramiento público en salud a la población sin acceso a la seguridad social; se creó el Seguro Médico para una Nueva Generación y se estableció el Programa de Embarazo Saludable, que permiten invertir precisamente en las primeras etapas de la infancia.

Además, el gasto público en salud ha aumentado de manera significativa, al pasar de 2.1 como porcentaje del PIB en 1996, a 3.1 en el 2007.

Al igual que en términos macroeconómicos y de desarrollo institucional, el México de hoy no es el mismo que el de hace 15 años, hoy tenemos un sistema de salud más articulado y que cuenta con mayores elementos para hacer frente a la crisis; no obstante, enfrentamos también desafíos nuevos y distintos en materia de salud.

Como resultado de la crisis actual podría esperarse mayores presiones sobre el gasto público, derivadas de la desaceleración de la economía y la reducción de los ingresos de la Federación.

Ante un mayor desempleo y una eventual reducción en el ingreso de los hogares, podría enfrentarse una mayor demanda de servicios médicos y de medicamentos, en particular en el segmento de la población no cubierta por esquemas de aseguramiento público.

El problema anterior podría agravarse si hubiera limitaciones en el sector público para garantizar el abasto y el acceso a medicamentos, como parte de los sistemas de aseguramiento público en salud y para extender la cobertura del Seguro Popular.

En suma, a raíz de la crisis actual, pudiera reducirse el financiamiento del sector tanto en su componente público como en el privado. Considerando el carácter progresivo del financiamiento público, específicamente el del gasto dirigido a la población no asegurada, una reducción sustancial en dicha fuente del gasto no podría ser compensada por los hogares, por lo tanto, aumentaría el riesgo de no satisfacer las necesidades de salud y, en consecuencia, entrar en un círculo vicioso enfermedad-pobreza-enfermedad.

En este contexto, ¿qué puede hacer el sistema de salud? En términos de la respuesta que podemos dar en el corto plazo, la prioridad de la política de salud es proteger a la población vulnerable para evitar dar marcha atrás en los avances en materia de reducción de la pobreza y evitar que las familias empobrezcan por razones de salud.

Al mismo tiempo estamos obligados a hacer un uso óptimo de los recursos disponibles y garantizar que cada peso designado al sector, se traduzca en beneficios efectivos sobre la salud de la población.

Si bien el sistema de salud ha estado trabajando de manera coordinada para lograr algunos de estos objetivos, como parte de una estrategia de política pública para reducir el impacto de la crisis financiera actual, proponemos enfocar los esfuerzos de manera particular en las siguientes acciones:
Proteger la disponibilidad de los recursos públicos para el sector salud en su conjunto. El gasto en salud ha aumentado de manera significativa durante los últimos años, especialmente el gasto para la población no asegurada.

Además se ha aumentado la disponibilidad de recursos para el sistema, esto ha permitido reducir las diferencias en el gasto público en salud per cápita, entre la población asegurada y no asegurada, la diferencia entre los mexicanos según su estatus laboral y, por lo tanto promover una mayor equidad en el financiamiento.

Se considera importante no perder los logros obtenidos en la última década. Tal como lo ha anunciado el gobierno federal, se ha previsto con el apoyo del Congreso de la Unión, no sólo mantener el gasto público en salud, sino fortalecerlo mediante la asignación al Sector Salud, a la Secretaría de Salud y los estados, este año, más de 133 mil millones de pesos, lo que representa un aumento de 66% de 2006 a la fecha.

Asimismo, se ha decidido impulsar la ampliación de la infraestructura hospitalaria del país, por lo que en 2009 se destinarán aproximadamente 15 mil millones de pesos para construir nuevos hospitales y centros de salud, y quiero decirles que 90% de los recursos se están destinando a atención primaria a la salud.

Garantizar la protección financiera y el acceso a servicios de salud a través de esquemas públicos de aseguramiento en salud. En el ámbito de la seguridad social, como lo anunció de manera reciente el Presidente de la República, en el marco del Acuerdo Nacional a favor de la Economía Familiar y el Empleo, se extenderá de dos a seis meses la cobertura de la atención médica y de maternidad del Seguro Social para los trabajadores que hubiesen perdido su empleo y sus familias.

De manera complementaria, se propone fortalecer y acelerar la focalización y la extensión de la cobertura del Seguro Popular y del Seguro Médico para una Nueva Generación, incluyendo el Programa de Embarazo Saludable, con mayor énfasis en los grupos de población más vulnerables, población que vive en pobreza y los migrantes que regresen al país.

Al cierre de 2008, el Seguro Popular cubre ya a 9.1 millones de familias, equivalentes a 27.2 millones de personas, hoy se estima que alrededor de 11 millones de familias contarán con la protección del Seguro Popular al finalizar 2009.

El gasto público en salud para la población sin acceso a la seguridad social se caracteriza por ser altamente progresivo, es decir, beneficia a la población de menores ingresos, por lo que deberá potenciarse su efectividad, en particular la población de menores ingresos no tiene acceso a mecanismos de aseguramiento, por lo que está expuesto al círculo vicioso que se genera entre la enfermedad y la pobreza, es por ello que una prioridad de esta administración es garantizar el acceso universal a esquemas de aseguramiento en salud.

Garantizar los recursos financieros para cubrir la afiliación al Seguro Popular y que éstos se canalicen de manera expedita y sin demora a las entidades federativas que ejercen más del 82% de esos recursos y a los prestadores de servicios.

El flujo temprano de recursos para el Seguro Popular y otros programas preventivos, además de la mayor inversión en obra pública en salud contribuirán sin duda a crear empleos.

Hacer un uso óptimo de los recursos y hacer más eficiente el gasto público en salud, es importante establecer de manera clara y explícita las acciones y programas cuyo financiamiento será priorizado tanto a nivel federal como estatal.

Las economías pudieran servir para hacer frente a una mayor demanda por servicios de salud en todo el sistema y para fortalecer la extensión de los beneficios de la seguridad social, anunciada en el marco del Acuerdo Nacional.

Como parte de ello, se está trabajando en una mayor coordinación entre las diferentes instituciones que conformamos el sistema nacional de salud en acciones específicas orientadas a promover la eficiencia del sector.

En concreto, estamos impulsando acciones coordinadas para promover un padrón único de beneficiarios de diferentes esquemas públicos de aseguramiento médico; establecer expedientes electrónicos compatibles entre instituciones para fortalecer y hacer posible la portabilidad del usuario, brindar mayor acceso a los servicios de salud mediante estrategias focalizadas como son las Caravanas de la Salud y la construcción de clínicas y hospitales que respondan a un plan nacional de infraestructura de las diferentes instituciones del sector.

Fortalecer las acciones para obtener mayor valor por el dinero en la cobertura de intervenciones y en la compra pública de medicamentos, incluyendo, garantizar el abasto de medicamentos y la institucionalización de los procesos de priorización de las intervenciones y de la incorporación de nuevas tecnologías en salud, así como el proceso de negociación de medicamentos de patente a nivel federal, la adición de las entidades federativas a los resultados de dicho proceso y el proceso de compra coordinada de genéricos.

Cabe mencionar que en 2009 se generarán ahorros de alrededor de cinco mil millones de pesos, como resultado de la negociación a nivel federal del precio de los medicamentos patentados y otros tres mil 600 millones, como resultado de la compra de los genéricos a nivel estatal para el Seguro Popular.

Aumentar los recursos destinados a la prevención de enfermedades, ya que cada peso que se gaste en prevención representa ahorros sustantivos en tratamientos de salud, en este año se invertirán en las entidades federativas más de 11 mil millones de pesos para el desarrollo de actividades de prevención, promoción, detección oportuna y control de enfermedades. En el año 2000 los recursos asignados para estos rubros eran 500 millones, este año 11 mil millones de pesos.

Liberar recursos mediante la reducción de gastos no prioritarios y trasladar las economías resultantes a las áreas operativas, fortalecer las políticas de austeridad en el gasto administrativo del sector, en el medio plazo nuestro sistema de salud debe seguir avanzando y consolidar las políticas desarrolladas a la fecha y dar nuevos pasos hacia una mayor integración del sistema para así verdaderamente poder alcanzar la cobertura universal en 2011.

Finalmente, confío en que estaremos los mexicanos como siempre a la altura de los retos que enfrentamos y que el fortalecimiento de nuestro sistema de salid, en la coyuntura actual es una oportunidad para potenciar nuestro aspecto positivo sobre el desarrollo económico en el mediano y en el largo plazo. Muchas gracias.

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