Evidencia para las políticas
2000: el año del cambio
Las “maximalistas” declaraciones del
presidente electo Vicente Fox
Gustavo Leal F.*
Parte XVII
Como si siguiera en campaña, en materia de políticas de salud y seguridad social y frente a lo que, previsiblemente, habrá de ser el sexenio del prepago, la “protección financiera” y la “verdadera” descentralización, el presidente electo Vicente Fox decidió no ahorrar declaraciones.
Por ejemplo, el 10 de septiembre del año 2000 anunció que:
“otras metas serán tener cobertura total de los servicios de salud para la población hacia el año 2006.
Sus futuras tareas serán, dijo, …analizar las funciones de los tres niveles de la administración: federal, estatal y municipal. Hay que federalizar: vamos a transferir programas, presupuestos, recursos humanos, facultades y también recursos humanos.
Ya no se utilizará más la definición de discapacidades para referirse a los problemas físicos de las personas, ahora le vamos a llamar diferentes cualidades, que son las que tienen estas personas. ¡Cuántas cosas nos enseñan!, precisamente de valores como el coraje, la lucha por la superación, la disciplina y la perseverancia.
También anunció que pretende se atienda a los discapacitados en todo el territorio nacional creando centros de atención de primero, segundo y tercer nivel. Incluso, aseguró que en su gobierno se les incluirá en todos los procesos de actividad social y además se proyecta tengan acceso a créditos y financiamiento para que puedan echar a andar su changarro”1
Mientras que el 15 de septiembre sostuvo que:
“Las formas de ejercer el federalismo se van a revertir de manera sustantiva. Ahora los procesos de planeación de proyectos a nivel federal, estatal y municipal sufrirán un cambio de 180 grados donde las decisiones se tomen de abajo hacia arriba. Queda atrás el gobierno federal que imponía, que venía a ordenar. Ahora vamos a servir al estado. Habrá un trato totalmente equitativo para todas y cada una de las entidades de la República Mexicana”2.
Porque, según el punto de vista de Fox comunicado el 17 de septiembre:
“En mi gobierno habrá de hacerse realidad la descentralización y el federalismo. Los programas, presupuestos, planes, facultades y responsabilidades serán transferidos a los estados, que pueden administrar mucho mejor de lo que puede hacer la Federación desde sus lejanos escritorios y oficinas en la ciudad de México.
Me he convencido de la importancia que tiene descentralizar, esto ya es indispensable, porque de otra manera, el gobierno federal seguirá ahogándose, sin poder resolver directamente los problemas y sin aprovechar las muchísimas oportunidades que se descubren a niveles estatales y municipales.
Vamos a dejar de dar instrucciones desde el centro del país y vamos a respetar y apoyar los planes que surjan a nivel regional, estatal y municipal”3.
¿Qué se podía esperar a partir de ese momento? ¡Mucho! La sociedad podría demandar que, como gobierno, se concilie la designación del nuevo funcionariado con el sentido del mandato del 2 de julio: un Sistema Nacional de Salud humano y no “más de lo mismo pero peor”, toda vez que el saldo de las frías “reformas sistémicas” del soberonismo-zedilllismo sanitario están a la vista después de 18 años.
¿Cómo? Frente al reto de ubicar al paciente en el centro de la política y dignificar el lugar de los médicos en los procesos de atención, podría exigir que los nuevos funcionarios: 1) formulen una agenda que integre el intercambio de puntos de vista entre todos los actores de la arena política; 2) que la comuniquen con claridad, sencillez y sin tecnicismos “expertos” a todo nivel social; 3) que crean seriamente en la capacidad de convencer con su argumento o acepten que en la sociedad hay otros mejores que los de ellos; 4) que no impongan ninguna línea de política “ejecutiva” antes de haber agotado los márgenes de escucha mínimos y que, en ausencia de consenso, no imponga la fuerza, sin antes recurrir a la consulta, el plebiscito o el referéndum; 5) que una vez aprobada socialmente esa agenda, dialoguen efectivamente -tal y como ha ofrecido Fox en más de una ocasión- con las Cámaras del Congreso de la Unión y regularicen un espacio de comunicación parlamentario permanente para dar cabida a las voces que no estén representadas en el Congreso o disientan; 6) que garanticen monitoreos sobre su honradez y que, como condicionó Fox, en efecto “amen a México”, anteponiéndolo a cualquier otro interés.
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
1 La Jornada
2 La Jornada
3 La Jornada