El Poder contra Proceso
Solidaridad

Valentín Cardona
16 de julio de 2001

Salvo casos contados de algunos columnistas, los medios hemos visto pasar los acontecimientos como si se tratara de seres de otro planeta.

Y ante el desconocimiento del bien común, tres grandes corrientes se unen: El Poder, los que están enmedio, y los resentidos.

¿Hubo una agresión contra Proceso desde el Poder? La respuesta es Sí.

El desconocimiento de lo que significa la Solidaridad, hace que cada periodista vea en otro periodista un competidor al que es necesario vencer para poder sobresalir, y ésta lucha es aprovechada por el Poder, quien con la ayuda de los resentidos y los de en medio, mata, o al menos debilita, el instinto de sociabilidad entre los periodistas.

En un medio así, triunfa el Poder; que no es sincero, sino codicioso, malvado y brutal.

El poder y sus clases dominantes no entienden la Solidaridad o fingen no entenderla, pero la practican solamente enfocada al estrecho interés de su clase.

Es por eso que las concepciones filosóficas y libertarias más nobles de los periodistas, viven solamente en cientos de páginas de revistas, periódicos y libros a merced de la polilla.

Ante las agresiones del poder y sus clases dominantes es necesario volver la vista hacia una causa noble, y ver en la Solidaridad el instrumento para que todos los periodistas, todos los medios, nos unamos en una fuerza inteligente y activa. Debemos unirnos y cerrar filas para librar una batalla decisiva contra el Poder, y en la que la victoria ha de ser nuestra porque contamos con el mayor número de individuos.

¿Qué no se mofa el Poder de que sólo ladramos? Entonces: ¡Hay que morder!

Tenemos que considerar como un mal que se hace a todos, el mal que se hace a Proceso, y distinguir que existen dos luchas: La primera, librada por Francisco Ortiz Pinchetti contra el semanario, y en la que cada quien es dueño de sus propias razones.

La segunda, la brutal, es la del Poder contra Proceso, que se aviva con la indiferencia de los medios y los periodistas. Hoy, fue Proceso. Mañana, ¿quién será?.

Para mal de unos, para bien de muchos, en las páginas de Proceso está escrita parte de la historia moderna de nuestro país. Las canas de Julio Scherer, Vicente Leñero, y Enrique Maza, entre otros, son canas simpáticas, sobre cabezas agradables. Canas que enseñaron a más de uno, a voltear la vista hacia canas odiosas y manchadas de sangre.

Un periodista que en lugar de revelarse, cede ante el Poder que lo aplasta, lo humilla, lo escupe, o lo diezma, no tiene objeto alguno sobre la tierra.

No se trata pues, de acontecimientos que suceden en otro planeta, pasan aquí, hoy, y en México, por eso debemos levantarnos todos como uno solo, desterrar nuestros propios miedos, y ofrecer la mayor de nuestras resistencias al Poder que embiste a Proceso.

Y no necesitamos empuñar las armas, sólo empuñar las plumas y dirigirlas con precisión y objetividad -instrumento bajo el que nos cobijamos hoy para permanecer inertes-, hacia el enemigo de uno de los nuestros.

¡Vamos a vencer! Sin utopías, y con humildad.

Desde ya, exigimos a Vicente Fox, a Santiago Creel, y a Francisco Barrio, una explicación pública y convincente de sus ataques contra el semanario Proceso.

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