Deudas Eternas, cómo y por qué III

Salud y Seguridad Social en el Plan
Nacional de Desarrollo 2001-2006

Gustavo Leal Fernández1
Enero de 2003

 

No hay que ser timoratos, hay que ser audaces… no sé si alcancemos las metas que hemos buscado, pero hemos trabajado con pasión

Vicente Fox, a dos días de la presentación del PND2

Promesas vocingleras, muchas esperanzas, previsibles ajustes y realidades inerciales

Probablemente sea del todo cierto que el votante medio y, sobre todo, el votante sincero depositaron demasiadas expectativas con el triunfo de Vicente Fox en las elecciones del 2 de julio del año 2000. Y probablemente también sea cierto que no era para menos. Sin embargo, como escribiera San Juan de la Cruz: “cuánto más alto se sube, tanto menos entendía”.

Desde las políticas públicas estaba absolutamente claro, ya desde la campaña electoral que, de ganar, Fox se vería obligado a ajustar no sólo a la baja sino estrictamente a un nivel basal de gobierno mínimamente eficiente, todo aquél amasijo de lugares comunes, frases hueras, mensajes de la sonaja del marketing y, en más de una ocasión, hasta sonoras tonterías que compusieron su folclórica y extendida oferta: la que contenía la plataforma de la Alianza por el Cambio. En sí mismo, este ajuste ya hubiera sido una tarea más que suficiente. ¿Por qué? Porque ajustar conllevaba el trabajo paralelo de cumplir a la mayoría que votó por él. Dos trabajos en uno: ajustar al nivel mínimo de un gobierno eficiente y recentrar la agenda para esas mayorías3.

Pongo un ejemplo: en lugar del confuso y retorcido discurso que Julio Frenk, secretario de Salud del foxismo intenta -por cierto muy fallidamente ­propagar, sobre la “protección financiera” en materia de salud, el staff inteligente de Los Pinos podría haber enviado una señal tan sencilla como cierta y certera: aprovechar la estatura de Fox para cubrir el emblema del IMSS, que, a su vez, cubre a una mujer. Es decir: manifestar públicamente que aunque el nuevo gobierno enfrentaba muchos problemas, entendía bien aquél mínimo por el cual la mayoría había votado por él. Proteger con el cuerpo del Presidente a la principal institución de seguridad social de México y América Latina, querría decir también: no hay mejor manera de atender al paciente; que proteger a la enfermera y al médico. Un mensaje ultramoderno que envidiaría el mismísimo Tony Blair, que acaba, por cierto de reelegirse para cuatro años más.

En una palabra, la gente, como gustan llamar al pueblo los teóricos de la “tercera vía”, podría haberse conformado, dado el peso de las inercias que habría de enfrentar el nuevo gobierno, con poca pólvora, pero ruidosa y efectiva.

Lamentablemente, el nuevo gobierno empezó con poca fortuna y pronto descubrió que su pólvora estaba húmeda. En lugar de ajustar sus posibilidades al nivel mínimo de un gobierno eficiente que hereda más de una bomba de tiempo; en lugar de acercar cuidadosa y serenamente sus líneas de gobierno a lo que realmente aguardaba su electorado, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) reprodujo inercias priístas y volvió a fingir consultar a su elector medio. Como sucedía antes del 2 de julio, lo sacrificó nuevamente frente a los intereses que, como opción del “cambio” lo financiaron y le franquearon el camino al poder.

Si la mercadotecnia consiste en descubrir qué es lo que la gente quiere, la del PND ha fracasado rotundamente. El impacto de su producto no sólo no acertó el blanco: está completamente fuera del “mercado”.

Uno. No dar pescado, enseñar a pescar

En ese cuadro y en un temprano momento del sexenio foxista, llega pronto la hora de la retórica. El PND sostiene que:

“Lo nuevo ha desplazado a lo viejo, lo moderno a lo tradicional, lo dinámico a lo inerte”4.

Y por tanto aparecen el pescado y los pescadores. Nace un estrellado, que no una estrella. El PND afirma que:

“La sociedad estará integrada en su mayor parte por individuos con sólidas capacidades para construir su propio bienestar; contarán con el apoyo de políticas públicas eficaces para complementar sus esfuerzos individuales, y estarán protegidos de riesgos que atenten contra sus posibilidades de progreso”5.

“El tercer eje (de la política social), pretende fomentar la actitud emprendedora e independiente de los ciudadanos, dotándolos de una educación de vanguardia… (para que)… conduzcan al desarrollo de sus habilidades y destrezas… Esta es la verdadera emancipación, porque asegura la desaparición de servidumbres y clientelismos… La política que se ha propuesto seguir el Ejecutivo federal implica la emancipación individual además de la colectiva”6.

Sencillo: no hay que dar pescado, hay que enseñar a pescar. ¿Sus fuentes? Algunas de ellas -por supuesto mejores que la versión “nacional” que pretende adoptar el PND- pueden encontrarse en trabajos de Juan Antonio Le Clerc7 y otros investigadores8 publicados por la Fundación Rafael Preciado Hernández.

Lamentablemente, el PND las simplifica:

“La fortaleza y el temple de los individuos se forjan en el seno de la familia y los grupos sociales que la rodean, sus valores y principios son productos de la interacción de unos y otros. El fortalecimiento local y comunitario apoya el federalismo”9.

“Para propiciar, conservar y alentar la riqueza social de México, la política de desarrollo social y humano incluye la cohesión social… porque propone acciones y programas tendientes a aumentar la solidaridad de todos los mexicanos entre sí y el bien común… a disminuir la presencia del Estado en los aspectos y áreas en los que las organizaciones no gubernamentales pueden tener una contribución efectiva”10.

Pero el PND también banaliza el discurso Vaticano reciente11 que, como en la formulación anterior, aparece caricaturizado. ¡Gajes del oficio!

Un caso emblemático del “pescador frente al pescado” es, sin duda, el de la “revolución educativa”. Pero cabe preguntar: ¿alcanza la “capacidad de fuego” del documento como para emprender una batalla “revolucionaria” de tal envergadura12? ¿Puede dotar realmente al pescador de aquellas destrezas y habilidades como para que, finalmente, logre dejar de esperar que le surtan pescado?

Dos. Gris medio

Entre las huestes del foxismo suele correr una voz sencilla pero que aspira a ser muy seria. En el país, dice, hay un círculo rojo: el de los analistas y los formadores de la opinión pública. Y hay, también, uno verde: el del votante medio. El objetivo es el círculo verde. Ahí está la mayoría sabia que capta las cosas de una manera diferente.

Si me viera obligado a ubicar el PND en esta, ciertamente muy poco original constelación cromática, afirmaría sin ambajes: el PND está fuera de ella y se ubica en el gris medio. Tenue, tenue, perdido en la inconmensurabilidad de su tema y sin relieves. No está claro para quién fue escrito.

¿El responsable? Sin lugar a dudas: Carlos Flores, jefe de la Oficina de Planeación Estratégica y Desarrollo Regional de la Presidencia de la República. Dicen las malas lenguas que, ante las diferencias de opinión, el consenso para la composición final del PND foxista, se alcanzó gracias a votaciones simples. ¡Ventajas de la democracia!

Frente a la autodeclarada pretensión de que con este documento nos encontramos frente a una pieza que porta, “por primera vez” una “visión de largo plazo”, capaz de proyectar sus “acciones de hoy para el México del mañana” hasta el distante 2025, uno no puede dejar de preguntarse: ¿Y no es mucho tiempo? ¿Espera el foxismo mantenerse hasta entonces en el poder? ¿Tan optimistas son o se trata, apenas, de un lapsus reeleccionista?

Porque, además, al decir de Flores, el PND plasma:

“La respuesta de la población al llamado de aportar propuestas. Por correo se recibieron 153 mil, vía Internet llegaron 43 mil y en las mil 141 reuniones directas con la ciudadanía se formularon 182 míl. En suma: casi 400 mil sugerencias, número muy superior al que se esperaba, inclusive comparado con los procesos anteriores”13.

¿Son esos “procesos anteriores” su parámetro? De ser así, no hay “acciones para el mañana”, sino comparaciones con el pasado. De ahí, también entonces, los poco atractivos términos y resultados de la prospección que quiere divulgar el documento 14. Flores reconoce que, en relación al continuismo de los regímenes priístas:

“Podemos decir que hay de 20 a 30 por ciento de líneas muy parecidas, otro 30 o 40 por ciento en el que se puede decir que hay mucha similitud, y quizá el resto son líneas que nunca se habían tocado”15.

Es decir, al votante mediano y sincero le tocó, si acaso, un 30 por ciento de novedad. ¿Valió la pena pagar por este “cambio”? Pero eso no es todo. El documento porta un claro sello zedillista. Nuevamente Flores:

“El presidente Zedillo había pedido a sus secretarías de Estado que hicieran un ejercicio en el sentido de qué había servido y qué no en su Plan Nacional de Desarrollo y que sugirieran que hacer si estuvieran seis años más. Hicieron un ejercicio para tratar de dar continuidad a lo que venía. Con ese ejercicio y con el trabajo del equipo de transición, se armó un documento diferente. Tomamos los insumos sin comparar el pasado con éste; fue un proceso de vincular uno con otro, y se podrán ver las similitudes de uno y otro”16.

Y el “recuento” de Flores sobre el “documento diferente” no cesa:

“Por correo se hicieron llegar entre cuatro y seis millones de cuestionarios a escuelas, a centros de salud a organizaciones diversas: universidades, centros de investigación y ONG… México está entrando a una cultura de la participación ciudadana… nunca antes se había hecho este ejercicio con la intensidad que en esta ocasión se hizo”17.

Y exagera:

“Es el documento rector de toda la acción de todos los mexicanos”18, “es un documento clave, es un documento estratégico… (que)… creemos debe tener un impacto total”19.

Más allá de las exageraciones, Carlos Flores vive presa de una grave confusión que, lamentablemente, cruza todo su esfuerzo: ningún Plan Nacional de Desarrollo puede ser para todos los mexicanos: se trata de una pieza del gobierno y para el gobierno20. Pareciera que, sencillamente, Flores no distingue entre sociedad y gobierno.

Pero para el paciente lector no queda mucha duda: el resultado es extremamente pobre y muy gris, aunque haya que reconocerle que, con todo, se trata de un gris medio, tenue, tenue.

Tres. Autoresponsabilización ciudadana y franco aplanamiento descendente de los mínimos de bienestar

Para el tamaño del reto social de México las notas que componen la partitura del PND resultan suaves y casi inaudibles. ¿Responsable? José Sarukhán, Comisionado para el Desarrollo Humano y también a cargo del Gabinete Social de la Presidencia de la República, quién señaló que:

“Podríamos tener una mayor escolaridad, avanzar en la esperanza de vida, abatir la mortalidad infantil, y de hecho vamos a proseguir esas metas, pero si en cada uno de esos objetivos la gente no toma en sus manos su destino, estaremos fallando”21.

Hay que tomar nota: abre el condicional “podríamos”. Es decir: para el Comisionado Sarukhán la última acción corresponde al ciudadano; de él y sólo de él depende su destino. ¿Puede haber algo más obvio?

Pero sucede que las metas no son el destino del pueblo: sucede que su meta es el bienestar, aunque el Estado, por voz de Sarukhán le intente condicionar “el podríamos”. En una palabra: Sarukhán dicta desde la alta tribuna del Poder Ejecutivo: yo cumplo con mis metas, si tu cumples con tu destino. Desde esa visión es fácil anticiparle: ya fallaste. Ni modo. Qué se le va a hacer. Dice el Comisionado:

“Cada uno de estos planteamientos persiguen transformaciones culturales para atacar de raíz las enfermedades sociales”22.

¿De raíz? ¿”Enfermedades sociales”? Y continúa:

“Lo peor que le podría ocurrir al país es desperdiciar el enorme deseo de cambio, debido a las resistencias de la sociedad a pagar los costos que éste conlleva”23.

¿Resistencias a su destino? Veamos, más bien, qué le ofrece a cambio.

La agenda del PND pretende encarrilar los siguientes “seis grandes ejes” que el Comisionado Sarukhán presenta así:

“1) Cualquier acción del área social deberá lograr como producto la emancipación de la sociedad, el romper con el paternalismo y la dependencia que por mucho tiempo ha limitado el ejercicio de la creatividad de la gente, manteniéndola en un estado de expectativa permanente de que alguien se hará cargo de la solución de sus problemas

2) establecer niveles mínimos de bienestar bajo los cuales es inaceptable que se encuentre un mexicano y que incluyen líneas básales de acceso a la salud y a la educación.

3) disminución de las brechas de inequidad.

4) garantizar que las políticas incrementen la cohesión social; es decir, que la atención a los individuos conlleve un sentido de solidaridad, de corresponsabilidad, de identidad y de pertenencia a una comunidad, municipio, entidad y nación.

5) fomentar el desarrollo sustentable, ligado al medio ambiente y los recursos naturales y

6) aumentar la credibilidad en el gobierno”24.

¿Se puede pedir más? Frente a la grande, abigarrada y compleja agenda de pendientes sociales pospriístas, los trabajos de la Comisión para el Desarrollo Humano y el Gabinete Social sólo generalizan en abstracto y aplanan hacia abajo los contenidos de ese bienestar; los contenidos sociales del PND. En efecto, los mínimos de bienestar quedan estrictamente en lo mínimo ¿Resultado? El tema social se difumina. El PND constituye una constelación inasible e inalcanzable. Ello contribuye a remarcar el tono gris medio del documento.

Además el “antipaternalismo” sarukanista -que suena a ruidoso neosolidarismo salinista25– no acaba de enlazar conceptualmente del todo con la “emancipación individual” a la que alude la doctrina Le Clercq del pescador frente al pescado. Pareciera como si los sarukanistas y los lecleristas no hubieran acabado de ponerse nunca de acuerdo. Parece que no hubieran

terminado su trabajo y, en salomónico pacto, hubieran reservado al criterio independiente del lector el entendimiento final de su diferencia26.

Y como también parece que nadie se tomó el cuidado de checar la coherencia final del documento, no hay porque extrañarse del muy sui generis conglomerado de enigmas dado finalmente al público ciudadano. Pero siempre es conveniente guardar mesura: hasta en la Casa Blanca, suelen presentarse estas “externalidades”, aunque no precisamente en documentos de las pretensiones del PND. ¡Sorpresas que da la vida!

Cuatro. ¿Dónde quedó la agenda de la salud?

De todo el amplio cosmos de agendas temáticas y sectoriales en debate dispuestas en el tablero decisorio del foxismo, curiosamente, el PND no escoge, no resume, ni ordena ninguna. Algo que no deja de resultar llamativo.

Con independencia de la amplia oferta de campaña27 y del discurso de toma de posesión28, habría que considerar, al menos, las siguientes nueve agendas.

Empezando siempre por la derecha aparece, primero, el trabajo de la Fundación Mexicana para la Salud (FUNSALUD) del doctor Guillermo Soberón Acevedo que es, también “la casa” de Julio Frenk. Me refiero, en especial a Economía y Salud. Propuesta para el Avance del Sistema Salud29, elaborado por el propio Frenk y presentado, con poca fortuna, a la administración-Zedillo como alternativa de “reforma sectorial”30.

Sigue, en segundo lugar, la agenda ya foxista, Visión Estratégica para el Sistema Nacional de Salud31 elaborada por el equipo de transición y que “desarrolla” la agenda propuesta en Economía y Salud. Ella reúne los primeros cuerpos dé políticas visibles del soberonismo-foxista32.

Aún por la derecha seguiría, en tercer término, el Informe sobre la Salud en el Mundo 1999: Marcando una diferencia33 así como el Informe sobre la Salud en el Mundo 2000: Mejorar el desempeño de los sistemas de salud 34, de los que también es co-autor Frenk, desde la dirección ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Dra. Brundtland35.

Por el mismo carril habría que agregar México. Una Agenda Integral de Desarrollo para la Nueva Era36, presentada por el Banco Mundial al Presidente Electo, Vicente Fox apenas en noviembre del 2000. Finalmente y en el mismo sentido aparece la Organización Mundial de Comercio (OMC) de Mike Moore con sus lecturas de la globalización37 y la salud38, así como el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS)39 y los Acuerdos sobre Propiedad Intelectual (ADPIC)40 o TRIPS41.

Por el carril del centro destacan tanto el reciente Informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Seguridad Social: temas, retos y perspectivas42, como la iniciativa Los desafíos de la seguridad social en el Siglo XXI del Consejo Coordinador Empresarial43, una de las mejores propuestas para asumir efectivamente la tarea gubernamental en esta materia. Debe mencionarse, también, el notable y muy reciente esfuerzo estadounidense Crossing the Quality Chasm: A New Health System for the 21st Century a cargo del Institute of Medicine (IOM) de la Academia Nacional44.

Pero sorpresivamente, el PND carece de una agenda estricta en materia de salud. Apenas ofrece una membra disecta; un puñado de anotaciones que salpican por aquí y por allá el documento.

¿Responsables? José Sarukhán y Julio Frenk. Pareciera como si los “seis grandes ejes” de la agenda del primero -que apisonan hacia abajo la dimensión de los mínimos del bienestar del Plan y fortalecen las repeticiones y el desorden argumental-, enseñoreándose, hubieran deliberadamente esparcido de manera desintegrada los membra disecta de Julio Frenk, secretario de Salud, quién por su parte no pudo defender la presencia de su “agenda” al interior del mar de los Sargazos de la “antipaternalista autoresponsabilización ciudadana” del Comisionado para el Desarrollo Humano.

¿Resultado? Incoloros y deslavados lunares de materia sanitaria en el firmamento de un paisaje de líneas apenas básales de bienestar. Y lo peor: la seguridad social tiene una presencia menos que espectral.

Cinco. Aproximación al mapa de los membra disecta y su dispersión expansiva

Pero las notas específicas de salud y seguridad social que incorpora el PND foxista no sólo son muy blandas y apenas perceptibles. La partitura del documento las distribuye mal diseminadas en una obra de por sí extensa. ¿Resultado? Mala musicalidad y peor audibilidad: no se la escucha. ¿Responsable? Julio Frenk, secretario de Salud.

Los temas de salud aparecen salpicados en las siguientes partes del PND:

1) en el capitulo I (Introducción) se comunica la reorganización de la Oficina de la Presidencia de la República que establece la Comisión de Desarrollo Social y Humano45 e incluye la agenda-Sarukhán46.

2) En el capitulo 3 (México: hacia un despegue acelerado), al tratar las transiciones (demográfica, social, económica y política) se menciona a la salud47; a los impactos del envejecimiento demográfico sobre la seguridad social y el sector salud48, y se provee un cuadro en que se establecen como prioridades nacionales “el desarrollo social y humano con énfasis en educación de vanguardia y un sistema integral de salud”49.

3) En el capítulo 4 (El Poder Ejecutivo Federal, 2000-2006, El reto de la salud), además de menciones esporádicas50, se repiten aspectos de la agenda FUNSALUD para la “reforma” de 1995 ligeramente “modernizados” con la ya foxista Visión Estratégica para el Sistema Nacional de Salud, al afirmar que:

“La educación y el desarrollo de los mexicanos dependen de la salud que posean. La salud ha sido uno de los pilares en el desarrollo de México. Los progresos en este sector han sido determinantes para conformar las características demográficas actuales en nuestro país, y las instituciones de salud han sido fundamentales para el desarrollo de México en muy diversos campos, como la investigación, la educación, y la organización administrativa y financiera. El progreso alcanzado en el pasado, que se manifiesta, por ejemplo, en la reducción de la mortalidad infantil y en el crecimiento de la esperanza de vida, no deben conducir a ignorar que existen todavía sectores de la población que no tienen a su alcance la atención, los servicios médicos y los medicamentos que les ayuden a tener una vida sana y les proporcionen la seguridad y confianza que requieren para su cabal desarrollo.

Por otro lado, el perfil epidemiológico nacional se está transformando como consecuencia de la mayor urbanización, del cambio en las actividades ocupacionales y de la educación. Hoy, las enfermedades crónicas y los traumatismos se están convirtiendo en las principales causas de incapacidad y muerte, y están emergiendo enfermedades y padecimientos como el SIDA, hasta muy recientemente de poca importancia nacional.

El gobierno de la República tiene el compromiso de seguir desarrollando los sistemas de salud, de forma que se extiendan a la totalidad de la población, eviten la duplicación de esfuerzos, ahorren recursos y prevengan las enfermedades. Las estrategias que se plantean buscarán, por lo tanto, unificar los esfuerzos de las principales instituciones y sistemas de salud que existen en el país, el desarrollo de criterios uniformemente aplicados relativos a los fármacos y a los servicios sanitarios y epidemiológicos, y el apoyo para el mejoramiento de las instalaciones, equipamiento y material de los hospitales, las clínicas y las instituciones de salud en general. El esfuerzo deberá desembocar en una mejoría clara en la atención médica y en el trato que recibe la población”51.

4) En el mismo capítulo 4 (E compromiso con la salud), se siguen repitiendo aspectos de la agenda FUNSALUD para la “reforma” de 1995, aunque ya se incluyen también propuestas del discurso de toma de posesión (“democratización”, “libre elección”) y ecos de la agenda OMS-1999 (“nuevo universalismo” o servicios básicos de salud), así como empequeñecidos girones de la agenda OMS-2000 (“protección financiera”), cuando afirma que:

“La salud está ligada al destino de la nación. A medida que el país se transforme, su sistema de salud también debe hacerlo. No puede haber progreso general sin un sistema de salud que atienda las legítimas aspiraciones de los mexicanos.

Las premisas que inspiran el compromiso del gobierno de la República con la salud de los mexicanos son: 1. La buena salud es uno de los objetivos del desarrollo y una condición indispensable para una auténtica igualdad de oportunidades. 2. La salud es, junto con la educación, componente central del capital humano, que es el capital más importante de las naciones. Desde este punto de vista, mejorar la salud es fortalecer la capacidad de las personas y de la sociedad para procurarse y acrecentar sus medios de vida. 3. Por ser un valor en sí misma y por su potencial estratégico, se debe concebir la salud como un objetivo social que todos los sectores pueden y deben perseguir. Para ello se requiere complementar las políticas de salud con políticas saludables (que abarque acciones en todos los sectores). 4. La protección de la salud es un valor compartido por todas las sociedades, todos los sistemas ideológicos y todas las organizaciones políticas y, por tanto, es un valor que fortalece el tejido de nuestra sociedad.

El mensaje central del esfuerzo nacional en salud es que para mejorar la salud de los mexicanos es necesario democratizar la atención de la misma.

Esta democratización supone aplicar las normas y los procedimientos de la ciudadanía a instituciones que estaban regidas por otros principios, como el control coactivo, la tradición social, el juicio de los especialistas o las prácticas administrativas. Implica, igualmente, aplicar estas normas y procedimientos a individuos que antes no gozaban de tales derechos y obligaciones, como las mujeres, los jóvenes o las minorías étnicas.

El desarrollo de la ciudadanía culmina con la implantación de los derechos sociales. En consecuencia, debe ser el principio de ciudadanía el que defina tanto las reglas de acceso de la población a los servicios de salud como los mecanismos de participación de los mexicanos.en las, decisiones del sistema. Este principio indica que los servicios de salud no deben ser considerados una mercancía, un objeto de calidad o de privilegio, sino un derecho social. El acceso a ellos, por lo tanto, debe ser universal, y las prioridades fijarse exclusivamente en función de las necesidades de las personas y la efectividad de las intervenciones.

Implícitos en la democratización de la salud están también la obligación de los servidores públicos de rendir cuentas y el derecho de los ciudadanos a exigirlas. En este sentido, lo primero que debe garantizarse es el derecho de los ciudadanos a exigir que se haga efectivo el acceso incondicional a los servicios básicos de salud.

Para hacer realidad la democratización de la atención de la salud, México debe contar con un sistema al que tengan acceso todos los mexicanos, independientemente de su capacidad de pago, que responda con calidad y respeto a sus necesidades y expectativas; que amplíe las posibilidades de elección; que cuente con instancias sensibles y eficaces para la presentación de quejas, y con mecanismos de participación en la toma de decisiones. Democratizar es, en suma, construir un sistema de, por y para la gente.

Para enfrentar cada uno de los retos antes señalados, la presente administración se ha planteado cuatro objetivos principales: elevar el nivel de salud de la población y reducir las desigualdades, garantizar un trato adecuado a los usuarios de los servicios de salud; ofrecer protección financiera en materia de salud a todos los mexicanos, apoyando de manera prioritaria el financiamiento público, fortalecer el sistema de salud”52.

5) Otras referencias a la salud se encuentran en el cuadro de las Comisiones que atienden las prioridades nacionales y que alude a un “sistema integral de salud”53, en grupos sociales marginados y donde se ubica una tabla que contiene tasas de mortalidad infantil nacional y de la población indígena, 1990-199554 y otras salpicadas alusiones55.

6) En el capítulo 5 (Área de Desarrollo Social y Humano, Niveles de educación y bienestar), aparecen aspectos de la agenda OMS-2000 (gasto de bolsillo en atención a la salud), alusiones al tema de la calidad en términos del “enfoque Ruelas”56 (diagnósticos básales de calidad)57 y ecos de la agenda del Banco Mundial 2001 (“reforma integral” del sistema de pensiones), cuando afirma:

“Aún cuando la tasa de crecimiento poblacional va en descenso, dentro de los siguientes seis años la población se incrementará en 10 millones de habitantes. Por tanto, la demanda de servicios que presta el gobierno se incrementará y será especialmente alta en educación y salud. A este respecto, el aumento de la esperanza de vida, así como la transición epidemiológica, en la que las enfermedades crónico-degenerativas están reemplazando a las enfermedades diarreicas e infecciosas, representan un enorme reto para los servicios de salud, más aún cuando dos millones de hogares utilizan más del 30 por ciento de su ingreso en la atención a la salud, lo que implica un alto costo para el presupuesto familiar.

Los resultados del Diagnóstico Basal de Calidad realizado entre 1997 y 1999 en centros de salud y hospitales generales de la Secretaría de Salud, indican que el abastecimiento de medicamentos es insuficiente, y que el equipo en los hospitales es inadecuado y obsoleto. Además, hay un uso deficiente de los expedientes clínicos y un serio problema de falta de apego a la normatividad en el manejo y control de enfermedades. Otro indicador de problemas de calidad es la falta de certificación de las unidades de salud.

Por otra parte, es urgente una reforma integral del sistema de pensiones para darle viabilidad. En el Instituto Mexicano del Seguro Social y en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado existe un grave déficit en los fondos de reserva para el servicio de las obligaciones, además del crecimiento de los costos de operación, de modo tal que ambas instituciones enfrentan una situación de insolvencia. Esta crisis financiera ha obligado a absorber el fondo destinado a servicios sociales y culturales.

En cuanto a los servicios sociales, la creciente incorporación de las mujeres al mercado de trabajo hace necesario ampliar de manera significativa el servicio de guardería. En la actualidad, el IMSS atiende a 103.300 niños, mientras que el ISSSTE atiende a 34.270 niños, lo cual representa el 12 por ciento de la población potencialmente demandante: 289.059 infantes derechohabientes”58.

7) En el mismo capítulo 5 (Estrategias), además de otras menciones esporádicas a temas de la salud59 se formulan aspectos relevantes de la agenda OMS 2000 (protección económica), repeticiones del “enfoque Ruelas” de la calidad (trato digno) y puntos de vista generales de la agenda OMS 1999 (cuidado preventivo individual, familiar y colectivo), cuando afirma que:

“Elevar los niveles de salud, garantizando el acceso a los servicios integrales de salud con calidad y trato digno, fortaleciendo el tejido social al reducir las desigualdades y asegurando protección económica a las familias.

Asegurar el acceso a los servicios de salud y que los usuarios reciban un trato profesional y digno, que los satisfaga plenamente y que, al mismo tiempo, protejan la economía familiar de gastos excesivos, para fortalecer la cohesión social al reducir las desigualdades. Asimismo se buscará la participación responsable de la población en el cuidado preventivo individual, familiar y colectivo de la salud”60.

8) En el mismo capítulo 5 (Estrategias), aparece la agenda OMS 2000 (protección financiera), cuando sostiene que:

“Promover sistemas de seguro para proteger financieramente a las familias ante eventuales gastos extraordinarios en salud.

Diseñar y poner al alcance de la población modalidades de seguro público en salud que cubran no sólo los gastos que realizan las familias en insumos para la salud, sino que desarrollen programas de prevención y detección de problemas de la población asegurada, además de brindarles protección financiera ante erogaciones desproporcionadas e imprevistas”61.

9) En el capítulo 6 (Área de Crecimiento con Calidad, Antecedentes y Estrategias), a más de otras menciones incidentales62, se alude a la reforma zedillista de la seguridad social63 y a la agenda OMS 2000 (esquemas de seguros), cuando afirma que:

“Garantizar seguridad a los mexicanos en caso de enfermedades, accidentes, fallecimiento o pérdida de sus bienes es prioridad para el presente gobierno. Por ello, se crearán incentivos para que los esquemas de seguros se extiendan a la mayor parte posible de la población con criterios de seguridad, claridad en las condiciones pactadas y primas accesibles”64.

10) Otras alusiones al paso, pueden encontrarse en el capítulo 7 (Área de Orden y Respeto, Diagnóstico)65 y en el capítulo 8 (Compromisos con México), donde se afirma:

“Hoy más que nunca necesitamos un gobierno cercano a la gente. Ese fue el mandato del 2 de julio, del que no nos apartaremos. Nos toca trabajar con eficacia administrativa, no con arrogancia burocrática: con honestidad en el servicio, no con abuso en el ejercicio del poder; con visión de Estado, no con mezquindad; con la mira puesta en el beneficio común, no en los intereses personales o de grupo”66.

Pero la agenda ausente del PND foxista aparecerá, en consecuencia, de manera ruidosa y abrumadora en el Programa Nacional de Salud 2001-2006. ¿Responsable? Eduardo González Pier, Coordinador General de Planeación Estratégica de la SSA:

“La salud está íntimamente ligada al desarrollo de cualquier nación. Es decir, no se puede incrementar y consolidar un país competitivo si no se cuenta con esta herramienta básica de bienestar social. En México, por ejemplo, existen importantes desigualdades económicas que conllevan una deficiente calidad de vida.

En este sentido, cerca de la mitad de los mexicanos carecen de acceso a un sistema de salud óptimo, y para un gran porcentaje de ellos combatir una o varias enfermedades significa fuertes erogaciones a su economía. Sin embargo, existe un sector de la población que está imposibilitada para acceder siquiera a un tratamiento.

Ante ello, la SSA ha implementado mediante el Programa Nacional de Salud 2001-2006 una serie de estrategias, proyectos, planes y acciones con el fin de alcanzar una auténtica igualdad de oportunidades en salud.

Los proyectos encaminados a la mejoría en salud han sido desarrollados después de años de investigación. Por eso, ahora podemos mencionar los retos que surgieron a partir de, diversos estudios. De esta manera los tres principales retos son el de equidad, calidad y la llamada vinculación del desarrollo económico con la salud”67.

Seis. El hijo pródigo

Aunque pueda parecer increíble, no hay casi seguridad social en el PND, justo aquello que le sobró al PND zedillista68:

“La seguridad social tiene por finalidad garantizar el derecho a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo, así como el otorgamiento de una pensión, previo cumplimiento de los requisitos legales.

El gobierno de la República desarrollará y ampliará las modalidades de seguridad social: brindará una mejor atención a la población actual y a las nuevas familias que demandarán y tendrán derecho al servicio, y apoyará a quienes no tienen esta protección; mediante la concertación entre instituciones públicas y privadas, se buscará aumentar las oportunidades de acceso a las estancias infantiles para los hijos de las madres trabajadoras y mejorar así las oportunidades de participación de las mujeres en la vida productiva para elevar su calidad de vida”69.

¿Responsables?: Santiago Levy y Benjamín González Roaro (ISSSTE).

Y sin embargo el PND ofrece un Programa ¿institucional? para ella70. Tal vez ahí se expliquen las “modalidades de ampliación” contempladas así como el tipo de “concertación entre instituciones públicas y privadas”. ¡A esperar!

Siete. Del compromiso de las dependencias con las políticas públicas

El PND foxista también avanza respecto a los últimos 18 años de gobiernos priístas, cuando (en el capítulo 4, Gobernabilidad democrática) ofrece abiertamente que:

“Las dependencias promoverán procesos de deliberación colectiva relacionados con las políticas públicas. Respetarán y promoverán el pluralismo. Dejarán atrás procesos clientelares. Apegarán su conducta a su derecho… Las dependencias de la administración pública federal colaborarán para que la ciudadanía esté mejor informada y desarrolle habilidades y destrezas que le permitan promover sus intereses legítimos e incorporarse a los procesos de definición, ejecución y evaluación de las políticas públicas… Las dependencias estimularan el diálogo y la negociación, sin violar jamás la ley. Promoverán la construcción de convergencias políticas y sociales que hagan frente a los grandes desafíos nacionales. Acercarán procesos de toma de decisiones a las bases sociales. Asimismo, facilitarán el acceso a la información de fuentes oficiales conforme al marco normativo respectivo.

Los cambios son particularmente poderosos cuando surgen de la propia sociedad y es ella la que participa en su instrumentación y evaluación… En el proceso de desarrollo integral de México es tan importante la participación de los ciudadanos y la expresión de su voluntad respecto de programas y metas de las instituciones públicas, como la evaluación de los resultados que se obtengan”71.

¿Responsables? SSA: Julio Frenk; IMSS: Santiago Levy; ISSSTE: Benjamín González Roaro.

Ocho. Del federalismo

En el capítulo 4, (Federalismo), el PND manifiesta que:

“En el mundo moderno y globalizado en el que vivimos, es cada vez más evidente que la descentralización responsable y cuidadosa, basada en criterios de eficacia, respeto a la autonomía y equidad, rinde mayores frutos que la concentración de funciones, facultades y recursos, al mismo tiempo que facilita el ahorro de recursos, la eficacia y el desarrollo sustentable.

Para que un país tenga éxito en el nuevo esquema mundial, es necesario contar con gobiernos ágiles, responsables, con capacidad de respuesta y herramientas para enfrentar los retos que impone el desarrollo. Las estrategias para resolver necesidades y crear condiciones de desarrollo en cada localidad, deben quedar en manos de las entidades federativas y los municipios para llegar a un nuevo pacto federal que habilite a cada orden de gobierno para ejecutar acciones que respondan de manera inmediata y efectiva a las necesidades de la población, y que se traduzcan en una mejora en su calidad de vida.

Es necesario fortalecer el federalismo en México. Es la forma como el desarrollo de las diferentes regiones que componen nuestro vasto territorio puede lograr que las menos desarrolladas mejoren sus condiciones y que la Federación se vea fortalecida mediante un sano desarrollo regional.

En la medida en que se fortalezcan los mecanismos para acercar las decisiones de gobierno al ámbito en que éstas son requeridas, en esa medida será el grado de pertenencia que tengan para resolver los problemas o aprovechar las oportunidades de las localidades en cuestión, elevando de esta forma el impacto y la eficacia en el uso de los recursos y logrando mejores resultados para la población que cada vez demanda más y mejores satisfactores a sus necesidades.

El Ejecutivo federal está comprometido a acelerar el proceso de federalismo, la justa redistribución del gasto, la capacidad para generar mayores ingresos, así como el poder de decisión y de ejecución de obras y prestación de servicios públicos, hacia los gobiernos locales. Por ello, resulta indispensable fortalecer y respetar las autonomías estatales y municipales, reconociendo la capacidad de autodeterminación y ejecución de los órdenes de gobierno, habilitándolos para que sean los principales artífices de su desarrollo”72.

¿Responsables? SSA: Julio Frenk; IMSS: Santiago Levy; ISSSTE: Benjamín González Roaro

Nueve. Promesas, promesas y más promesas

Además, el foxismo ofrece que su PND 2001-2006 será evaluado por 60 consejos ciudadanos que:

“Tendrán como prerrogativa emitir recomendaciones y propuestas para mejorar, en su caso, los programas implantados por el Ejecutivo Federal”73.

¿Responsable? Rodolfo Elizondo y la Comisión Nacional de Evaluación y Seguimiento.

¡No es poco! Y no hay que soslayar que el propio documento prospere, respecto, a sus predecesores, al reconocer explícitamente (en el capítulo 2, La Elaboración del Plan Nacional de Desarrollo) que:

“Los avances, logros y retrasos de los programas constituirán el informe de evaluación del Plan Nacional de Desarrollo, que se prepara anualmente”74.

Y también que, como:

“Instrumento rector de toda la acción de la administración pública federal… es presentado para su análisis y discusión al H. Congreso de la Unión”75.

A lo que hay que agregar, que:

“Cada año se presentarán al Congreso de la Unión los programas operativos anuales de cada entidad de la administración pública federal”76.

Y, finalmente, que:

“La claridad en metas y objetivos, junto con la amplia disponibilidad de información tanto en el seno del propio gobierno como para la sociedad, permiten establecer una relación sistemática y transparente entre el gobierno y los ciudadanos para efectuar el seguimiento y la evaluación del desempeño de las entidades que conforman la administración pública y de sus funcionarios.

Para ello se creará un sistema de seguimiento y control, cuyo elemento central es el Sistema Nacional de Indicadores que mide el avance del Plan Nacional de Desarrollo en cada uno de sus objetivos y estrategias. Cada secretaría y organismo descentralizado definirá sus objetivos”77.

¡Veremos!

Diez. Sacrificio del votante medio y traición al voto sincero

Los escasos y deshilvanados cuerpos de políticas de salud que se incluyen en el PND, no revertirán las graves inercias qué legaran  los últimos 18 años del soberonismo priísta. Contribuirán con 6 años más de “política de la no política”: agudizarán, ahora bajo la forma de un soberonismo-foxista, las tendencias sectoriales ya descontroladas en curso y profundizaran la severa polarización del perfil de daños a la salud el México contemporáneo.

Mientras el votante medio ha sido sacrificado, el voto sincero ha sido traicionado. Ningún médico, ninguna enfermera o personal paramédico, ni ningún paciente: nadie, salvo tal vez algunas firmas, puede aguardar de éste PND algo mejor para su futuro mediato. En el sector salud, el foxismo no trajo “cambio” ni “alternancia”. Tan sólo la extensión del valle de lágrimas que ya era y seguirá siendo la arena de esta política pública. El ciudadano elector es, en realidad, el ciudadano súbdito de un costoso aparato de gobierno que hace tiempo dejó de controlar los asuntos de su competencia. A cambio del regular pago de sus impuestos, el ciudadano súbdito recibe casi nada.

Como bien apunta Robert D. Kaplan en La anarquía que viene. La destrucción de los sueños de la posguerra fría:

“Cómo y cuando votemos en los próximos cien años puede ser un detalle insignificante para los historiadores… una. elite con escasa lealtad al Estado y una masa aficionada a los espectáculos de gladiadores forman una sociedad en la que gobiernan corporaciones gigantescas y la democracia es hueca” 78.

En la pequeña galaxia que describe la administración pública mexicana de principios de siglo, la estrella llamada sector salud coincide exactamente con la imagen de un hoyo negro: un jardín abandonado al cual ya resulta incluso difícil acceder. Los responsables del “ramo” parecen haber acabado de abdicar de su función gubernamental79. Eso sí: con un vasto proceso electoral legítimo sobre los lomos.

Hace más de 18 años que nadie lo atiende: está virtualmente dejado a su suerte entrópica. El sector salud mexicano ilustra el guión de la política posmoderna: en él se combinan gobiernos vacíos y una fragmentación social creciente. Como premoniza Kaplan:

“La democracia es dudosa; la escasez es más segura”80.

¿Será el foxismo la alborada del nuevo medioevo sanitario? Sin duda muy temprano, ya ha llegado el tiempo de los otros. Su PND no es una carta de navegación capaz de trazar el Norte del primer sexenio del cambio y la alternancia del México moderno. Es, por el contrario, una carta de extravío, la mejor prueba de que entre el plato y la boca se cae la sopa.

Ahora tenemos claro que el foxismo ha perdido la gran oportunidad de ser una opción políticamente real para el México que lo aguardaba. Optó por ser una versión light del “más de lo mismo pero peor”: lo inercial y lo más sencillo. Por ello mismo: lo más tedioso. Su penosa iniciativa de reforma fiscal -copia desmejorada de México: Una Agenda Integral de Desarrollo para la Nueva Era del Banco Mundial-, lo prueba con suficiencia.

El PND no se atrevió a pensar el país que estaba listo para su oferta de cambio. Como consignara Cosio Villegas en La Crisis de México81, volvió a fallar la “revolución”, en este caso, frente a los intereses que la auparon para, luego, asfixiarla poco a poco.

Pero como llegó Fox, llegaran otras oportunidades, confiamos en que mejores. Es inevitable examinar sus garrafales errores: la fatal conformación del gabinete 82, sus iniciativas para el primer año de gobierno83, la hechura neopriísta del PND y la vergonzosa “plataforma de consultas” del tecnocrático PNS.

Votante medio y sincero siempre habrá. Falta que “la revolución” a que alude Cosío Villegas, aprenda a estar a su altura: que se comprometa realmente con el sentido del voto que seguirá clamando por el cambio.

Como en los tiempos de la caída priísta, hay ya que empezar a mapear los escenarios para los otros; para aquellos que armarán otro camino capaz de conducir digna y responsablemente la red pública.

Escribe el profesor Colomer que:

“Cuanto mayor sea el número de individuos que participen en la elección de los líderes y la toma de decisiones, mayores serán las oportunidades de que los grupos grandes desarrollen sus demandas y obtengan satisfacción con los resultados políticos”84.

Hay pues que esperar que ese mayor número de individuos sea cada vez más capaz de favorecer decisiones de abajo hacia arriba, rompiendo así las tentadoras e interesadas atrofias de que gusta disfrutar más de un parlamentario.

Pero como advierte el propio PND foxista en sus páginas iniciales:

“Seamos capaces no sólo de soñar, sino de trabajar con empeño para que nuestros sueños se transformen en realidad”85.

CITAS

1 Profesor e investigador, Departamento de Atención a la Salud, UAM-X.

2 La Jornada, 31 de mayo, 2001

3 Como bien señala la Organización Vértebra, fundada por Carlos Abascal Carranza, actual secretario del Trabajo foxista: a siete meses de iniciada la gestión del presidente Vicente Fox, el pueblo “comienza a decepcionarse y ya no confía tanto en las promesas” del mandatario, a quién, empero, no se le puede responsabilizar de los errores de la administración. Fox no puede “hacer maravillas” expresó Jesús Marcos Giacomán, presidente de Vértebra. Pidió darle “un poquito de tiempo” para que corrija los errores que se han cometido en este período y que atribuyó especialmente a los asesores del Presidente, La Jornada, 23 de junio, 2001.

4 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, México. Presidencia de la República, mayo, p.31.

5 Op. Cit, p.37

6 Op.Cit, p. 51

7 “La justicia y las capacidades básicas: Una crítica a los principios de justicia de John Rawls”, Bien Común y Gobierno, Núm. 64, marzo 2000, pp. 41-48

8Javier Brown César, “¿Por qué fracasan las políticas públicas?”, Bien Común y Gobierno, Núm. 67, junio 2000, pp. 59-69; Aminadab Rafael Pérez Franco, “Desarrollo Humano: hacia un consenso para incrementar el bienestar y generar oportunidades”, Ibid, pp.5-26; Teresa Villavicencio, “La política económica y el bienestar social en México 1990-1999”, Bien Común y Gobierno, Núm. 61, diciembre 1999, pp. 61-66

9 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, pp.51 y 52

10 Op.Cit, p. 52

11 Juan Pablo II (1994) Carta a las familias. Año de la Familia 1994, Edicep C.B., Valencia

12 El Comisionado para el Desarrollo Humano y responsable del Gabinete Social de la Presidencia de la República, José Sarukhán K., ha reiterado que en el PND “la educación es el tema central”, La Jornada, 29 de junio, 2001

13 La Jornada, 29 de mayo, 2001. Nota de Rosa Elvira Vargas. Véase también Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, Op.Cit, pp. 14 y 15.

14 Por ejemplo, hasta el propio A.Giddens ha confesado que “el mundo que habíamos imaginado no tiene nada con aquél en el que vivimos. Últimamente he estado estudiando la futurología de los años sesenta, y no he encontrado a nadie que supiese ver la llegada de la sociedad de la información. Ni siquiera los mejores especialistas en Europa del Este fueron capaces de prever la forma en que se produjo la caída del muro de Berlín”, El País, 19 de junio, 2001

15 Proceso, 27 de mayo, 2001. Nota de Rodolfo Montes.

16  Ibid.

17 La Jornada, 29 de mayo, 2001

18 Ibid.

19 Proceso, 27 de mayo, 2001

20 Deutsch, KW. (1993). Los nervios del gobierno, México, Paidós Studio Basica

21 Reforma, 16 de mayo, 2001. Nota de Ivonne Melgar.

22 Ibid

23 Ibid

24 Ibid

25 Denisse Dresser, “Pronasol y Política: Combate a la Pobreza como Fórmula de Gobernabilidad”, en Félix Vélez (Compilador), La Pobreza en México. Causas y Políticas para Combatirla, Lecturas del Trimestre Económico 78, FCE, México 1994, pp. 262-299; Denisse Dresser, “En busca de la legitimidad perdida. Pronasol, política y en el gobierno de Salinas”, en Gabriel Martínez (Compilador), Pobreza y Política Social en México, Lecturas del Trimestre Económico, 85, FCE, México, 1997, pp. 21-52.

26 “…Una de las funciones que debemos tener es trabajar con discreción, porque nuestra función no es operativa, es de coordinación y de pensar y de diseñar y de coordinar. Las funciones de los comisionados, en mi opinión personal, deben darse tras bambalinas, no en lo secreto ni subrepticiamente. Si no de manera tal que realmente quienes deben estar al frente de esto deben ser los operadores que son los secretarios de Estado”, Comisionado José Sarukhán, Proceso, 24 de junio, 2001. Nota de José Gil Olmos y María Scherer Ibarra

27 Gustavo Leal F., “Fox: un folklore que no conoce el silencio”, La Jornada, 27 de noviembre. 1999

28 Gustavo Leal F., “¿Elegir a su médico?”, La Jornada 8 de diciembre, 2000; “Por una salud sin tantos adjetivos”, L a Jornada 26 de diciembre, 2000

29 Informe final. Funsalud, México, enero, 1995

30 Y al cual siguió Observatorio de la Salud publicado por FUNSALUD en 1997.

31 Secretaría de Salud, 27 de febrero de 2001

32 Junto con la agenda “intermedia”, que el Dr. Soberón facilitó al gobierno foxista (La Jornada, 20 de abril, 2001) con vistas a su integración al Programa Nacional de Salud 2001-2006

33 World Health Organization, World Health Report 1999, Making a Difference. Ginebra.

34 Organización Panamericana de la Salud, OPS, Washington, 2000

35 Gustavo Leal F. y Carolina Martínez S (200 l), “¿En la ruta del Seattle sanitario?” La Organización Mundial de la Salud y su Informe sobre la Salud en el Mundo 2000? El Cotidiano, 107, UAM, México, pp.21-34

36 Grupo del Banco Mundial, Banco Mundial México, 28 de mayo, 2001

37 Mike Moore, Director General de la OMC, “Globalización: ¿novedad o continuidad”, El Financiero, 25 de mayo 2001

38 Mike Moore, Director General de la OMC, “La verdad sobre los servicios”, El Financiero, 12 de marzo 2001”, “La globalización es buena para la salud”, Reforma, 21 de junio, 2001

39 Rudolf Adlung, Antonia Carzaniga, “Health services under the General Agreement on Trade in Services”, Bulletin of the World Health Organization, 2001. 79 (4), WHO, Geneva

40 Carlos M. Correa, “Health and intellectual property rights”, Bulletin of the World Health Organization, 2001, 79 (5), WHO, Geneva

41 Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights

42 Presentado en la 89a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en Ginebra en junio del 2001. Este trabajo tiene como antecedente los siguientes estudios OIT-Organización Panamericana de la Salud (OPS): I) Panorama de la exclusión de la protección social en saluden América Latina y FI Caribe, 2) El gasto de bolsillo en salud en América Latina y El Caribe: razones de eficiencia para la extensión de la protección social en salud, 3) Elementos para el análisis comparado de la extensión de la cobertura social en salud en América Latina y El Caribe y 4) Síntesis de estudios de caso de microseguros y otras modalidades de protección social en salud en América Latina y El Caribe, todos publicados en diciembre de 1999. En el Informe sobre el trabajo en el mundo 2000, la OIT también se ocupa de los “sistemas de protección social bajo presión”.

43 Rafael Fajer García, Consejero Representante Patronal ante el H. Consejo Técnico del IMSS y Presidente de la Comisión de Seguridad Social del Consejo Coordinador Empresarial, Bien Común y Gobierno, Núm. 73, Diciembre 2000-Enero 2001, pp. 57-62

44 National Academy Press, marzo, 2001.

45 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, p.6. Cfr., también, pp.65-66

46 “De manera muy general podemos decir que el área de desarrollo social y humano trabajará para mejorar los niveles de bienestar de la población y desarrollar sus capacidades, acrecentar la igualdad e igualdad de oportunidades, fortalecer la cohesión y el capital sociales y ampliar la capacidad de respuesta gubernamental”, Op.Cit. p.6

47 Op. Cit pp. 19, 20 y 21

48 “La confluencia del envejecimiento demográfico con el cambio registrado en el terreno epidemiológico demandará profundas reformas en las estrategias, alcance, funcionamiento y organización del sector salud, impondrá fuertes presiones sobre la infraestructura económica y social; desafiará la viabilidad a largo plazo de los sistemas de seguridad social y exigirá una cuantiosa reasignación de recursos para proporcionar pensiones suficientes”, Op.Cit., p.22

49 Op. Cit, p.35

50 Op. Cit, p. 50

51 Op. Cit, pp. 49 y 50

52 Op. Cit, pp. 53 y 54. Todos los subrayados corresponden al original

53 Op. Cit, p. 66

54 Op. Cit, p. 78

55 Op. Cit.

56 Secretaría de Salud, Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario, Dirección General de Regulación de los Servicios de Salud, Dirección de Calidad de la Atención Médica (1997), Programa dé Mejoría Continua de la Calidad de la Atención Médica. Cuestionarios para el Segundo Nivel de Atención; Enrique Ruelas Barajas y Antonio Alonso Concheiro, “Tendencias a futuro de la organización de la atención médica en México, en J.Frenk (Editor), Observatorio de la Salud, Funsalud, México, 1997, pp.379-400; Enrique Ruelas Barajas, “Organización y dirección de los servicios de salud en contextos turbulentos”, en M. Bronfman y R. Castro (Coordinadores), Salud, cambio social y política, Edamex, México, 1999, pp.323-332

57 Y que formaron parte de la Cruzada Nacional por la Calidad de los Servicios de Salud, formando parte de las acciones de los primeros cien días del gobierno foxista al respecto, Presidencia de la República, 100 Días de Acciones, “Desarrollo Social y Humano”. Véase, también, Presidencia de la República, Avances de Actividades del Primer Semestre, 16 de mayo, 2001: Compromisos yAvances. Informe del Sector Salud. Véase; también, Gustavo Leal F., “Cuatro palabras: salvar la seguridad social”, La Jornada, 3 de enero, 2001; Gustavo Leal F., Andamos arando, dijo la mosca al rumiante”, La Jornada, 5 de febrero, 2001; Gustavo Leal F., Calidad, ¿una lidia sin torero?, La Jornada, 22 de febrero, 2001

58 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, p. 80

59 Op.    pp.84, 85

60 Op. Cit., p.82

61 Op. Cit., p.95

62 Op. Cit., pp. 119 y 120

63 Op. Cit., p.98

64 Op.    Cit., p.104

65 Op. Cit., p.139

66 Op. Cit., p.155

67 La Jornada, 27 de junio, 2001, Suplemento Investigación y Desarrollo, Núm. 98 año IX, dirigido por Manuel Meneses. Nota de Ma. Guadalupe Camacho. Respecto a la equidad, González Pier advierte que: “la salud es determinante en el desarrollo de las personas. Por ello consideramos que el principal reto que presenta el sector salud obedece a que la cantidad de recursos que le son designados a la población están distribuidos de manera muy desigual. Esta situación es terriblemente preocupante para el desarrollo de las comunidades y de las propias personas. Ante esta problemática, la SSA desarrolla el programa denominado Arranque parejo en la vida. El mismo está sustentado en diversos estudios e investigaciones sociales que arrojaron un preocupante resultado: la desigualdad comienza desde antes del nacimiento. Es decir, si la futura madre no cuenta con una buena alimentación, atención médica prenatal (por ejemplo, si no se le informa del daño que ocasiona el tabaco y alcohol) y tampoco cuenta con una adecuada hospitalización, el bebé nacerá ya con un deficiente estado de salud. Incluso, si la madre desconoce los beneficios que le brinda la leche materna a su hijo, no se la dará y el infante sufrirá de una importante desnutrición. Como consecuencia de tantas deficiencias, el menor empezará a presentar un bajo rendimiento de salud y, por tanto, disminuirá su desempeño escolar y con el transcurso de los años también el profesional. De esta manera se crean las desigualdades que continúan en un círculo vicioso de generación tras generación. Arranque parejo en la vida se enfocará a buscar garantizar una equidad desde el principio a cada mexicano. Es decir, desde antes de nacer.
El segundo reto del Programa Nacional de Salud 2001-2006 es la calidad en salud. Desde hace tiempo se tienen indicios de la casi nula importancia que se le ha dado a esta problemática. Por tales motivos, son muchos los pacientes y sus familiares que indican, en primer lugar, la austeridad que prevalece dentro de los hospitales en cuanto a material médico y equipo y, en segundo término, refieren que la atención es deficiente por parte de los prestadores de servicios. La SSA tiene como objetivo incrementar la calidad técnica y la llamada interpersonal. La primera está relacionada directamente con el área científica. Es decir, es aquella que tiene como base las herramientas médicas: prevención, tratamiento adecuado, óptima prescripción de medicamentos y quirófanos en buenas condiciones, entre otras. Por su parte, la calidad interpersonal se refiere a garantizar un trato adecuado por parte de médicos, enfermeras y todo aquél personal que de una u otra manera tenga contacto con los pacientes. Es lo que conocemos como calidez. Debido a la falta de calidad en los servicios públicos -que tienen su origen principalmente en los largos tiempos de espera para una consulta y en problemas con el abasto de medicamentos y equipamiento de los hospitales, los pacientes optan por abandonar su consulta o tratamiento y, en el mejor de los casos, acuden con un médico particular, lo que les genera un gasto importante en su economía.
La llamada vinculación entre el desarrollo económico y la salud es el tercer reto de la SSA y se refiere a todas aquellas problemáticas que afectan a la salud de los mexicanos, pero que están fuera del alcance de la secretaría. De los principales determinantes que dañan la salud de la población, un importante número de ellos no están bajo el control directo de la SSA. Por ejemplo, el agua potable es uno de los principales elementos para elevar la calidad de la salud de los mexicanos y, sin embargo, no está bajo el resguardo de las autoridades del ramo. Otro determinante reto es la educación. Se ha demostrado que las madres con más alto nivel educativo son las que registran menos mortalidad durante el parto, al igual que sus hijos. Se pueden enumerar otros ejemplos más: vivienda, alimentación, ecología tabaquismo. La salida es vincular a otras dependencias con el fin de fortalecer la salud de los mexicanos. Pretendemos unir esfuerzos coordinándonos con sectores de la economía que inciden sobre la salud de la población y que no están directamente bajo las autoridades de la salud. Es decir con las secretarías de Hacienda, Medio Ambiente, Desarrollo de la Vivienda y Educación Pública, entre otras, para brindar soluciones conjuntas en pro de la salud.
Los retos de equidad, calidad y vinculación del desarrollo económico con la salud tienen un sinfín de ramificaciones, que si no se comienzan a solucionar, la población seguirá padeciendo de injusticias en salud. Este es el comienzo de una nueva política de salud, necesitamos del apoyo de la población y de otras dependencias, unir esfuerzos en pro de una vida saludable para todos”.

68 No hay que olvidar que a partir de él se modificó la ley del IMSS en 1995, puesta en operación en julio de 1997

69 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, p.82

70 Anexo: Relación de temas para la elaboración de programas sectoriales, regionales, institucionales y especiales, Op.Cit, p. 157

71 Op. Cit., p.44

72 Op.Cit, p.45. Cfr., también, pp. 43 y 64

73 La. Jornada, 21 de junio, 2001

74 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, p. 9

75 Op. Cit p.10

76 Op. Cit p.11

77 Op. Cit.

78 Ediciones B Barcelona, 2000

79 Deutsch, Op. Cit.

80  Obras Completas, Clío-El Colegio Nacional, México, 1997, p.29

81 Cita Al respecto, véase también, Héctor Ceballos, “Francisco J.Múgica y la elección presidencial de 1939–1940”, La Jornada Semanal, 24 de junio 2001

82 Hasta el insigne panista Rodolfo Elizondo, cuadro cercano al PAN y más cercano aún al “equipo foxista de Los Pinos”, ha tenido que reconocer que: “me parece que desde el punto de vista de un Gobierno de transición el gabinete pudiera haber sido un gabinete más de transición: más elementos del PAN, más representación del PRI, y más inclusión del PRD, cosa que no se dio”, Reforma, 27 de junio, 2001

83 Por ejemplo, a Luis Felipe Bravo Mena, presidente del PAN, se le preguntó: “¿A Manuel Gómez Morín y Efarín González Luna les gustaría el Gobierno de Fox? Hay que ver sus discursos, sus tesis, por lo que lucharon, por lo que fundaron al PAN, y la acción de Fox, del Gobierno, me parece que va en esa mística, en esa inspiración, claro que adaptada a los tiempos de hoy” respondió, Reforma, 28 de junio, 2001. Nota de Ernesto Núñez.

84 Josep M. Colomer, Instituciones Políticas, Ariel Ciencia Política, Barcelona, 2001, p.14

85 Poder Ejecutivo Federal (2001), Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, p. IX

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