Andropausia, el fín de la virilidad
Jani Luna Gonzalez
12 de mayo de 2011

El urólogo del IMSS, Ángel Vélez Laguna, dijo que la andropausia es en el homre algo similar a la menopausia en la mujer: “es un proceso natural e irreversible; no tiene cura, no es enfermedad, pero tampoco defecto, simplemente es parte de una etapa más en el transcurso de la vida del varón, que literalmente quiere decir ‘fin de la virilidad’”.
En términos generales, estos cambios hormonales, básicamente en la testosterona, comienzan a ser evidentes en el transcurso de la cuarta década de vida, pero suelen presentarse en forma progresiva entre los 40 y 70 años.
Los síntomas pueden incluir insomnio, fatiga, ansiedad e irritabilidad; pérdida de masa muscular (alrededor de 10 kilogramos), deterioro óseo (osteoporosis); disminución de la capacidad visual y auditiva; caída y/o encanecimiento del cabello, aumento de vello en cejas y fosas nasales, arrugas y resequedad en la piel; crecimiento de la próstata con complicaciones urinarias.
Y, por supuesto, disminución de la libido (apetito sexual), principal motivo por el que se acude a consulta médica. Pero la andropausia no significa tan solo reducción en la actividad sexual, sino en distintas funciones de todo el organismo, cambios orgánicos que impactan la esfera emocional o psicológica del hombre, que pueden llegar hasta la depresión.
El doctor Vélez Laguna especificó que ante este síndrome, se pueden ofrecer tratamientos específico y sintomático. El primero, para el cual no todos los hombres son candidatos, sobre todo cuando padecen cáncer o problemas circulatorios, consta de un esquema de sustitución hormonal. El segundo será prescrito de acuerdo con los síntomas que refiere el paciente, por lo que se requiere de una evaluación integral.
Dado que ningún hombre está exento de padecer andropausia, el urólogo del Seguro Social sugirió que la mejor estrategia es asumir medidas paliativas desde la juventud, que ayuden a mantener la funcionalidad del cuerpo.
Resaltó la necesidad de practicar ejercicio cotidiano, que fortalece la masa muscular y ósea, así como evitar el consumo excesivo de alcohol –que afecta directamente la función del hígado y los testículos– y dejar el tabaco, en caso de que se tenga la adicción.
Muy importante es cuidar la alimentación, evitando en lo posible las grasas y azúcares, ya que la andropausia, como parte del envejecimiento del cuerpo, deteriora las arterias y éstas pueden irse “tapando”, lo que da paso a la ateroesclerosis (acumulación de grasa en las paredes de las arterias). Una dieta saludable ayudará a enfrentar en mejor forma estos cambios.
Si bien con la edad prácticamente todo hombre tendrá una disminución en los niveles de testosterona, dado que la pérdida hormonal es progresiva y a veces resulta imperceptible, el doctor Vélez Laguna subrayó que lo mejor es acudir a un chequeo médico, por lo menos una vez al año después de la cuarta década de vida, el cual debe incluir examen de la próstata y de la función hormonal, ya que sí es posible retrasar los factores que aceleran la aparición de la andropausia.

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