Cobra Fox la factura, ordena expedir el “paquete” de servicios de salud
Pagarán “los pobres” 100 veces más
de lo que recibirán por el Pa’ que te alcance
El perredista Ricardo Monreal se pone de tapete

Valentín Cardona
14 de mayo de 2003

La mañana del 13 de mayo último, Vicente Fox Quesada dio una estocada mortal a “los pobres” del país. Para ello organizó una “ceremonia” en la que “suscribió” un decreto por medio del cual “expidió” la reforma a la Ley General de Salud en Materia de Protección Social -seguro popular-. Y lo hizo en la “casa de todos”, en el salón “Adolfo López Mateos” de Los Pinos.
De un plumazo, el presidente instruyó a la legalización del engendro y de las llamadas cuotas de recuperación. Acabó, además, con la “obligación” del Estado de proporcionar salud a su pueblo, y eso, que se encuentra “consagrado” en el artículo cuarto de la Constitución como un derecho “fundamental”. Lo hizo flanqueado por representantes de los tres partidos “más representativos” de los mexicanos, el PRI, el PAN y el PRD.
El anuncio de Fox, en efecto, no tiene precedentes en la historia mexicana, ahora, los que quieran cuidar y atender su salud tendrán que pagar, para colmo, por adelantado. En otras palabras, el viejo sueño de Guillermo Soberón Acevedo, representante de la iniciativa privada de la salud en México y secretario de Salud con Miguel de la Madrid Hurtado, se hizo realidad bajo el gobierno “del cambio”.
En el festejo, Fox Quesada selló el pacto perverso entre el PAN y el PRI que fue notable en ambas Cámaras del Poder Legislativo. Para ello, se hizo acompañar por el priísta Fidel Herrera Beltrán y por el panista Armando Salinas Torre.
A Ricardo Monreal Ávila le tocó poner la cara en nombre de los perredistas, por cierto, y tal vez porque olvidó su nombre, el presidente se refirió a él como “el gobernador de Zacatecas”.
La coincidencia de los discursos priísta, panista y perredista, de plano incitan a la sospecha.
En un discurso elaborado con verdadera ciencia, pero ciencia ficción, Fox Quesada no vaciló en halagar a su gobierno, comparó tamaño logro -el del engendro llamado seguro popular- con la creación del IMSS y el ISSSTE.
De hecho, dijo, “esta reforma sienta las bases para cortar de tajo el círculo vicioso pobreza-enfermedad-pobreza, pues la falta de servicios de salud es una de las caras más dolorosas de la marginación y, al mismo tiempo, genera siempre más pobreza. Esta es la espiral perversa a la que ponemos fin con esta histórica reforma.”
Luego, Fox soltó una frase a la que no faltará quien proponga se inscriba en letras de oro en ambos recintos del Poder Legislativo, “la ley, cuyo decreto de expedición he firmado hoy, conducirá a México hacia la construcción de un sistema de salud que propiciará un desarrollo humano y social justo, incluyente y sustentable”.
Y sí. Debería de quedar inscrito como símbolo y para vergüenza de los legisladores que “quitaron el freno al cambio”.

SÍ Y SÓLO SÍ

Suyos son los discursos enredados que tratan a toda costa de tapar la realidad, en ese sentido, Fox mencionó: “… a partir de enero próximo, una vez que se cumplan las condiciones previstas por la Ley General de Salud, las familias incorporadas al sistema actual de seguro popular podrán, a partir de entonces, recibir una atención médica integral que incluye consultas, vacunas, medicamento, servicios hospitalarios y de urgencia, servicios de ginecología, pediatría y gerontología.”
Y siguió, “los fondos provendrán de un esquema tripartita, en el que el Gobierno Federal aportará la mayor parte, las entidades federativas una proporción menor y las familias una cuota acorde con su capacidad de pago.”
Remató: “de este modo, cuando requieran atención médica, hospitalización o cirugía, no tendrán que desembolsar un sólo peso adicional…”
En palabras entendibles, Fox condiciona a las familias que quieran “disfrutar” de atención médica “oportuna y adecuada”, a pagar por adelantado su seguro, bajo una fórmula engañosa: “su capacidad de pago”. Y en el que la “cuota” más baja será de 240 pesos al año. Es decir, si con el Pa’ que te alcance Fox ofrece un promedio de dos pesos con cuarenta centavos a “los pobres”, con el seguro popular les cobra 100 veces la “ayuda”, un Pa’ que te friegues, pues.
El anuncio del presidente no sólo es mortal para los pobres, según él, 45 millones, sino que se convierte en un freno total al llamado “genuino federalismo”. Y es que se “fortalece” de tal manera el “papel rector” de la Secretaría de Salud, a cargo de Julio Frenk Mora, que los gobernadores dependen casi en exclusiva del ánimo con el que se levante cada día el secretario de Salud. En suma, un poderoso instrumento de control político, y algo que olvidó comentar Monreal como “representante” de los gobernadores.
No es todo, aprovechando la marrullería de su discurso, Fox impulsó, también por enésima vez, el programa de su mujer, “Arranque Parejo en la Vida”. Y de regreso al tema de la celebración, mencionó que el seguro popular “se inició el año pasado como un programa piloto y, actualmente, ya tiene ‘más de 380 mil’ familias afiliadas.”
Lo cierto es que cada vez que Fox manipula cifras sale raspado. En efecto, es el caso del llamado “Segundo Informe de Ejecución” (SIE), elaborado por la Presidencia de la República para mostrar los “logros” del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006.
Impreso apenas en marzo pasado, el SIE no está aun en manos de todos los legisladores, pues Fox mandó a imprimir sólo dos mil ejemplares. En ese informe el presidente asegura con extremada precisión que el número de familias aseguradas, al hasta entonces no legalizado seguro popular, era de 295 mil 513.
Es decir, de una bocanada, Fox aumentó el número de familias afiliadas en casi 85 mil, aunque con precisión, “más de 380 mil” podrían ser los 45 millones de nadahabientes que Fox reconoce.
El seguro popular, asegura Fox en el SIE, es “un esquema de aseguramiento público y voluntario que ofrece a sus beneficiarios un ‘paquete’ de servicios de salud con intervenciones seleccionadas…”. Es la manera, insiste, de “enfrentar el reto de brindar protección financiera a toda la población”.

LAS VERGUENZAS

Y fuera la vergüenza, Fox se tiró de plano a decir mentiras, ni la humillación que le hiciera Fidel Castro, presidente de Cuba, lo acostumbró a decir la verdad.
Y es que Fox aseguró que “en un país democrático y plural, como el nuestro, los grandes cambios sociales sólo pueden lograrse mediante reformas estructurales producto de consensos alcanzados por las diferentes fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión”. Sin embargo, no hubo “consensos” en el Congreso, sino acuerdos aislados y oscuros entre PRI y PAN en ambas Cámaras para formar una aplanadora que literalmente pasó sobre cualquier discusión o razonamiento. El único consenso visible, fue precisamente el de la celebración en Los Pinos.
Por si fuera poco, en una cita que le envidiaría cualquier profeta y tal vez pensando en la transexenal y poderosa influencia de Guillermo Soberón y Funsalud, Fox dijo que la aplicación del seguro popular se extenderá “hasta el año 2010”.
Casi para finalizar, Fox refirió que el seguro popular es una “clara muestra de lo que podemos lograr sumando esfuerzos y voluntades por el bien de México”.
Y para sumar los esfuerzos ahí estuvo el gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, quien nunca se supo si se pronunció o no, a nombre del PRD.
Lo cierto es que en su discurso, Ricardo Monreal bandeó de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo, quiso quedar al centro pero no pudo. Terminó de tapete del poder.
Y es que el zacatecano reconoció, primero, “que el derecho a la salud está reconocido como una garantía individual en el artículo cuarto de nuestra carta magna”, pero arregló, “con la firma de este decreto se garantiza la atención a toda la población no derechohabiente…”.
Luego se dobló: “de manera corresponsable haremos frente a este nuevo reto y compromiso: la salud de todos”. Y, al mismo tiempo, reviró: “… esto se podrá hacer sólo si el Congreso de la Unión destine mayores recursos a las entidades federativas. En este momento, todos los estados de la República nos veríamos imposibilitados para enfrentar esta responsabilidad legal.”
Finalmente, el gobernador de Zacatecas se inclinó y rindió pleitesía al poder:
— Debo, en mi carácter de gobernador y ciudadano, felicitar es esfuerzo del titular de la Secretaría de Salud y su equipo, por la perseverancia, tolerancia, acercamiento y cabildeo a favor de esta reforma, sin ella y sin la voluntad de los diputados y senadores no se hubiese logrado y habríamos postergado peligrosamente esta decisión, quizá cuando fuera demasiado tarde.

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