Antonio Rosado: Indispensable cambiar al director del IMSS
“Tiene deseos de ocasionarle un problema al país”, asegura

Valentín Cardona
25 de Octubre de 2003

Para Antonio Rosado García, exsecretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), la firma a último momento del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) entre el IMSS y el SNTSS, la noche del pasado 15 de octubre, se trató de un hecho “inédito” en la historia del Seguro Social.
Es inédito, dice, “que el director se niegue a firmar una revisión de CCT a la que la ley nos obliga, que estuvieron discutiendo más de dos meses en la reunión de las comisiones representativas, y que al final salga con que no firma si no se accede a sus peticiones”.
Resume: “Me parece que es una falta de seriedad del director, que es una falta de entendimiento de su función, y un deseo de ocasionarle un problema a la seguridad social y al mismo país”.
En entrevista con Imagen Médica, Rosado García descarta las versiones que presumiblemente Santiago Levy ha hecho correr y que indican que desde el 4 de octubre y a través de la firma de un convenio, Vega Galina se habría comprometido con él a revisar el Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP). “Yo siento que dolosamente se ha tratado de interpretar como que el sindicato se había comprometido a hacer cosas, que sin que estar aprobadas por el Congreso, sería una traición a los trabajadores, lo cual en nuestra organización no se vale, no cabe”, ataja.
Y aclara: “Revisar no quiere decir modificar ni acceder a solicitudes o a la resolución de los problemas unilateralmente”.
Se dice que el RJP no es el causante del desfinanciamiento del IMSS, y de que hay un gran agujero financiero por la falta y disminución de las aportaciones patronales; entre otras, que ha habido perdón de deudas y convenios que los han favorecido, ¿qué opina?
— En la modificación a la Ley del Seguro Social, en 1995, se le quitó una parte de responsabilidad económica a los patrones por una decisión del entonces director, quien seguramente consideró, en base a los estudios actuariales y a sus cálculos financieros, que se les podía dar esa facilidad.
Nosotros en el Seguro Social no queremos, y yo creo que el pueblo de México tampoco quiere, que se les quite más de lo que se necesita para dar el servicio, pero también entendemos que no puede ser menos, porque entonces vienen las fallas y las carencias que estamos viviendo.
Yo creo que el Seguro Social necesita revisarse, no es una idea ni es una enemistad personal con nadie, pero me da la impresión de que el actual director no ha podido con el paquete, porque el Seguro Social es el mismo desde hace muchos años; las condiciones económicas del país las venimos viviendo hace 20 años por lo menos y nunca habíamos tenido este problema.
Es lógico que en el Seguro Social haya muchos trabajadores jubilados porque atendemos a 56 millones de derechohabientes, y no se puede pensar en un número menor de los profesionistas y los compañeros de las otras ramas que servimos para el desarrollo de las actividades de la institución.
Hay un afán que yo no entiendo -por la importancia del Seguro Social- de desvirtuar el trabajo, de desvirtuar la naturaleza de la seguridad social, de desvirtuar la importancia social que tiene el Seguro Social, y de tratar de desviar la opinión pública en contra del mejor servicio que hay en beneficio de los trabajadores de México y en beneficio general de la población.
Yo siento que debería revisarse verdaderamente, con mucho cuidado, la necesidad de cambiar a las autoridades del Seguro Social, porque al parecer, no le han encontrado el hilo a la madeja, una madeja que está enredada desde hace muchos años, pero que siempre ha sido posible sacarla adelante.
En 1999, cuando se firmó el Plan Integral de Calidad (PIC), Genaro Borrego y Ernesto Zedillo dieron a conocer cifras y dijeron que el IMSS estaba muy bien, que no había crisis, que era fuerte y que gozaba de finanzas sanas. Incluso dieron a conocer números del RJP y dijeron que estaban garantizados los recursos para nuevas y muchas generaciones.
¿Qué ha pasado?, ¿nos engañaron o en realidad en tres años de foxismo el IMSS ha decaído severamente?
— Indudablemente que es en el foxismo en donde se presenta el grave problema, porque si calculamos que el país para sobrevivir necesita crear un millón o millón y medio de empleos al año y contrario a eso, se pierden millones de empleos en los tres años del foxismo y aparte se hace una contención salarial que yo siento muy delicada, muy peligrosa, los salarios se han sujetados a términos verdaderamente insoportables, lo cual lleva a que las cuotas de participación de los patrones y los trabajadores al Seguro Social pues hayan decaído mucho.
Al mismo tiempo, un gobierno mal orientado permite que haya un aumento enorme en el costo de los insumos y de las medicinas que necesita el Seguro Social para su principal funcionamiento, que aunque no todo es servicio médico, sí es la parte más importante. Esto da como resultado una insuficiencia de recursos que lleva a que el Seguro Social cojee en su servicio.
En su opinión, ¿un cambio de esta mentalidad economista y administrativa en el IMSS sería buena?
— Es indispensable. Yo siento que ya el presidente de la República, dentro de la despreocupación con que ha manejado al país, dentro de su desconocimiento de los aspectos políticos de la administración pública, debe darse cuenta que en el Seguro Social no necesitamos un economista como director, necesitamos una gente con sensibilidad que no se dedique nada más a hacer cuentas, sino que calibre lo que representa para el país la salud y la seguridad de los mexicanos.
Que entienda que el Seguro Social es un organismo redistribuidor de la riqueza del país, que ha mantenido por muchos años la tranquilidad y la paz que debe cuidarse, que debe favorecerse y que debe atenderse en todo lo que vale, y entre ello, creo que el capital más grande de esta noble institución pues somos los trabajadores.
¿Cómo vio la noche del jueves 9 en el Congreso, cuando estuvo todo muy tenso, la entrada de la policía.?
— Yo entiendo que las revisiones de CCT en nuestro sindicato son siempre difíciles por el volumen de trabajadores que representamos, incuestionablemente que un Congreso compuesto por 925 representantes de 376 mil trabajadores debe de ser muy complicado. Y aparte, en la ciudad de México existe una tercera parte de esos 376 mil trabajadores, por ser una entidad con una densidad de población muy grande y donde están centralizados los mejores y más grandes servicios de la institución, así como la dirección del mismo.
Ese interés y esa preocupación de los trabajadores los obligaron a asistir a las puertas del Congreso para demostrarle su apoyo y su esperanza al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y a los Congresistas en general, sin dejar de reconocer que hay corrientes en el sindicato que son contrarias a lo que representa el CEN, que ahí se reunieron e hicieron lo que ellos consideran que es lo conveniente para sus ideas y sus intereses.
La entrada de la policía me parece que pudo ser una decisión de la Delegación en donde está el Centro de Convenciones, no creo que haya sido ninguna otra cosa, porque nosotros los trabajadores del Seguro Social nos hemos distinguido siempre, como se corroboró en la marcha gigantesca del martes, que no somos vándalos ni destruimos nada, y que si interrumpimos el tránsito fue por el enorme número de asistentes.
¿Cómo ve el escenario para el sindicato en marzo del año que entra?
— Yo siento que con su actitud, el doctor Roberto Vega se ha ganado el apoyo y el cariño de los trabajadores, ha demostrado ser un secretario general con los tamaños necesarios para enfrentar este grave problema, que conoce muy bien a la institución y a sus trabajadores, que se ha dedicado a servirles a ellos y que seguramente tendrá que bajar la discusión hasta los niveles mínimos de comunicación con sus representados y que de ello tendrá que salir la idea que tenemos todos los trabajadores del Seguro Social de lo que debe hacerse con el RJP.

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