2001: REPRESENTANDO A LA “MAESTRA” ELBA ESTHER GORDILLO
1.- ISSSTE:  gota de agua en  piedra ardiente1
 El  nombramiento foxista de Benjamín González Roaro como director del ISSSTE –quién  hasta el último día de la administración Zedillo se desempeñara como  subsecretario de Servicios Educativos del Distrito Federal en la Secretaría de  Educación Pública (SEP)-, fue recibido, justo a la puerta de sus nuevas  oficinas, con manifestaciones de jubilados y pensionados en demanda de bono  sexenal, vales de despensa de fin de año, otras prestaciones económicas y la  entrega de los mil 550 pesos suministrados en enero a los pensionados del IMSS.
   Unas  horas después, González Roaro comunicó que la situación de insolvencia del  Instituto se enfrentará con un “diagnóstico compartido” entre todos sus actores  “con pleno respeto a los derechos de los trabajadores y derechohabientes y de  acuerdo a las condiciones generales del presupuesto federal, para ver de qué  manera se puede traducir en la realidad”.
  Lamentablemente,  la Iniciativa del Presupuesto de Egresos  2001 que discute el Congreso de la Unión, proporciona un cuadro poco  optimista de esa “realidad”. El Poder Ejecutivo está solicitando un presupuesto  incrementado en 2.9 por ciento real respecto al ejercicio anterior: 43 mil 224  millones de pesos que incluyen 3 mil 469.9 millones para el FOVISSSTE, que  financiarían 18 mil 800 viviendas, así como mil 442 millones para el Sistema  Integral de Tiendas y Farmacias con precios preferenciales a la población. Y aún  así, estima el documento del Ejecutivo “no sería suficiente para cubrir los  costos crecientes de atención médica”.      
  Para  corregir el actual déficit financiero (9 mil 975 millones de pesos, ¡944 por  ciento más alto que el de 1990!), las cuotas que pagan los trabajadores al  Instituto tendrían que subir de 8 a 42 por ciento. Aunque el número de  cotizantes aumentó 64 por ciento en 20 años (de 1.4 millones de trabajadores en  1980 a 2.3 en el 2000), la cifra de jubilados creció 462 por ciento (de 68 mil  400 a 384 mil 500). 
  En  1980 había 21 trabajadores activos por jubilado. En el año 2000 hay 6. La  situación podría agravarse durante los próximos años: el promedio de edad de  los trabajadores públicos es hoy de 43.7 años con 16.3 años de servicio: 330  mil de ellos cuentan con los requisitos para jubilarse en cualquier momento  Durante los próximos 10 años, con un crecimiento anual del 7.5 por ciento en el  número de los pensionados y jubilados, el déficit podría alcanzaría 27 mil 139  millones de pesos (El Universal,  8/12).
   González  Roaro considera que las peticiones de jubilados y pensionados de la institución  “debió ser resuelta por la administración anterior” y que aunque la prestación  “no se ha dado en ocasiones anteriores, revisaremos la situación sabiendo de  antemano que hay un impedimento legal”. Y agrega conocer “las necesidades de  los trabajadores”, en particular de los maestros, grupo mayoritario en la  derechohabiencia del ISSSTE.
  En el  portal de la complicada agenda de González Roaro aguardan, entre otros: 1) la  previsible “aforización” de los trabajadores al servicio del Estado, 2) la  defensa del programa de vivienda del Instituto, 3) el adecuado manejo de los  fondos extras que para jubilados y pensionados del ISSSTE ha dispuesto el  Congreso de la Unión, 4) el nuevo diseño -junto con la Secretaría de Hacienda y  Crédito Público- para encarar el desafío que plantean los sistemas pensionarios  estatales, y 5) las presiones para “reformar” el Instituto del secretario de  Salud del foxismo, Julio Frenk, quién también preside su Junta Directiva.
  Otro  paquete lo constituyen las deudas con “la maestra” Elba Esther Gordillo, a  quién debe toda su carrera política, sus “relaciones” con el Sindicato Nacional  de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la “nueva” dirigencia encabezada por  el también gordillista Rafael Ochoa Guzmán; los severos conflictos por que  atraviesa la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado  (FSTSE) del cuestionado Joel Ayala y los propios del Sindicato de Trabajadores  del ISSSTE de José Luis Acosta.
  Con  todo, es claro que su gran pendiente es proponer acciones clínicas coherentes para enfrentar el estado poco menos que ruinoso de los servicios de  atención médica que le legara el proceso de “modernización y reordenamiento  integral” de la directora anterior, Socorro Díaz. Para este reto, un auténtico  quebradero de cabeza, el 2.9 por ciento de aumento real al presupuesto del  ISSSTE es apenas una gota de agua en la piedra ardiente.
2.- Un desencantado año después
Mientras en México el presidente Fox estima que “tenemos que crear  círculos virtuosos que alienten la participación privada no sólo en el terreno  de la salud, sino en todos los ámbitos de la vida”, en una pequeña ciudad  estadounidense que con dificultades alcanza 65 mil habitantes: Portland en el  estado de Maine, acaba de celebrarse un insólito referéndum –rabiosamente  atacado por la industria de las Organizaciones Administradoras de la Salud (Health Maintenance Organization)- que ha  confirmado, como antes sucediera en Maryland y Oregon, que una amplia mayoría  ciudadana -el 52 por ciento- favorece abiertamente la presencia de un sistema  universal público de salud que, por supuesto, sería más barato y eficiente que  el oneroso “sistema” actual.
  Pero Santiago Levy, por empeño de Fox,  director general del IMSS, se empecina en reformar la ley del Seguro Social  buscando sólo la viabilidad financiera del Instituto puesto “que sus pasivos laborales son equivalentes al presupuesto  global del sector salud”.
  Por su parte, los médicos y  enfermeras chiapanecos de la Sección 50 del SNTSS, denuncian que en 288 centros  de salud y 33 hospitales del Instituto de Salud del Estado de Chiapas (ISECH),  las condiciones de trabajo no podrían ser peores. El médico Francisco de la  Brena Vadillo desapareció desde el 25 de octubre cuando salió del hospital  donde trabajaba. Los médicos del ISECH han protestado por la negligencia del  gobierno estatal para esclarecer el hecho y las amenazas de muerte que han  recibido otros galenos por presuntos familiares de pacientes que fallecieron  por falta de medicamentos o de equipos. Y es que los nosocomios carecen de lo  más elemental: medicinas, camas, material quirúrgico y reactivos.
   Como  señala el doctor Rafael Rueda Aguilar, dirigente de la Sección 50 “por los  recortes presupuestales aplicados por el gobierno de Vicente Fox, hoy los  médicos andamos con las batas raídas, carecemos de guantes para las  operaciones, no existen sábanas en las camas, los aparatos están descompuestos  y no podemos brindar la atención que se merecen nuestros conciudadanos”.
   Sin embargo, el Programa para fortalecer la economía y la inclusión social divulgado por la Presidencia de la República el 8 de noviembre, comunica que el  ISSSTE “redujo entre 45 y 78 minutos el tiempo de espera en consulta externa  general de primer nivel” así como que la SSA instaló el Comité Nacional del  Programa Arranque Parejo en la Vida; presentó el Programa de Atención a la  Salud de la Infancia y la Adolescencia; anunció el Programa de Atención al  Envejecimiento; estableció el Consejo de Conducción del Programa Mujer y Salud  y dotó de micronutrimientos a 35 mil niños de 6 a 24 meses de edad al amparo  del Programa de Salud y Nutrición de los Pueblos Indígenas.
    Y aunque la SSA solicitó a la Secretaría de  Hacienda 28 mil millones de pesos para el Fondo de Aportaciones para los  Servicios de Salud que se distribuyen vía el Ramo 33, el proyecto de  presupuesto para el 2002 sólo contempla para él 25 mil 758 millones. De los 65  millones solicitados para el Programa de Comunidades Saludables se otorgan 50  y, de los 605 millones requeridos para el Programa de Salud para Todos (Seguro  Popular), se han presupuestado 202 millones de pesos, apenas 50 millones más de  los que contó en el año que termina.
  Julio Frenk, secretario de Salud,  cumple pues sus primeros 12 meses a cargo del despacho curándose en salud: “es  irresponsable e irreal hacer ofertas que no estén sustentadas financieramente”.  ¿Por qué entonces no ajustó a ese realismo la folklórica oferta de campaña de  la Alianza para el Cambio en que  luego se montó para imponer su tecnocrático Programa Nacional de Salud? ¿Dónde  quedó la mercadotécnica frase acuñada desde el “equipo de transición” en la que  ofreció “más salud por el dinero”?
   Aún así, para el presidente Fox después  de un año “hay importantes avances en derechos humanos, desarrollo, educación,  salud, empleo e ingresos”. No cabe duda que el costo que hay que pagar por el  gobierno del “cambio”, empezó con ese gabinetazo y sus indigentes acciones.
   En materia de salud y seguridad  social, después de 18 años de “políticas de la no política” a cargo del último  ciclo priísta, esas acciones “hoy, para el México del futuro” constituyen el  año 19 de la continuidad. Con el penoso agravante de que en el año 19, ellas  traicionaron también el mandato de cambio manifestado el 2 de julio del año  2000.
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    1 La Jornada, 21 de diciembre, 2000