El  siguiente artículo del profesor e investigador de la Universidad Autónoma  Metropolitana, doctor Gustavo Leal Fernández, fue publicado en el periódico La Jornada el sábado 7 de enero que  corre.
 Por  considerarlo de interés e importancia para sus lectores, Imagen Médica lo  reproduce íntegro.
Catapún: un levismo sin Levy
Gustavo Leal F.*
Fernando Flores Pérez fue  designado director general del IMSS el 3 de octubre de 2005. Sustituyó al  responsable de la más incompetente y corrupta administración en la historia de  esta noble institución: Santiago Levy. 
    Después de desempeñarse  -en los tiempos priístas- como subdirector administrativo de la gestión García  Sainz, levó anclas con él hacia Mexicana de Aviación (1991). En el sector aéreo  permanece 13 años. Ya con la alforjas bien forradas, fue rescatado por el  entonces secretario de Trabajo Carlos Abascal, quién lo nombró subsecretario,  representante ante el Consejo Técnico y luego lo catapultó a la dirección del  IMSS.
    Además de “negociar” -a  larga distancia- el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de sus trabajadores  (buscando “evitar” una requisa que tanto se acariciaba desde Los Pinos) y  ofrecer, ¡el 18 de octubre!, que en “15 días” se presentaría un magno “proyecto  de ingeniería financiera” -hasta ahora invisible- ¿qué más ha hecho en esos  tres meses?
    Poco, casi nada. No ha  renunciado a cobrar el insultante salario que se autoasignó Levy (213 mil pesos  mensuales) y tampoco da muestras -salvo por el relevo de algunos funcionarios-  de siquiera tomar cartas sobre las presuntas corruptelas escandalosas de la  élite-Levy. 
    A pesar de haberse  comprometido a “investigar” las denuncias de corrupción y “revisar” los  procedimientos de compra de medicamentos a empresas distribuidoras así como  “restablecer” la credibilidad y el prestigio del organismo, la compactación de  la estructura administrativa del IMSS -aprobada por el Consejo Técnico el 27 de  octubre-, pareciera haberse diseñado para no transparentar las presuntas  irregularidades de esa élite-Levy en, al menos, cinco áreas estratégicas.
    Por orden de importancia  y tamaño se ubica, primero, el área que adquiere los bienes informáticos -Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico- entonces a cargo de Luis  Miguel Chong, a quién la SFP suspendió por irregularidades en la evolución de  su declaración patrimonial.
    Sigue el área de Obras (Coordinación de Construcción y Planeación Inmobiliaria) -dentro de la  Dirección de Administración y Calidad- a cargo de Ernesto Camacho Jasso, quién  estaba bajo el mando de Luis Guillermo Ibarra (ya relevado).
    En tercer lugar, está el área de  abasto en sentido amplio (Coordinación de Abastecimiento y Equipamiento)  -en la Dirección de Administración y Calidad- que incluye la factura de  medicamentos, y que estuvo a cargo de Margarita Villafaña, junto con Maria  Elena Blanco, ambas bajo el mando de Luis Guillermo Ibarra (ya relevado).
    En octubre de 2005,  Víctor González Torres informó a Flores que 61 por ciento de las compras  realizadas en 2004 se hicieron a empresas distribuidoras, es decir a  “revendedoras de medicamentos” y que ésta denuncia había sido presentada, por  primera vez dos años antes, aunque Levy. “la ignoró”. Desde entonces la  “corrupción se incrementó”: hoy se fugan 5 mil MP en adquisición de medicinas”.
    Luego aparece el área  de ingresos (Unidad de Fiscalización y Cobranza) -dentro de la Dirección de  Incorporación y Recaudación- a cargo de Juan Manuel Jiménez Illescas, bajo la  responsabilidad de José Antonio Alvarado, también autor del más que  controvertido SIAREFI.
    Finalmente aparecen las  nefandas UMAES (Coordinación de Unidades Médicas de Alta Especialidad) a  cargo de Héctor Aguirre Gass, y el manejo de fondos de investigación (FOFOI) -en la Coordinación de Investigación en Salud-, con la participación  del Dr. Martínez Cairo. Todos ellos, bajo el mando del director de Prestaciones  Médicas de Levy, Onofre Muñoz.
  ¿Encubre Fernando Flores  a esta casta? ¿Lo hace a través de Sergio Salazar, el panista responsable de la  recién creada y monumental Dirección de Administración y Evaluación  Delegacional que manejará en el electoral 2006 un presupuesto que supera los  ¡120 mil MP! y sospechosamente asume las funciones de las Direcciones de  Calidad y Personal? Además de su estrechísima colaboración con el turbio Levy y  la cercanía con Fox ¿está aprovechando Salazar esos recursos y mando sobre los  delegados para impulsar la candidatura de Felipe Calderón desde el IMSS?
    Si no quiere pasar a la  historia como encubridor, Flores dispone aún de diez meses para indagar; de ser  el caso, fincar responsabilidades y, sobre todo, disculparse con los  trabajadores por los insultos que les profirió Levy. No basta con remover  algunos funcionarios.
    Pero Flores tampoco  aprovechó su primera comparecencia en el Senado (22 de noviembre) para  deslindarse con corrección de la incompetente gestión-Levy. Sentó ambigüamente  algunas “diferencias” que todavía está obligado a precisar: ¿por qué “se”  magnificó el pasivo laboral? ¿por qué es un fracaso la “reforma” Levy a los  labriegos? ¿por qué “se” responsabilizó del pasivo a los trabajadores del IMSS?  Entre muchas otras.
    Eso sí, como “estilo” de  “gobierno”, Flores empieza a seguir los fracasados pasos de Levy: maquillaje de  cifras, distorsión de los problemas, renuncia a actuar sobre lo que  efectivamente los determina y, si es preciso, hasta falsear la realidad. Visitando  la ANAFAM, Flores se atrevió a sostener que el desabasto “ha dejado de  existir”!! El surtimiento, agregó, es “oportuno” y se ubica en “97 por ciento”  en el primer y segundo nivel. Y en “algunas” UMAES, remató, el “abasto llega a  ser del 100 por ciento”. ¿Ignorancia interesada o vil cinismo? 
    Al día de hoy, el saldo  de la “gestión” Flores se reduce a un levismo sin Levy y manos libres para el  panista Sergio Salazar. Pero como Levy, Flores pagará, tarde que temprano, la  factura.
* Universidad Autónoma  Metropolitana – Xochimilco