Navarro Quintero: Vivimos una reedición de la conquista
Entrevista con el senador Miguel Ángel Navarro Quintero

Jani Luna González y Valentín Cardona
23 de Enero de 2001

 

Miguel Ángel Navarro Quintero fue secretario de salud en el estado de Nayarit, delegado del ISSSTE. Egresó como médico del Instituto Politécnico Nacional y luego, hizo la especialidad en el Hospital 20 de Noviembre.

Hoy, como senador de la República por el PRI, desmenuza al sistema de salud actual y advierte sobre los graves riesgos de llevarlo adelante sin reformas ni consultas.

Navarro Quintero ubica al niño como el "indicador social" más sensible. Resume:

— El indicador social mas sensible desafortunadamente es el niño, porque en el niño, un gobierno sólido genera tasas de mortalidad muy bajas. En gobiernos a veces fallidos las tazas de mortalidad que primero se presentan y primero se van incrementando son las de la niñez.

El también secretario de la Comisión de Salud y Seguridad Social del Senado, advierte:

— Cuando en una sociedad muere un familiar adulto o menor cuando pudo haber sido prevenida o curada la enfermedad, se genera un resentimiento, y no podemos nosotros permitir que se vayan formando ‘resentidos sociales’ por la falta de posibilidades económicas, de ser escuchados, de ser prevenidos, de ser curados.

En la actualidad, en el proceso de mundialización que vivimos, vivimos una reedición de una conquista, de globalizadores y globalizados, y México es un país globalizado, conquistado nuevamente y que está perdiendo soberanía a pasos agigantados. Lo mismo en el área alimentaria, que en el área de medicamentos o que en el área de otorgar servicios de salud; servicios de salud que nos quieren llevar a un callejón donde aceptemos los seguros médicos sustituyendo a las instituciones de seguridad social y de salud del país.

Agrega:

— En el caso de alimentos, nos van a llevar a que nuestros productores, nuestros ejidatarios, dejen sus tierras para que lleguen las grandes corporaciones o nos invadan los alimentos que vienen de otro país, y, cuando no produzcamos nada, nos los van a vender al precio que ellos quieran como sucede hoy en día con los medicamentos.

En Argentina, donde la industria farmacéutica está en manos del capital extranjero, si no hay dinero no les vende. Eso es dejar la salud y la vida de la gente a las leyes del mercado. El que tiene dinero, tiene derecho a curarse y a vivir, el que no, es excluido.

Ese dramatismo social nos hace ver que hoy en día se vive en gobiernos sin corazón, los gobiernos sin corazón desafortunadamente únicamente dan posibilidad de que viva el que tiene dinero, y esa, es una lucha que tenemos que dar, definitivamente.

— ¿Qué nos puede decir de Guillermo Soberón?

— Es un hombre que tiene un lugar en la historia de las instituciones académicas y de las instituciones de salud, que ha tenido un ciclo que yo creo, va de la mano de la presencia de las instituciones de la República, pero él deberá estar también atento a ese ciclo de productividad, hasta qué momento llega y es conveniente mantener, para dar paso, no para extinguirlo de ninguna manera, pero para dar paso a nuevos ciclos, sí, inclusive de personas, de académicos, de servidores, en los que él haya participado en su formación.

— ¿Cómo en el caso del doctor Frenk?

— Yo diría que en muchos: Sepúlveda, Frenk, antes el doctor Kumate, el doctor De la Fuente, el doctor Narro… Yo creo que ha habido una playa inmensa de personajes de la salud que se han formado a su lado y que pueden ser una veta importante para el futuro.

Creo que México y en particular sus instituciones y a través de sus hombres, ha generado una experiencia propia que nos debe de llevar no únicamente a ser copias fieles o de mandatos que impongan organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, que pudieran influir hacia programas a través de la Organización Mundial de la Salud o a través de la Organización Latinoamericana o Panamericana de la Salud.

Creo que México, en base a su experiencia, debe de ser capaz de crear su propio modelo de salud y de ninguna manera prestarse a experiencias externas, ese es el gran compromiso de gente como Soberón, de gente como el doctor Frenk, de gente como el doctor De la Fuente, de generar resistencias al ser invadidos de modelos extranjeros que distan mucho de conocer la realidad de nuestro país.

— Esos ciclos y esas generaciones que han surgido mantienen la misma problemática, son las mismas políticas o copias de otros países, ¿cuándo se va a dar ese cambio?

— Yo creo que en la pluralidad y en la democracia es cuando más estamos obligados. Antes, teníamos un presidente que era el gran legislador, un poder ejecutivo que penetraba a través de la fuerza que tenía su partido con los legisladores y el determinaba en el ejercicio de las políticas públicas, pero también en el marco normativo de las políticas públicas. Hoy no, hoy en día se habla de un Congreso cuya conformación nunca se pensó, un Congreso que debe de representar la aspiración social, la demanda social, que debe de empezar a conformar también el perfil de salud del país en otro proceso que estamos viviendo, en otro ciclo político donde la democracia nos da la oportunidad de cumplir. ¡Ahorita es el momento!

Antes, yo creo que se vivieron momentos de alta sensibilidad social que después se demeritaron por acatar políticas internacionales impuestas, sí, no fuimos capaces también de oponer resistencia, fuimos sumisos, fuimos débiles en tratar de oponernos a ellas. Hoy el Congreso al erigirse como un poder de la nación, con un poder real, tenemos la posibilidad de generar esas resistencias a que las instituciones de salud no se privaticen, a que las instituciones de seguridad social cumplan sus objetivos en su gama de prestaciones y de servicios que otorga, pero yo no estoy de acuerdo, definitivamente, en aceptar de manera sumisa, de manera servil, lo que impongan las políticas internacionales que muchas veces están muy alejadas de las necesidades del hombre.

— La resistencia, ¿es todo lo que puede hacer el poder legislativo?.

— No, yo creo que deberemos nosotros de participar activamente -ahí viene la reforma política para la conformación de los planes nacionales de los programas sectoriales-, y no ser únicamente espectadores de ellos, donde el poder ejecutivo únicamente decida al margen de la representación popular -que es el Congreso de la Unión-, y otra cosa más; las circunstancias de evaluación del ejercicio de gobierno en las instituciones de salud y seguridad social y de su cumplimiento de metas intermedias y de metas finales. Porque a veces, únicamente valoramos o evaluamos los edificios que se construyen; pero no los indicadores que reflejan un verdadero avance en materia de salud.

La descentralización que se ha llevado a acabo es un buen paso a generar responsabilidades locales en los estados y municipios, pero no es para generar una anarquía donde cada estado de la República haga lo que quiera; sino que la República en el Congreso y en particular en el Senado, pueda evaluar en base a indicadores de proceso e indicadores de resultado, los avances que hay en materia de salud, la disminución de enfermedades, la prevención de enfermedades, la disminución de mortalidad por áreas o por rubros específicos. Creo que el poder legislativo tiene mucho que hacer, demasiado qué hacer.

— El distanciamiento entre el secretario de Salud y el poder legislativo, ¿a qué se debe?

— Creo que un proceso de adaptación que en base a la ley, en base al marco constitucional tendremos nosotros que hacer aterrizajes, sí, porque el distanciamiento real en ocasiones que existe entre el secretario de salud, como cabeza del sector, y el poder legislativo no nos perjudica a los actores, perjudica al pueblo.

— El seguro popular simplemente se impuso, luego vinieron las repercusiones, ¿qué se puede hacer?

— Es muy cierto, es una situación que no debe permitirse, es un reflejo de una falta de respeto, sí, a la representación popular que nosotros sustentamos; porque aquí hay una responsabilidad delegada del presidente de la República y nosotros tenemos encomendada una responsabilidad directa del pueblo, entonces, él, por respeto institucional, debe de venir a presentar al poder legislativo los planes y los programas antes de ponerlos en marcha y no después de haberlo hecho.

— ¿Se podrá romper la inercia de este año, ese comportamiento de hacer las cosas sin consultar a nadie?

— Debemos de hacerlo, no dejarlo a la posibilidad. No se trata de medir fuerzas entre poderes, sino de poder conjuntar lo que ambos representamos para dar mejores resultados. A veces, a mayor nivel jerárquico, sobre todo en el poder ejecutivo, hay un mayor aislamiento hacia los problemas de la ciudadanía, fue una situación que reclamamos en lo particular y como Comisión, como el hecho de que el secretario de Salud se hubiera sumado a la reforma fiscal perdiendo el sentimiento humanista ante el interés económico.

Creemos definitivamente que el doctor Frenk debe de preservar el ejercicio mismo de la salud y debe de tener indicadores directos de la población, ¿y cómo es la mejor manera de tenerlos? Es a través de los legisladores.

A nosotros nos dicen que no hay medicamentos en el sector público, a nosotros nos dicen que el medicamento ha subido desmesuradamente de precio, a nosotros nos dicen que de acuerdo al nuevo perfil epidemiológico del país, que están muy lejanos los servicios de salud para tratar a un enfermo de corazón o a un enfermo de cáncer lo que indica que el proceso de regionalización operativa debe de volverse a revisar.

¿Qué hacer? A través de nosotros él deberá estar sensible del aumento de una cobertura real en materia de salud y de una calidad que se lleve a cabo en todo el territorio nacional, entonces, yo creo que es una experiencia directa que nosotros tenemos hacia el poder ejecutivo y no tener ese aislamiento que muchas veces nos vuelve no solamente alejados, sino insensibles a la problemática real social.

— ¿Cuándo se van a Colombia?

— Hemos estado platicando, porque en Colombia existe un modelo de salud fallido, como existe en Chile, como existe en Argentina, un modelo neoliberal en materia de salud y de acuerdo a lo que he comentado debemos de sacar focos preventivos antes de irnos a lamentar y antes de que las instituciones de la República caigan en la tentación de la privatización en salud y seguridad social, y, con pruebas señalarles que esas experiencias han sido fallidas en diferentes países del mundo.

— ¿Ese es el motivo?

— Sí, ese es el motivo. Es el motivo principal, porque ahí hay un lamento de parte de los actores sociales y de los actores políticos y también del gremio de la salud, del gremio médico y de enfermeras hacia el modelo que han dirigido hoy en día sus esfuerzos nacionales.

Navarro Quintero, quien también ocupó un lugar en la Cámara de Diputados en la pasada legislatura, hace una pausa -permítanme salir del tema, dice, y expone:

"Hoy hay lamento de la privatización de las áreas como la energía eléctrica o de las áreas como la industria petrolera, yo creo que México está en un momento en que podemos lamentarnos de muchas cosas que han sucedido, pero podemos prevenir de muchas que pudieran suceder, una de ellas es la salud y seguridad social y definitivamente yo de manera personal estoy a favor de un proyecto nacionalista en materia de salud, un proyecto humano, un proyecto que definamos los mexicanos en base a una experiencia, pero estoy en contra de los intermediarios, de los organismos internacionales, esos que en lugar de servir a los intereses nacionales sirven para aterrizar políticas de esos intereses que han fracasado en otros países."

— Esos planes los van a realizar cuando regresen, ¿y luego?

— Precisamente ahorita ya lo pusimos en práctica con las reformas al Seguro Social, donde trataban que la cobertura potencial en materia de la prestación en salud se pudiera otorgar a través de seguros médicos privados, a través de permitir que existieran convenios cruzados con instituciones no solamente de la República sino con instituciones privadas para el otorgamiento de servicios de salud.

Yo creo que no es conveniente dentro de una institución y en particular dentro de un hospital estar vendiendo servicios de salud de manera privada y estar otorgando también los servicios de salud a los que tienen derecho a la seguridad social, son áreas muy definidas, si bien es buena la inversión privada no debe de ir en menoscabo de las instituciones de la República, no debe de ser. Estas propuestas iban dentro de las reformas al Seguro Social, inclusive en parte de la que nos enviaron a finales del mes de diciembre tenía el hecho de que, en la declaración anual de impuestos, pudieran en un momento dado justificarse únicamente los servicios médicos que se hubieran otorgado a través de instituciones de seguros médicos privados y ya no los que se reciben de manera directa con cualquier facultativo, o sea, trataban de inducir hacia el otorgamiento de servicios médicos a través de las instituciones de seguros que han penetrado con su comercio en materia de salud a lo largo y ancho de todo América Latina y que lo tratan de hacer aquí en México.

¿Qué debe de estar? Sí, pero no como una situación forzosa, sino como una situación voluntaria de los ciudadanos y no sustituir, insisto yo, a las instituciones de la República. Y habremos de ir también como ya evitamos en parte hacia las pensiones,

a las pensiones les deben de brindar un blindaje, para que el día de mañana no vaya a haber un FOBAPROA de las pensiones.

— Precisamente Santiago Levy acaba de pronunciarse sobre las pensiones, ¿es real o parte de una pugna?

— Hay un problema real, creo que en el México que hemos creado todos, debemos de hablar totalmente con la verdad, me voy a salir para darle un ejemplo: no es posible que para generar una privatización de las áreas de la energía eléctrica, se diga que ya pronto nos va a hacer falta aumentar la cobertura, que no tenemos dinero y que por lo tanto tenemos que privatizar. No es posible que se presione para tomar modelos privados aún más profundos acerca de un sistema de pensiones, porque si bien el Seguro Social ya se incorporó en un nuevo sistema a partir de 1997 -con las reformas de 1995-, se vaya a hacer con el ISSSTE, no podemos, tenemos que revisar la garantía que existe actualmente.

Por eso, uno de los pendientes es citar también al encargado de la CONSAR, para ver, para visualizar como están los fondos pensionarios. ¿Quién maneja hoy en día esos fondos pensionarios? Una banca que no es solamente privada, sino extranjerizada, y que esa banca extranjerizada le presta dinero al país para los programas sociales. Debemos nosotros, en primer lugar, tener las garantías de que esos fondos estén dando los rendimientos que necesita; en segundo lugar, que no vaya a haber el día de mañana -lo vuelvo a repetir-, un desquebrajamiento del sistema pensionario al que vaya a ir al rescate nuevamente el pueblo de México por su ineficiencia y en tercer lugar, que esos fondos pensionarios no sirvan para que lucren las instituciones bancarias privadas y extranjeras del país, sino que en realidad pudieran ser administradas por el propio Estado mexicano, son las grandes situaciones que hemos visto en Sudamérica.

— ¿Cómo ve al ISSSTE?

— Mal, mal. Tiene en el área de pensiones un déficit anual de 12 mil a 13 mil millones de pesos que se subsidian, el área de servicios médicos también está mal, hay una gran queja de los derechohabientes por la falta de medicamentos, por la dilación muchas veces en diferentes procedimientos y por la falta de modernización de la tecnología necesaria para diagnósticos y tratamientos en el área medica. Tenemos la urgente necesidad de reconstruir y hacer una reingeniería del sistema de salud y seguridad social.

—¿Piensan hacerla en esta legislatura?

— Tendríamos que poner las bases sólidas para hacerlo, máxime que vamos casi de la mano durante los seis años -en particular el Senado- con el ejecutivo federal, nosotros terminaremos las funciones en septiembre del 2006 y el presidente de la República tres meses después.

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