Experimentos con humanos en el Hospital General
El "lado oscuro"


Roselli Reyes Cuevas
21 de mayo de 2001

 

El 29 de marzo, el secretario de Salud, Julio Frenk Mora, recibió de Noé Vargas Tentori, jefe de la Unidad de Neurocirugía Adultos del Hospital General de México (HGM), una denuncia donde expone el tema de "la corrupción en la investigación biomédica en seres humanos".

En el documento de 10 cuartillas, Vargas Tentori advierte a Frenk Mora que "a espaldas de su discurso, se encuentra el ‘lado oscuro’ de la administración en el ejercicio profesional de la medicina, la corrupción en la investigación biomédica en seres humanos, encubierta, protegida, avalada, propiciada y disimulada en el Hospital General de México, por su director general Francisco Higuera Ramírez, el director general adjunto médico Rafael Gutiérrez Vega, y por el director de investigaciones médicas Rubén Burgos Vargas, absolutos responsables, quienes con una conducta omisa, con pleno conocimiento y a sabiendas, permiten y autorizan que médicos en su trabajo profesional de investigación, no asuman su responsabilidad ética…"

En entrevista exclusiva para Imagen Médica, y de su conocimiento los hechos que se le imputan, Francisco Higuera Ramírez responde:

— Vargas Tentori también está acusado de lesionar pacientes y de causarles la muerte… A mí, me puede acusar el doctor Vargas Tentori que yo solapo, el problema –dice-, es que el doctor ya tiene años en el hospital, y yo; tengo dos años como director.

— ¿Esos problemas ya los heredó usted?

— Ya. Tienen un proceso, desde la Junta de Conciliación y Arbitraje; un proceso en la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam); y en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed). Y ahí están los procesos, no quiere decir que yo los enmascare.

Higuera Ramírez agrega: En países del primer mundo, como Francia, apenas se está haciendo ese tipo de investigación; mientras que nosotros ya llevamos un avance de muchos años, con resultados realmente excelentes.

LA HISTORIA

Inhabilitado por denunciar en 1998 hechos de corrupción ante las autoridades del HGM, Vargas Tentori explica a Frenk Mora:

— Mis observaciones a los directivos del HGM, denunciando abusos en pacientes sujetos de investigación en cirugía cerebral, han sido con el objeto de corregir una práctica ilegal de casi 20 años, negando protección a los derechos y salvaguardas de bienestar de los pacientes, quienes en el hospital constituyen una población desprotegida y vulnerable por su misma enfermedad o condición económica, al ser expuestos a riesgos mayores en cirugías cerebrales, que implican probables complicaciones, secuelas o muerte, son pacientes a quienes ‘no se les puede negar protección a sus derechos’, considerando que exponen su vida en lo que puede ser un avance en la medicina y teniendo en cuenta que los protocolos tienen importantes soportes financieros de patrocinadores e instituciones oficiales en su caso.

Consta en el documento, que el 2 de junio de 1998 Vargas Tentori denunció ante la dirección general y la dirección general adjunta médica del HGM, las faltas de conducta profesional, administrativa y personal de Francisco Velasco Campos y su grupo de colaboradores por faltas a la Ley General de Salud.

Vargas Tentori asegura que documentó con oficios y testigos lo acontecido en 1990, cuando se hizo un proyecto en el Hospital Infantil de México ‘Federico Gómez’ con 20 niños, operándolos en el servicio de Neurocirugía Funcional del HGM, y que debido a "las complicaciones sistemáticas y neurológicas que presentaron los primeros nueve niños", se suspendió el proyecto por orden de Luis Torregrosa Ferráez, director del Hospital Infantil de México, deslindando a la institución de toda responsabilidad y participación en dicha investigación.

En el documento se asienta que la entonces jefa del servicio de Neurología, Hilda María Alcalá Negrete, reportó a su director general, "la desafortunada conclusión de que los niños ‘no habían mejorado’ de su crisis convulsivas".

Alcalá Negrete señaló por escrito "que las complicaciones que sufrieron algunos de ellos fueron: infecciones, colecciones serohemáticas y purulentas en la piel cabelluda por la implantación de los cables de registro, y bronconeumonía".

Del escrito se desprende que también hubieron "dos pacientes con hemiparesia, por posición incorrecta del electrodo en el cerebro; tres pacientes con episodios de ausencias hasta por cuatro a seis semanas, y convulsiones durante la estimulación talámica; otra paciente presentó movimientos versivos de brazo y cabeza durante varias semanas postimplantación, que desaparecieron dejando movimientos distónicos de intención en la mano izquierda; tres niños presentaron durante o posteriormente a la implantación de los electrodos Estado Mal Epiléptico".

En el documento se concluye que "tal proyecto fue realizado a sabiendas que desde hace 30 años fue realizado en Estados Unidos sin tener éxito alguno".

En la comparecencia ante la Contraloría Interna del HGM, Alcalá Negrete denunció que Francisco Velasco Campos "nunca pasó visita médica a los niños, y que su hermano Marcos Velasco Campos del cuerpo de los investigadores, en estado inconveniente, maltrataba groseramente a los padres de los niños".

Así mismo, el documento dice que a los pacientes "se les niega la protección, derechos y bienestar; además de tener posibles complicaciones y secuelas de muerte".

Y no es todo, el mismo documento afirma que Vargas Tentori denunció y demostró ante los directivos del hospital y de la Contraloría Interna, "la falta de ética" en el protocolo de investigación denominado: "Estudio multicéntrico, doble ciegoaleatorio, con control de placebo del efecto de la estimulación cerebelosa en el tratamiento de crisis convulsivas de difícil control", autorizado por la dirección de Investigación con el número Dic/ 98/403/01/013, y firmado por el doctor Rubén Burgos Vargas.

El protocolo de investigación -afirma Vargas Tentori-, "niega a los pacientes en investigación sus derechos y salvaguardas de bienestar, al hacerlos firmar el consentimiento informado, aceptando asumir los gastos que se deriven de la cirugía, medicamentos, hospitalización para la colocación del estimulador y las posibles complicaciones o el retiro del estimulador".

Sin embargo, para Higuera Ramírez las cosas son diferentes:

— Mentiras señorita –dice-, y agrega: aquí hay dos tipos de investigación como existen en todo el mundo, hay una investigación que se genera por parte de los médicos e investigadores de esta institución, en ese sentido, no me acusa a mí, acusó a José Luis Ramírez Arias de que lo permitía, desconociendo Vargas Tentori, a pesar de haber sido director de investigación y de enseñanza. Él fue director y desconocía el proceso. ¿Cómo es posible?.

Higuera Ramírez asegura que la investigación que generan los médicos es financiada con el presupuesto del hospital que tiene para esos fines y que asciende a seis millones de pesos.

— ¿Qué características tiene el paciente que es sometido a investigación?

— Todo el marco en investigación en salud, está apegado a la Ley General de Salud, al Reglamento de Investigación de Salud, donde tiene que haber una carta de aceptación, donde se le explica al paciente a que va a ser sometido, por qué va a ser sometido, cuáles son sus derechos, sus obligaciones, que el momento en el que desee retirarse de la investigación, lo puede hacer sin deterioro de su tratamiento particular, y que no le cuesta absolutamente nada.

El escrito también afirma que "dicho protocolo está inscrito en un programa de apoyo financiero del IMSS y Conacyt con dos millones 256 mil pesos. Además del patrocinio de una empresa extranjera: la casa Medtronic; y de un investigador patrocinador extranjero, el doctor Ross Davis, con apoyo financiero del Centro Médico Kennebec Valley en Augusta, Maine.

El Investigador Patrocinador extranjero no firma el protocolo, el mismo investigador principal no firma el consentimiento informado, ambos eludiendo su responsabilidad ética".

La queja puesta en la Secodam con el número 159/98 refiere que "la multicentridad del protocolo exige que se realice el proyecto con los mismos requerimientos en varias sedes dentro o fuera del país, en este caso, el doctor Francisco Velasco Campos, para justificar dicha multicentricidad, adjunta al protocolo cuatro cartas prescritas, sin vigencia, de años atrás, de hospitales universitarios en Estados Unidos, cuya participación nunca se realizó, pero sirvieron para maquillar al protocolo, lo que ya representa en sí, un fraude".

EL CASTIGO

Higuera habló sobre la inhabilitación de Vargas Tentori, dijo:

— Le voy a contar la verdad: El 16 de enero de 1999 yo tomo la dirección del hospital, y entonces me presentan el caso el doctor Vargas Tentori, él fue suspendido de sus labores en 1997 o 1998, no lo suspendí yo. Lo suspenden por la serie de acusaciones mutuas que se dan entre él, y el jefe de servicio. Yo no tengo nada que ver, para entonces estaba en otro sitio, entonces él viene y me dice: reinstálame, y le contesto: déjame ver como está el proceso que tú haz levantado de carácter laboral, y el de la Contraloría -porque eso sí, se tiene que entregar toda la información-.

Cuando él me ve en segunda ocasión le dije: Fíjate que no puedo reinstalarte; pero te ofrezco que te puedo ubicar en otro servicio. Le ofrecí Ortopedia y Oncología porque él es neurocirujano y puede intervenir en ortopedia en la columna, y en tumores en la base del cráneo, pero quedó de pensarlo. Pasaron seis meses, así en esas condiciones lo invité a que formara parte del Gobierno del hospital en la dirección de Enseñanza Médica con el propósito de que valorara y evaluara; supervisara y estructurara los cursos de educación. Y el señor vino a trabajar, y empezó a golpear a los que pudo; siguió golpeando la estructura del hospital: cosa que es inaceptable.

La verdad cumpliendo con las condiciones generales de trabajo, y siendo personal de confianza, lo ubiqué en recursos humanos, hasta que no se resolviera su proceso laboral, condición que hasta el momento, la Junta de Conciliación y Arbitraje no ha resuelto.

En el momento que me den el laudo, yo no tengo ningún empacho en de decirle al jefe aquí esta, señor; el laudo dice que usted está fuera con las autoridades laborales.

Fue así, que de buena voluntad se le ubicó al doctor en el servicio de Oncología, para que estuviera operando tumores de la base del cráneo: donde supuestamente es un experto. Ahí está ubicado, cumpliendo sus derechos laborales, pues también es injusto -y no se menciona-, venir a cobrar sin trabajar.

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